Pampa de la Quinua, 30 de julio del 2021.
CARTA DESDE LA
PAMPA DE LA QUINUA PARA MIS COMPAÑERXS DEL “EDERECHO HALLADO EN LA CALLE”
Por Shyrley Tatiana Peña
Aymara
Esta, quizás, es una de las cartas que más tiempo me costó escribir en toda
mi vida. Supongo que es por la agenda corrida de cada día desde el despertar
hasta el dormir. Creo que la vida es eso o, para mí, está siendo así desde hace
unas semanas. Desde que al fin el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) del Perú
reconoció como ganador de las elecciones presidenciales 2021 al rondero,
campesino y maestro, Pedro Castillo Terrones.
Recuerdo con mucho cariño la noche del 19 de julio de este año cuando, una
vez más, el pueblo se reunía a festejar esta gran victoria popular, desde abajo
y desde la izquierda. Desde aquel lado del corazón donde se siente y también se
piensan cambios profundos y se vislumbra con un mejor mañana. Ese mismo día, me
dirigí a la “Casa del Maestro”, ubicada en el Centro de Lima donde el profesor
Pedro Castillo nos había prometido el ansiado balconazo. Estábamos eufóricos,
felices, alegres y contentos porque nuestros niveles de ansiedad habían bajado
increíblemente.
Dentro de la muchedumbre el pueblo gritaba: “Al fin tenemos presidente” y:
“por fin alguien que nos representa ha vencido al monstruo que quería que
asumamos que esta victoria había sido producto de un fraude”. Fueron más de dos
semanas en incertidumbre donde la derecha encabezada por el Partido de Fuerza
Popular de Keiko Fujimori había creado una maniobra funesta que tenía por
objetivo desconocer los votos de más de 100 mil personas provenientes de las
regiones más pobres de nuestro Perú. Esa misma derecha con rasgos fascistas nos
quería robar el sueño de construir algo nuevo.
Por ello y más, las rondas campesinas, líderes y lideresas de
organizaciones populares, pueblos indígenas, mujeres, trabajadores, jóvenes,
afrodescendientes, sindicatos, gremios, partidos políticos, etc. tuvieron que
llegar hasta Lima para defender su voto y no permitir que las atrocidades
disfrazadas en “legalidad” puedan vencer la voluntad popular. El día 19 de
julio, nos congregamos con esos grupos que hace semanas estaban acampando frente
al JNE. Estaban poniendo el cuerpo y el alma de manera autogestionada para
rescatar la pobre y enclenque democracia que aún nos queda.
Al son de huaynos peruanos, zapateos democráticos, música en quechua,
música rebelde y nuestros temas más originarios, celebrábamos esa noche en un
lugar abierto al aire libre. Por un momento, olvidamos que vivíamos en una
pandemia que había causado tanta desolación y desigualdad, principalmente para
los más desposeídos históricamente. Este escenario se vestía de esperanza, pero
también de muchos desafíos, pues tener nuestro primer gobierno de izquierda
democráticamente elegido se mostraba como un gran hecho histórico y solo la historia,
y nada más que ella nos demostrará el camino de sostenerlo.
Así, nos enteramos que las actividades por la celebración del Bicentenario
del Perú, por sus 200 años de Independencia, se iban a realizar diversas y
únicas actividades como la Juramentación del Presidente en el Congreso de la
República y la deseada Juramentación Simbólica en la Pampa de la Quinua en
Ayacucho, región andina en el Sur del Perú Profundo. Por tanto, frente a la
invitación del pueblo y las labores de difusión para canales brasileños como
“Expresso 61” de Brasilia, coordinado por Joao Negrao, nos dirigimos hasta
Huamanga, capital de Ayacucho, a unas 6 horas en bus desde Lima.
Nunca había imaginado estar presente en uno de los eventos históricos que
será relatado en la historia por las próximas generaciones de peruanos y
peruanas. Tuve la gran oportunidad de estar en la Juramentación del Presidente
Pedro Castillo en la famosa Pampa de la Quinua, la cual es recordada, pues fue
allí donde el ejército patriota venció al ejército realista y ayudó a la
Independencia Política del Perú de su ex Corona Española en 1824. De la misma
forma, contribuyó con la consolidación de las independencias en América del
Sur. Este escenario de lucha y resistencia el 29 de julio del 2021, después de
200 años, se vestía de reafirmación y necesidad de una segunda independencia.
En uno de mis escritos, desde ese mismo lugar, me gustaría compartir lo
siguiente:
“Han sido días increíbles. Tan increíbles que todavía siento que he vivido
un sueño. Ha sido un privilegio haber participado de la Juramentación Simbólica
del Presidente del Bicentenario: el primer presidente que más se parece y es el
rostro del pueblo. Pedro Castillo Terrones guarda bajo ese sombrero las luces
de cada rondero, la resistencia del campo y camino de cada maestro/a rural que
entrega la vida en su labor. Nos trajo un lápiz para escribir la historia, pero
desearía que fuera un lapicero para nunca más borrarla.”
La música ancestral, los sonidos de lucha y resistencia, el uso de
vestimentas originarias fruto de la resistencia frente a la colonización, se
relucían con mucho orgullo y los colores brillaban tan vivos a pesar del
tiempo. Fueron aproximadamente entre 30 a 50 mil personas que se auto
convocaron para acompañar al Presidente del Bicentenario y para siquiera verlo de
cerca.
Toda la recreación mística desde el
Himno Nacional cantado en quechua, el carnaval ayacuchano, la danza de las
tijeras y la marinera ayacuchana, fueron parte del repertorio de las
presentaciones artísticas que homenajearon esta fecha especial. También, la
diversidad de pueblos reunidos que desde su ancestralidad ponían nuevamente el
cuerpo como sujetos políticos defendiendo un proyecto que ambiciona ser
revolucionario.
Entrevisté, junto a mi compañero Álvaro Mesías, a dos parlamentarios del
partido político de Perú Libre, Edgar Tello de la región de Cusco y Maria
Agüero de la región de Arequipa. Esos registros quedaron marcados en una nota
que “Expresso 61” publicó a nuestra vuelta de Ayacucho: https://expresso61.com.br/2021/08/05/saiba-como-foram-os-bastidores-da-posse-do-presidente-peruano-pedro-castilho/
También, contamos con la valiosa entrevista y encuentro de Martina
Portocarrero, así como, con la lideresa de la Organización de Mujeres Quechuas
y Aymaras, Lucila Cruz Apaza y de la bailarina ayacuchana Gianella Flores.
En voces de mujeres y hombres sentimos la esperanza y sed de cambio, pues
somos conscientes que una oportunidad como ésta no volverá tan fácilmente.
Por ello, concluyo mis memorias con algunas lágrimas en los ojos al volver
y recodar (que en latín significa “pasar por el corazón”) haber estado muy de
cerca de este momento histórico. La vivencia fue absoluta porque, inclusive,
las redes de internet colapsaron y permitieron que las únicas señales que
funcionen sean las de nuestra memoria. En ese sentido, apostar y no perder la
esperanza de que los cambios son posibles y depende de esa misma fuerza social
sostenerla. Así como, apostar por un mundo mejor donde “quepen otros mundos”,
tal como nuestros hermanos zapatistas desde México nos vienen demostrando. El
momento del Perú ha llegado y está para quedarse.
Hasta una próxima, queridos/as compañeros/as del Grupo de Investigación “El
Derecho Hallado en la calle” de la Universidad de Brasilia (UnB). Que esta
Carta llegue a sus corazones.
Altiplano peruano-boliviano, 31 de diciembre del
2021.
CARTA PARA EL COLECTIVO “EL
DERECHO HALLADO EN LA CALLE” (DANR) DESDE EL ALTLIPLANO
Por Shyrley Tatiana Peña
Aymara
Recorrer, viajar, construir y aprender son cuatro verbos que he ido
repitiendo e internalizando todo el año 2021. Estos verbos que se traducen en
acciones que han acompañado mi caminar en cada proyecto personal, así como, en cada
proyecto colectivo como seguir aprendiendo del significado del “derecho” y sus
múltiples interpretaciones a partir de los pueblos más subalternizados en el
mundo. En este caso, como parte de mi investigación doctoral se encuentran las
rondas campesinas de Perú y México, las cuales son formas de resistencia milenaria
quienes han ejercido funciones jurisdiccionales desde su fundación frente al
abandono y el racismo estructural que se ha perpetuado por parte de las
colonias y luego de los Estado latinoamericanos.
El 2021 concluí con mi primer año de mi Programa de Doctorado/PhD en
Derechos Humanos y Ciudadanía en la Universidad de Brasilia (UNB) en Brasil.
Por tanto, puedo decir que uno de mis más grandes sueños se ha ido encaminando
de la forma más sublime y poderosa. Junto a mi orientador, el profesor Dr. José
Geraldo de Sousa Júnior, vengo comprendiendo que todavía faltan 3 años de
formación en el postgrado y que como estudiante e investigadora dentro del
Colectivo O Direito Achado na Rua (El Derecho Hallado en la Calle, en su
traducción al español), es necesario involucrarme y aportar en iniciativas a
favor de los más desposeídos del mundo.
Gracias a este Colectivo, el cual fue fundado por mi querido orientador
inspirado en la contribución teórica-epistémica-política del maestro Roberto
Lyra Filho hace más de 30 años, se vienen configurando múltiples proyectos de
transformación y comprensión del derecho de manera crítica, libertadora y como
“máxima expresión de la libertad”. Considero que con estas premisas en esta
Carta a mis compañeras y compañeros del Colectivo comienzo relatando unos de
los preciados recorridos, viajes, construcciones y aprendizajes que me motivan
a contarles mis memorias…
El encuentro con el
Instituto de Interculturalidad de Puno
El 28 de noviembre del 2021 emprendimos un viaje a la ciudad de Juliaca,
región de Puno- Perú junto a la compañera y colega brasileña, Andrea Brasil.
Nuestro objetivo en esa nueva experiencia fue recorrer parte del Altiplano
peruano-boliviano y conocer de manera presencial a miembros del Instituto de Interculturalidad
de Puno. Esta Institución es fruto del esfuerzo de un equipo multidisciplinar
que trabaja junto con la defensa de los derechos humanos de las gloriosas
rondas campesinas de la región de Puno, al sur del Perú organizadas en la
Central Única Nacional de las Rondas Campesinas del Perú (CUNARC-P). Así también,
contribuyen en pensar conjuntamente alternativas de desarrollo de acuerdo a la
autodeterminación de los pueblos. De esta manera, respetando los derechos
humanos en materia de pueblos indígenas u originarios.
Conocí al Instituto de Interculturalidad gracias a la invitación de mi
orientador en el primer trimestre del 2021 durante la Ceremonia Virtual de
Juramentación de su Junta Directiva. También, fuimos invitados al Akullikuy Intercultural o Encuentro
Intercultural Virtual en el mes de octubre donde se homenajeó al Profesor José
Geraldo de Sousa Júnior por sus años de entrega al Colectivo DANR y su labor
abnegada defendiendo los derechos humanos de pueblos indígenas. Recuerdo con
mucha nostalgia ese día, pues pudimos construir alianzas y pensar proyectos
juntos en materia académica y de investigación conjunta entre el Instituto de
Interculturalidad y nuestra querida Universidad de Brasília (UnB).
Es así que fuimos recibidas con mucha alegría por miembros del Instituto al
llegar a la ciudad de Juliaca, provincia de San Román, región de Puno. Conocida
como “La perla del Altipliano” o “Cuna de Machuaychas y Chiñipilcos”, al hacer
referencia a sus pueblos prehispánicos, nos encantamos con su cálida acogida, a
pesar del frío altiplánico que caracteriza esta región del Perú.
Un lugar muy especial que se nos fue presentado por los miembros del
Instituto fue la Laguna Umayo, la cual nos encantó por su inmensidad y el
hermoso paisaje entre las montañas que la rodea. Lo anecdótico después de haber
bajado hasta ese lugar fue, sin duda, la nevada que nos acompañó toda la subida
de vuelta a más de 3900 m.s.n.m. De esta manera fue cómo la región de Puno nos
dio la bienvenida: vistiéndose de blanco. También, pudimos conocer el Cerro
Huaynarroque, el cual representa la máxima deidad del pueblo juliaqueño por sus
grandiosos milagros como brindar prosperidad en la vida y principalmente en sus
negocios, agricultura y ganadería.
De esta manera, ya estábamos más preparadas para seguir con las actividades
del Instituto. La noche del viernes 3 de noviembre del 2021 donde iniciamos el
segundo Akullikuy Intercultural, en el cual pudimos conocernos más. Las
palabras de bienvenida estuvieron a cargo del Presidente del Instituto de
Interculturalidad, Joel Cornejo Salinas, quien completaba su periodo de
gobierno. Así, su sucesor, el abogado Elvis Chuquija Cosi, se encargó del Pago
a la Pachamama o Madre Tierra. Los compromisos de servicio, lealtad y acompañamiento
a la defensa de las rondas campesinas fueron ratificados por parte de todos los
asistentes miembros del Instituto. Podemos rescatar las palabras valiosas del
Dr. Hernan Layme o el Dr. Roger Istaña quienes son jueces aymaras que vienen
contribuyendo desde la justicia intercultural en el Perú.
Un momento muy especial, en lo personal, del cual me siento profundamente
agradecida, fue la Entrega de Resoluciones Institucionales como Miembro de
Docentes del Instituto de Interculturalidad y el regalo de un poncho andino de
color gris que lleva la insignia del Instituto en lado izquierdo del pecho, es
decir, en el lado del corazón. Con este momento tan especial sellábamos un
compromiso con esta Institución y en especial, con las rondas campesinas.
Una gran característica del Instituto es su equipo multidisciplinar con
profesionales de áreas como el derecho, la ingeniería ambiental, las
comunicaciones, la administración, entre otras. Es gracias a estos
profesionales jóvenes que hoy día ronderos y ronderas de Puno pueden acudir a resolver
sus dudas frente a procesos judiciales en los que el Estado peruano viola
sistemáticamente sus derechos. Asimismo, miembros del Instituto acuden a las
Asambleas o eventos que las rondas campesinas los invitan muy cordialmente,
pues muchas veces necesitan asesorías específicas en temas como: derechos
humanos, cambio climático, enfoque de género, etc.
Después del Akullikuy
Luego de la ceremonia con el Instituto de Interculturalidad, al día
siguiente, tuvimos la oportunidad de conocer el Lago Titicaca, el cual es
conocido como el Lago más Alto del Mundo al encontrarse a 3 812 m.s.n.m. Según
la leyenda de Manco Cápac y Mama Ocllo, la cual da explicación mítica de la
cultura Inca y su origen, pues fue en ese lugar donde estos dos personajes
salieron a cumplir el deseo del Dios Sol (Inti).
Además de ser un lugar de encuentro fronterizo entre Perú y Bolivia, pues ambos
países lo comparten.
También, visitamos una comunidad altoandina del distrito de Cojata,
provincia de Huancané, región Puno donde pudimos conocer de cerca la vida de
comunidades ronderas localizadas en esta parte del país. Vimos la crianza y
mejoramiento de alpacas y ovejas como principales animales domesticados a más
de 4 mil metros de altitud, pues la geografía de presencia de Cuencas de Agua o
Colchones hidrólogicos caracterizan estos ecosistemas protectores de la Yakumama o Madre Agua. Por tanto, es
imprescindible su protección y defensa de los derechos de las comunidades que
las defienden frente al extractivismo minero.
El Instituto de
Interculturalidad y el Colectivo “El Derecho Hallado en la Calle”
Para finalizar esta Carta doy gracias al Colectivo DANR por haberme
brindado la oportunidad de reencontrarme con mis compatriotas del Sur del Perú
me siento más fortalecida y orgullosa de ser investigadora de este gran
espacio. Es que se trata de retribuir todo lo aprendido en el medio académico
al poner toda la experiencia y conocimientos para el fortalecimiento de
instituciones que guarden valores comunes como la defensa de los derechos
humanos de pueblos indígenas. En este caso, el acompañamiento leal es
imprescindible con intelectuales comprometidos/as, operadores de justicia y,
por supuesto, las autoridades ronderas que nos vienen enseñando con sus conocimientos
ancestrales.
Esperamos tener algún día, dentro de nuestras aulas de la UNB, autoridades
indígenas enseñándonos sobre derechos indígenas desde visiones interculturales
y experiencias propias. Así como, esperamos pronto tener estudiantes de nuestra
universidad, como nosotras, intercambiando diálogos de saberes (según
Boaventura de Sousa Santos) junto a los pueblos y aliados/as defensores de
derechos humanos en varias latitudes del mundo. Puno nos sigue enseñando
históricamente esas formas de resistencia y organización popular que yace en la
construcción de justicia(s) intercultural(es) donde las diversas formas de
comprensión del derecho más allá de la legalidad, siga iluminando nuestros
caminos para: recorrer, viajar, construir y aprender. Sí, los mismos cuatro
verbos que seguirán acompañando este 2022.
Altiplano peruano-boliviano, 31 de diciembre del
2021.
CARTA PARA EL COLECTIVO “EL
DERECHO HALLADO EN LA CALLE” (DANR) DESDE EL ALTLIPLANO
Por Shyrley Tatiana Peña
Aymara
Recorrer, viajar, construir y aprender son cuatro verbos que he ido
repitiendo e internalizando todo el año 2021. Estos verbos que se traducen en
acciones que han acompañado mi caminar en cada proyecto personal, así como, en cada
proyecto colectivo como seguir aprendiendo del significado del “derecho” y sus
múltiples interpretaciones a partir de los pueblos más subalternizados en el
mundo. En este caso, como parte de mi investigación doctoral se encuentran las
rondas campesinas de Perú y México, las cuales son formas de resistencia milenaria
quienes han ejercido funciones jurisdiccionales desde su fundación frente al
abandono y el racismo estructural que se ha perpetuado por parte de las
colonias y luego de los Estado latinoamericanos.
El 2021 concluí con mi primer año de mi Programa de Doctorado/PhD en
Derechos Humanos y Ciudadanía en la Universidad de Brasilia (UNB) en Brasil.
Por tanto, puedo decir que uno de mis más grandes sueños se ha ido encaminando
de la forma más sublime y poderosa. Junto a mi orientador, el profesor Dr. José
Geraldo de Sousa Júnior, vengo comprendiendo que todavía faltan 3 años de
formación en el postgrado y que como estudiante e investigadora dentro del
Colectivo O Direito Achado na Rua (El Derecho Hallado en la Calle, en su
traducción al español), es necesario involucrarme y aportar en iniciativas a
favor de los más desposeídos del mundo.
Gracias a este Colectivo, el cual fue fundado por mi querido orientador
inspirado en la contribución teórica-epistémica-política del maestro Roberto
Lyra Filho hace más de 30 años, se vienen configurando múltiples proyectos de
transformación y comprensión del derecho de manera crítica, libertadora y como
“máxima expresión de la libertad”. Considero que con estas premisas en esta
Carta a mis compañeras y compañeros del Colectivo comienzo relatando unos de
los preciados recorridos, viajes, construcciones y aprendizajes que me motivan
a contarles mis memorias…
El encuentro con el
Instituto de Interculturalidad de Puno
El 28 de noviembre del 2021 emprendimos un viaje a la ciudad de Juliaca,
región de Puno- Perú junto a la compañera y colega brasileña, Andrea Brasil.
Nuestro objetivo en esa nueva experiencia fue recorrer parte del Altiplano
peruano-boliviano y conocer de manera presencial a miembros del Instituto de Interculturalidad
de Puno. Esta Institución es fruto del esfuerzo de un equipo multidisciplinar
que trabaja junto con la defensa de los derechos humanos de las gloriosas
rondas campesinas de la región de Puno, al sur del Perú organizadas en la
Central Única Nacional de las Rondas Campesinas del Perú (CUNARC-P). Así también,
contribuyen en pensar conjuntamente alternativas de desarrollo de acuerdo a la
autodeterminación de los pueblos. De esta manera, respetando los derechos
humanos en materia de pueblos indígenas u originarios.
Conocí al Instituto de Interculturalidad gracias a la invitación de mi
orientador en el primer trimestre del 2021 durante la Ceremonia Virtual de
Juramentación de su Junta Directiva. También, fuimos invitados al Akullikuy Intercultural o Encuentro
Intercultural Virtual en el mes de octubre donde se homenajeó al Profesor José
Geraldo de Sousa Júnior por sus años de entrega al Colectivo DANR y su labor
abnegada defendiendo los derechos humanos de pueblos indígenas. Recuerdo con
mucha nostalgia ese día, pues pudimos construir alianzas y pensar proyectos
juntos en materia académica y de investigación conjunta entre el Instituto de
Interculturalidad y nuestra querida Universidad de Brasília (UnB).
Es así que fuimos recibidas con mucha alegría por miembros del Instituto al
llegar a la ciudad de Juliaca, provincia de San Román, región de Puno. Conocida
como “La perla del Altipliano” o “Cuna de Machuaychas y Chiñipilcos”, al hacer
referencia a sus pueblos prehispánicos, nos encantamos con su cálida acogida, a
pesar del frío altiplánico que caracteriza esta región del Perú.
Un lugar muy especial que se nos fue presentado por los miembros del
Instituto fue la Laguna Umayo, la cual nos encantó por su inmensidad y el
hermoso paisaje entre las montañas que la rodea. Lo anecdótico después de haber
bajado hasta ese lugar fue, sin duda, la nevada que nos acompañó toda la subida
de vuelta a más de 3900 m.s.n.m. De esta manera fue cómo la región de Puno nos
dio la bienvenida: vistiéndose de blanco. También, pudimos conocer el Cerro
Huaynarroque, el cual representa la máxima deidad del pueblo juliaqueño por sus
grandiosos milagros como brindar prosperidad en la vida y principalmente en sus
negocios, agricultura y ganadería.
De esta manera, ya estábamos más preparadas para seguir con las actividades
del Instituto. La noche del viernes 3 de noviembre del 2021 donde iniciamos el
segundo Akullikuy Intercultural, en el cual pudimos conocernos más. Las
palabras de bienvenida estuvieron a cargo del Presidente del Instituto de
Interculturalidad, Joel Cornejo Salinas, quien completaba su periodo de
gobierno. Así, su sucesor, el abogado Elvis Chuquija Cosi, se encargó del Pago
a la Pachamama o Madre Tierra. Los compromisos de servicio, lealtad y acompañamiento
a la defensa de las rondas campesinas fueron ratificados por parte de todos los
asistentes miembros del Instituto. Podemos rescatar las palabras valiosas del
Dr. Hernan Layme o el Dr. Roger Istaña quienes son jueces aymaras que vienen
contribuyendo desde la justicia intercultural en el Perú.
Un momento muy especial, en lo personal, del cual me siento profundamente
agradecida, fue la Entrega de Resoluciones Institucionales como Miembro de
Docentes del Instituto de Interculturalidad y el regalo de un poncho andino de
color gris que lleva la insignia del Instituto en lado izquierdo del pecho, es
decir, en el lado del corazón. Con este momento tan especial sellábamos un
compromiso con esta Institución y en especial, con las rondas campesinas.
Una gran característica del Instituto es su equipo multidisciplinar con
profesionales de áreas como el derecho, la ingeniería ambiental, las
comunicaciones, la administración, entre otras. Es gracias a estos
profesionales jóvenes que hoy día ronderos y ronderas de Puno pueden acudir a resolver
sus dudas frente a procesos judiciales en los que el Estado peruano viola
sistemáticamente sus derechos. Asimismo, miembros del Instituto acuden a las
Asambleas o eventos que las rondas campesinas los invitan muy cordialmente,
pues muchas veces necesitan asesorías específicas en temas como: derechos
humanos, cambio climático, enfoque de género, etc.
Después del Akullikuy
Luego de la ceremonia con el Instituto de Interculturalidad, al día
siguiente, tuvimos la oportunidad de conocer el Lago Titicaca, el cual es
conocido como el Lago más Alto del Mundo al encontrarse a 3 812 m.s.n.m. Según
la leyenda de Manco Cápac y Mama Ocllo, la cual da explicación mítica de la
cultura Inca y su origen, pues fue en ese lugar donde estos dos personajes
salieron a cumplir el deseo del Dios Sol (Inti).
Además de ser un lugar de encuentro fronterizo entre Perú y Bolivia, pues ambos
países lo comparten.
También, visitamos una comunidad altoandina del distrito de Cojata,
provincia de Huancané, región Puno donde pudimos conocer de cerca la vida de
comunidades ronderas localizadas en esta parte del país. Vimos la crianza y
mejoramiento de alpacas y ovejas como principales animales domesticados a más
de 4 mil metros de altitud, pues la geografía de presencia de Cuencas de Agua o
Colchones hidrólogicos caracterizan estos ecosistemas protectores de la Yakumama o Madre Agua. Por tanto, es
imprescindible su protección y defensa de los derechos de las comunidades que
las defienden frente al extractivismo minero.
El Instituto de
Interculturalidad y el Colectivo “El Derecho Hallado en la Calle”
Para finalizar esta Carta doy gracias al Colectivo DANR por haberme
brindado la oportunidad de reencontrarme con mis compatriotas del Sur del Perú
me siento más fortalecida y orgullosa de ser investigadora de este gran
espacio. Es que se trata de retribuir todo lo aprendido en el medio académico
al poner toda la experiencia y conocimientos para el fortalecimiento de
instituciones que guarden valores comunes como la defensa de los derechos
humanos de pueblos indígenas. En este caso, el acompañamiento leal es
imprescindible con intelectuales comprometidos/as, operadores de justicia y,
por supuesto, las autoridades ronderas que nos vienen enseñando con sus conocimientos
ancestrales.
Esperamos tener algún día, dentro de nuestras aulas de la UNB, autoridades
indígenas enseñándonos sobre derechos indígenas desde visiones interculturales
y experiencias propias. Así como, esperamos pronto tener estudiantes de nuestra
universidad, como nosotras, intercambiando diálogos de saberes (según
Boaventura de Sousa Santos) junto a los pueblos y aliados/as defensores de
derechos humanos en varias latitudes del mundo. Puno nos sigue enseñando
históricamente esas formas de resistencia y organización popular que yace en la
construcción de justicia(s) intercultural(es) donde las diversas formas de
comprensión del derecho más allá de la legalidad, siga iluminando nuestros
caminos para: recorrer, viajar, construir y aprender. Sí, los mismos cuatro
verbos que seguirán acompañando este 2022.
Coimbra, Portugal, 20 de dezembro de 2020
Imagem 1 - Participantes do Taller de Invierno 2019 – Na Iglesia de Carabuco (Fonte: Grupo Jallalla)
Para começar, parece que, no início das minhas cartas, gosto sempre de escrever: Prezadas/os, e bem... Hoje, farei diferente. Já comecei.
Não vou falar do tempo que passei sem dar notícias e que fiz o José Geraldo esperar. Sorte a minha em poder contar com uma mulher muito querida como aliada, que deve convencê-lo, eventualmente, de ainda resguardar alguma estima e confiança por mim.
Como as/os modernistas de 1922; Sei o que eu não quero – pelo menos, eu acho que sei. Então, começarei falando sobre o que NÃO pretendo fazer; Quase como no Manifesto Antropofágico: "Contra o mundo reversível e as idéias objetivadas. Cadaverizadas. O stop do pensamento que é dinâmico. [...] Em comunicação com o solo. [...] A magia e a vida"; Coisas que NÃO vou fazer, porque quero:
– Escrever em um formato restrito e acadêmico;
Para isso, já me basta a tese e, realmente, essa daí já me faz passar por alguns maus bocados. Neste momento, não me interessa “[o] lado doutor, o lado citações, o lado autores conhecidos [...]”, como diz Oswald de Andrade, no Manifesto DA POESIA PAU – BRASIL (1); Mesmo usando-me dele para falar que não quero citar autoras/es.
“Apenas brasileiros[as] de nossa época. [...] Práticos[as]. Experimentais. Poetas. [...] Sem comparações de apoio. Sem pesquisa etimológica.” (Andrade, 1924). Aqui, por favor e por amor, sem especialismos. É uma diversão, um prazer.
O que me interessa são fatos, e fatos, como disse Oswald, são os locais de existência da poesia. O que conversa, na minha interpretação, muito bem com o que Silvia Cusicanqui anuncia, tanto nos seus livros como, pessoalmente, no seu Taller Sociología de la Imagen – Invierno 2019, para as suas participantes – e eu, de maneira privilegiada, era uma delas:
Tudo é poesia e astrologia. Temos que olhar, observar e aprender com o índio, astrólogo-poeta. Saber semear nossa comida – material e espiritual; Manual e intelectualmente.
“Indio, astrólogo, poeta que sabe del ruedo del sol y de la luna, eclipse, estrellas, cometas y hora, domingo, mes y año y de los cuatro vientos para sembrar la comida, desde antiguo.” (Cusicanqui, 2015: p. 209) Baseada na imagem de Waman Puma.
E o que comemos? Hoje, principalmente, comemos símbolos bem indigestos. Meu palpite é que nosso prato principal é feito de propagandas do Facebook e do YouTube, com calda de "tsunami de imagens" (Mondzain, 2012), do Instagram, e, de sobremesa, talvez uma dança no TikTok. Nosso cardápio anda, pelo menos para mim que sou mais analógica, bem mal...
Como disse a filósofa Marie José Mondzain: “Encontro muitas pessoas que adoram ser afogadas pelas imagens e até pelas palavras. Elas se esquecem de que, ao contrário, as imagens e as palavras, juntas, deveriam nos ajudar a não nos afogar” (2012: p. 142).
Ou seja, as imagens e as palavras até poderiam ser ilhas que nos salvam e nos confortam -mesmo que as palavras, por vezes, mais encubram do que desvelem. Mas, atualmente, a maioria delas (imagens e palavras, que nem sempre andam juntas), nos afogam e paralisam. Dão medo. E quando temos medo, não processamos nada; Não nos restam ações, nem pensamentos, nem palavras. Ficamos reativas/os.
Digo tudo isso para arrodear e fugir do que foi prometido: Falar da minha experiência na Bolívia, em La Paz, ao ter participado, ao longo de um mês, do curso de Silvia Cusicanqui. Prometi compartilhar um pouco da minha experiência/aprendizado no Colectivx Ch'ixi (2), uma construção coletiva/comunitária da qual Cusicanqui faz parte, e falar um pouco sobre El Tambo – espaço físico onde ocorreram nossas aulas e sede do Colectivx.
Entretanto, creio que terei de explicar melhor esse contexto rico em um outro momento. Não quero fazer isso aqui. O que quero fazer é falar/escrever sobre uma das questões principais teórico-práticas do curso; O grandioso e difícil trabalho de saber/lapidar o olhar. Continuo com Oswald: “Contra o gabinetismo, a prática culta da vida [...] contra a cópia, pela invenção e pela surpresa. Uma nova perspectiva. Ver com olhos livres”. Olhar o que se está olhando – perceber, questionar o motivo pelo qual se vê; Desfamiliarizar o olhar; Desnaturalizá-lo. Começar a realizar uma investigação histórica sobre o que, como e porquê se olha. Questionar a prática da representação que transforma o mundo em objeto; A imagem em fetiche.
Em um dos seus exercícios, Silvia propôs-nos, como técnica, o treinamento do olhar. Sairíamos à rua à procura de descrever, a partir da linguagem escrita (um pequeno texto), uma cena não verbal baseada em gestos corporais que mereceriam nossa atenção.
Aplicaríamos nossa olhada periférica e o olhar vagabundo, deveríamos deixar-nos vaguear até sermos captadas por algo “digno de ser narrado”:
Seríamos voyeurs – aquela/e que vê, sem participar.
E é sobre isso que quero compartilhar. Sobre o exercício que entreguei. Sobre o que olhei e o que escrevi. Sobre minha presença. Pois, ao olhar, percebemos que somos olhadas. Percebemos o efeito do "ojo intruso". E, começamos a nos perceber, por meio da/o outrx.
Abaixo segue o texto que apresentei à Silvia para, após leitura, concluir meu pensamento:
Taller Sociología de la Imagen – 2019 (invierno)
Profa. Silvia Rivera Cusicanqui
Vannessa Alves Carneiro; 11/07/2019 – La Paz, Bolívia
Revisado 14/11/2020
Imagem 2 - Sob a Joyeria Crystal (Fonte: Meu arquivo)
Ejercicio I – Mirada y comunicación no verbal
Era uma manhã, ensolarada, de quarta-feira, em El Alto, La Paz, Bolívia. Estranhava tudo: As mil casas pequenas cor de montanha, a própria montanha com ponta de gelo, las casitas de los brujos, os cenários montados no meio da grande praça para tirar as fotos de família impressas na hora – com direito a llamacitas vivas y palomas blancas pintadas na paisagem do fundo fotográfico. Especialmente, estranhava o clima. Ao desembarcar do teleférico urbano mais alto e extenso do mundo, na estación 16 de Julio/Jach'A Qhathu, senti um pouco mais de frio. Disseram-me: “- É claro! É El Alto”. Estamos a 4.150 m de altitude. Dentro de uma paisagem distante, para mim, totalmente estranha, onde era-me tudo menos familiar: Língua, comidas, pessoas, vestimentas, las mantas y aguayos, el humo y las cholas. Entrando, sentindo-me desconfortável e perdida, com resquícios de mal de altura, dentro daquele caos funcional – onde quase tudo é vendido e exposto; Em tendas, prateleiras ou sobre panos junto ao chão. Ao mesmo tempo em que passam o lixeiro, as pessoas, os cães e mais pessoas.
Imagem 3 - Em El Alto; Las casitas de los brujos (Fonte: Meu arquivo)
Processando, ainda, uma situação incômoda que acabei de vivenciar, quando, denunciada por meu corpo – minha fala, minha roupa e minha cara –, ao perguntar o preço de uma pilha e me recusar a comprar dando “gracias”, saí com a fala do vendedor imitando-me, em tom zombeteiro, e fazendo uma careta: “- Gracias”; Ele retruca. Sentindo meu ego ferido, deslocada, bombardeada pelo excesso de informação visual: Vende-se, compra-se, ouro, habitaciones con wifi, dentista; Exatamente, na esquina de uma encruzilhada, caí-me, como se caísse do céu, protegidos sob a placa “Joyeria Crystal”, beijando-se, infinitamente, dois jovens adolescentes: Olhos fechados, tão abraçados, tão agarrados, tão escondidos.
Paro, observo. A cena mexe comigo. Vejo o beijo (dado num canto, atrás de una tienda verde, que os protege e ao mesmo tempo os esconde da multidão que passa acelerada e não para como eles). Sincronizados estão; Pelos seus ritmos e suas jaquetas de couro pretas. Ela ligeiramente mais alta que ele, ele com a mão envolvendo a cintura dela, ela com a mão tocando no rosto dele. E o beijo eternooo, longoo, entregue. Imediatamente, reconheço tudo: Encruzilhada (el cruce) y el bejo. De deslocada do meu localismo, sou retida pela memória e bruscamente familiarizada. Recordo das diversas encruzilhadas, como aquelas, em que deixei meus ebós; Para amor, para proteção, como forma de zelo e cuidado com meus guias, pombas-gira, cigana, exus, meus protetores. Encruzilhadas onde habitam o povo da noite, guardiões dos portais, do axé, mensageiros e cumpridores da lei. Os quais peço, quase a todo tempo, proteção. Onde se entrega, entre outras coisas, vela vermelha e preta, cachaça e fumo, para exu homem, e cidra, cigarrilha e rosas vermelhas para exu mulher.
Imagem 4 - Em El Alto; Encruzilhadas (Fonte: Meu arquivo)
E o beijo?! Continuava, intermitente. Como disse, era lugar de passagem. Eu tinha que passar. Todos estavam passando. Não pude parar. Resguardados estavam eles, não eu. Passei, mas voltei – uma, duas e três vezes – até eles desaparecerem. Pelo que vi, o fôlego parecia ser o mesmo. Repito: Intermitente. Pensei mil hipóteses: Seriam namorados? Se sim, namorariam escondido? Estariam fugindo? Do que? De quem? Seria uma despedida ou um reencontro? Não parecia se tratar de um parar súbito, de uma eventual demonstração de carinho entre parejas. Aquela cena, nitidamente, só acontecia quando o tempo se perde e se tem tudo o que deseja nas mãos e, literalmente, bem diante de si.
Minha memória ataca novamente e lembro-me de uma primeira paixão. Para nós, o tempo não representava nada. Consequências, causas e efeitos. Nada era pensado, só sentido. Só o instante, o beijo, valia. E, como se passasse por um portal, fui e voltei décadas, compartilhando, como cúmplice, o mesmo segredo daquela sensação há muito experimentada. O segredo de saber o que é ter o pleno desejo saciado, atendido. Essa sensação tão bem conhecida, mas, agora, perdida em um tempo longínquo. Pergunto-me será que um dia voltarei a senti-la? Ou essa sensação de totalidade é digna somente de um tempo/espaço específico que não volta? De súbito, retorno do meu conflito amigo e lembro-me do descontínuo conforto (ou contínuo desconforto) com a atual paisagem.
Imagem 5 - Cenários fotográficos: Eu e a lhama (Fonte: Meu arquivo)
Imagem 6 - Sessão de fim de curso; Compartindo imagens e comidas (Fonte: Grupo Jallalla) Imagem 7 - Subindo o serro de Tuturasi; Rituais/Pedindo permissão de passagem:"La mesa negra" (Fonte: Meu arquivo)
Ao reler esse exercício de uma página, contemplei uma certa integração dos seis sentidos e revi a minha própria construção subjetiva e cognoscente. Ao olhar o casal de enamorados, acessei minhas memórias familiares, sensações e sentimentos profundos que não entrava em contato. E isso, pode-se dizer, que foi uma espécie de catarse do que significou a minha vivência na Bolívia: Esse olhar questionador, que ao se interessar pela/o outra/o, fala mais de mim e para mim, em um denso momento de autoreencontro.
É só por meio do autoconhecimento e do contato com nossas feridas, aquelas que não acessamos, que podemos nos desconstruir e nos reescrever. E isso, não é um exercício individual, é coletivo. Necessitamos sempre da/o outra/o; Da relação.
Não pude deixar de notar como a minha vida mudou de julho de 2019 para cá.
Muitas pessoas lindas cruzaram o meu caminho; Na Bolívia, como a própia Sílvia, a Bea e sua família (a Nora e a Sumaya), o Ivan, o Marco Arnez, a Elsa, a Catalina, a Paula, a Meli, a Ana, a Yanette, a Lu, a Viole e todas as meninas do
Taller Video Documental – com as quais criamos, juntas, um especial curta-metragem que fala de festa/alegria e de resistência/luta, "
Do dia 16 de Julho, dia de La Paz", em um encontro a partir de
"16 miradas":
https://www.facebook.com/malyevadas/videos/526592538077642/; E as meninas e os meninos do
Wak’as y Lenguajes de la Pacha: Ritualidad, memoria y reconexión con la vida, com as/os quais fui à
Waka ancestral Jach’a Tuturasi, em cima do Lago Titicaca (Ancoraimes, província de Omasuyos), subindo a pé 4.500 metros de altura;
No Brasil, a Renata, a Guiga, o Mateus, a Nat, a Helen, o Leandro, a Fabi, a Alexandra, a Martinha, a Eliane, o Sérgio, a Lúcia, as Leilas, a Edna, a Lilian, a Lourdes, o Wlad, a Mari, o Max, a Lu e outras tantas pessoas incríveis que reconheci, em especial as crianças com as quais desenvolvi laços de afeto e que fizeram parte desse grande encontro que foi, para mim, voltar à minha cidade natal, Brasília, para a pesquisa de campo na escola Comunidade de Aprendizagem do Paranoá (CAP). E, no meio desse caminho, o estudo veio acompanhado de um novo amor que me fez ressignificar muitos questionamentos e dores.
Engraçado como pensamos, por vezes, estar anestesiadas/os e vem a vida e surpreende. Sempre; Para o bem ou mal. Sempre com uma lição e aprendizado. Porque, como diz Cusicanqui, a experiência do conhecimento vivido nos escreve (e é escrita nas nossas peles, adendo meu). Se esquecermos dessas experiências, que são formas de conhecimento, somos tábuas rasas. Não se pode esquecer quem se é e de onde se veio. E foi na Bolívia que senti as minhas/nossas raízes de Latinoamérica.
2020 foi um ano muito difícil, coletivamente falando. De muitos desafios, perdas e dores; Mas, também, para quem conseguiu (ou teve a oportunidade) de trazer luz/consciência para a inconsciência, foi um ano de desvelamentos e de contatos íntimos com nosso ser e as nossas sombras. E é só no útero, no completo vazio, na escuridão, que há gestação.
Neste final de ano, cuja virada de ciclo ser dará, principalmente, pelo solstício de amanhã, segunda-feira, dia 21/12/20; Inverno ou verão, Sabbat de Yule ou Litha, tempo de nascimento ou morte simbólica; De rituais. Ocorrerá o que as/os astronômas/os estão chamando de “a grande conjunção planetária". Júpiter e Saturno estarão tão próximos um do outro que poderão criar uma ilusão de ótica, vista a olho nu, de “planeta duplo” ou justaposto – Ch'ixi. Essa observação só foi possível há quase 800 anos, na Idade Média (em 1226) (3). Marca-se, assim, o início da nova era de aquário. Uma era do coletivo e do comunitário; Do conhecimento e da nova consciência; Era do sair de si. Não importa; O que eu desejo para mim e para vocês (especialmente às/aos amigas/os que mandei esta carta), é que estejam ao lado das pessoas realmente queridas e que importam neste final/início de ciclo espiralado. Ao lado, quero dizer, em contato, perto ou, em tempos de corona, a distância - não importa metros, kms, cidades, países, continentes. O importante é saber que se têm pessoas que se ama e que se quer ver bem, e que o cuidado delas é o que faz com que a vida esteja no centro (Reyes; Pascual; Herrero; Gascó, 2019).
O privilégio de ter 43 anos de casados, apaixonados, como Nair e José Geraldo, é para poucos. Agora, descobrir que a paixão e o beijo, que O AMOR, como foi o meu caso, vai além de parejas e é um sentimento que extravasa e ALIMENTA; Uma sensação compartida que nutre ALMAS próximas por afinidade; Famílias, amigas/os, irmãs/ãos, mais velhas/os; É o que eu desejo à você, a todas/todos. Reconhecer e ter o poder de fazer magia e de verbalizar esse afeto, que é imprescindível e sustenta a construção do nosso eixo pessoal.
E o desejo, que vai além da imagem superficial e se aprofunda, faz parte da microfísica do poder, é uma “[...] rede produtiva que atravessa todo o corpo social muito mais do que uma instância negativa que tem por função reprimir” (Foucault, 2009: p. 8).
E o meu desejo, como diz minha musa Bethânia, "faz subir marés de sal e sortilégio".
Vannessa Carneiro
Doutoranda do Programa de Doutoramento em Direitos Humanos nas Sociedades Contemporâneas – Centro de Estudos Sociais – Universidade de Coimbra
Bolsista da CAPES – Brasil
Membro do Grupo de Pesquisa do CNPq "Direitos Humanos, Educação, Mediação e Movimentos Sociais”
Notas de rodapé:
Referências bibliográficas:
Cusicanqui, S. R. (2015). Sociología de la imagen: Miradas chíxi desde la historia andina. Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina: Tinta Limón.
Foucault, M. (2009). Verdade e Poder. Em M. Foucault, & Graal (Ed.), Microfísica do Poder (R. Machado, Trad., pp. 1-14). Rio de Janeiro, Brasil.
Mondzain, M. J. (2012). O que você vê? Uma conversa filosófica. (M. Haddad, Trad.) Belo Horizonte, Brasil: Autêntica.
Reyes, M. G; Pascual, M.; Herrero, Y; Gascó, E. (2019). La vida en el centro: Voces y relatos ecofeministas. Madrid, Espanha: Libros en Acción.
Neste espaço reunimos as cartas que as e os estudantes de O Direito Achado na Rua redigem ao longo de seus períodos de vivência universitária e militante no exterior.
Carta ao Direito Achado na Rua.
Do céu de Brasília, 15 de dezembro de 2019.
Querido professor José Geraldo (Zé),
Finalmente, escrevo minha carta. Mas não a escrevo desde Lima, como o
senhor me pediu. Escrevo desta ponte, por você imaginada, e que agora trilho,
ida e volta e ida, entre Brasília e Lima, após o Seminário dos 30 anos de O
Direito achado na Rua. Aqui me permita um parêntese nestas linhas
introdutórias. Compreendo agora o que é esse momento de estar em suspensão
diante de um turbilhão de emoções, e aqui remeto a carta tão emocionante de Isis,
também escrita em transito há pouco tempo atrás. Esse momento de solidão, em
que já sozinhas nos deparamos com todos os sentimentos e sensações juntos a uma
só vez: a melancolia acompanhada já da nostalgia que trazem as partidas, e a
ansiedade confundida com a alegria que as chegadas trazem. Entre a despedida e
o encontro, escrevo esta carta.
Hoje, por coincidência (ou não), o facebook me trouxe uma recordação. Se
tem uma coisa que gosto nesta ferramenta moderna de comunicação, são essas
lembranças que aparecem quando a gente menos espera. Curiosamente, recebi uma
notificação de que há exatos dois anos, recebia de presente o seu livro “O
Direito como Liberdade”, nele estava escrito uma dedicatória, mais ou menos
assim: “Querida Renata (Rê), na
expectativa de que os termos aqui propostos possam gerar projetos de vida
comuns..”.
Não poderia imaginar, há dois anos atrás, que estaria hoje voltando
depois da realização desse lindo encontro em Brasília. Tampouco, poderia
imaginar que estaria voltando de Brasília para Lima. O projeto comum, traçado
em tímidas linhas, parece que encontrou um solo fértil, generosamente cultivado
ao longo desses anos. Deste cultivo, junto com tantas outras sementes
germinadas, nasceu este grande evento celebratório, que foi nosso Seminário
Internacional dos 30 anos do Direito como Liberdade. Um evento que reuniu os
mais jovens estudantes da graduação de vários rincões do Brasil, Turmas do
PRONERA, Assessorias Jurídicas Populares, lideranças de movimentos sociais,
pesquisadores e pesquisadoras de todas as partes do Brasil, o mais alto
intelecto de pensadores e pensadoras da teoria crítica do direito e do
pluralismo jurídico. Foram mais de 400 trabalhos recebidos, 27 oficinas, mais
de 500 pessoas frequentando os jardins, as salas de aula, o auditório, os
espaços, entre sorrisos, produção intelectual, abraços e experiências
compartilhadas. E eu, estava lá.
Percorrendo a história de O Direito Achado na Rua, e sua larga e fecunda
trajetória, me parece pouco o tempo em que nossos caminhos se cruzaram. Porém,
tenho não apenas a sensação, como a certeza de que sempre caminhamos juntos.
Esse direito que “é, sendo” proposto como libertação dos oprimidos e oprimidas,
esse direito como “legítima organização social da liberdade”, sempre esteve em
mim. Sempre fui Nova Escola Jurídica Brasileira (NAIR) sem saber. Lyra Filho,
em seu artigo “Pesquisa em QUE Direito” (1984), gentilmente nos fala “se você
produz, intelectualmente, coisas harmonizáveis com os nossos princípios, já
entrou, sem sabe-lo”. E, assim, ouso assumir meu papel nessa escola desde
quando meus motivos para ingressar na Faculdade de Direito sempre foram o de
lutar pelos oprimidos e oprimidas de minha região, no caso, os povos das
florestas.
Me atrevo a dizer, hoje, com muita consciência, de que o percurso de minha
história atual se confunde com o percurso de O Direito Achado na Rua em minha
vida. (Re)construiu não apenas a minha mirada profissional, mas ofereceu as
ferramentas de reconstrução de minha subjetividade, ressignificando a minha
própria existência. Aqui começo a compartilhar um pouco dessa trajetória.
Saindo de uma crise de depressão grave, após um divórcio traumático,
decidi voltar a Academia depois de uma longa viagem pela Amazônia Brasileira,
seguida de uma incursão pelas Guianas e Suriname. A reconexão com a minha
terra, me remeteu a um desejo sempre existente em mim: produzir
intelectualmente e por meio de uma práxis
emancipatória contribuir para a luta dos povos indígenas. Assim cheguei aos
corredores da Faculdade de Direito da UnB, decidida a re-começar, encontrei ali
um homem de cabelo branco, estatura média, magro, com um chapéuzinho panamá e
um sorriso gracioso, sempre andando com uma pastinha na mão direita, com um ar
jovial e alegre. Meu primeiro pedido como aluna especial na sua turma foi
indeferido. Lembro-me da sensação de tristeza quando vi que tinha sido negado
meu pedido. Com toda razão, ele não me conhecia. Diante de uma turma
concorrida, com tantos pedidos para deferir, por que me selecionaria, vindo eu
sem nenhuma referência? Me bastou um sorriso, para que então mudasse o cenário (aqui
agradeço a intervenção de Zizi, se não fosse o sorriso dela, talvez meu pedido
continuasse indeferido).
Comecei a frequentar suas aulas, era agosto de 2017. Esperava
ansiosamente as sextas-feiras, que sem dúvida, eram minhas melhores horas da
semana. Ali escutava sobre um tal direito que poderia ser emancipatório, um
direito que poderia libertar os oprimidos, novos encontros, novos caminhos,
novas chaves de acesso para um mergulho interno que começaria nessas tardes de
sextas-feiras. Ali encontrava também palavras que ecoavam em minha alma ao
mesmo tempo que estabelecia uma ponte de reconciliação com o direito. Dizia
sempre aos amigos que aquelas tardes me ensinavam não apenas sobre teoria
crítica do direito, mas aprendia sobre a existência humana, eram aulas e
classes de ensinamentos sobre a vida e de como ser gente.
Aos poucos, foi chegando ODANR em minha vida, carinhosamente foi se
acomodando nas prateleiras da minha estante de livros, nas minhas tardes de
sexta-feira, nas minhas manhãs de domingo nas caminhadas no parque Olhos
D’água. Os caminhos foram se costurando, tecendo histórias de vida, projetos em
comum. A parceria construída a doses de cumplicidade foi se solidificando. Por muito tempo me perguntava: “por onde eu
andava que não conhecia essas pessoas?”, “O que eu estava fazendo que ainda não
tinha lido esse livro?”, “por onde eu andava que não frequentava esses
lugares?”. Sempre me foi tudo tão familiar, aquela doce sensação de quando encontramos
um velho conhecido que há muito não vemos. Me parecia tudo muito
incompreensível não estar neste lugar antes.
Voltando após este Seminário, refletindo sobre o percurso de O Direito
Achado na Rua, penso que o nosso encontro se deu no momento certo. O encontro
me proporcionou não apenas o mergulho mais profundo com a teoria crítica do
direito, como também me ofereceu as ferramentas necessárias para meu processo
pessoal e subjetivo de emancipação. Como ninguém se emancipa sozinho, me
reconheço em um duplo movimento de libertação, nesse movimento dialético: a
minha, que atravessa esse coletivo; e a do coletivo, que atravessa a minha.
Juntos lutamos pela emancipação dos sujeitos coletivos de direito; nesse “é,
sendo” eterno.
O Direito Achado na Rua marca um divisor de águas na minha vida; de
fato, um recomeço, novas páginas em branco a serem escritas, novas
possibilidades, novas amizades, novas esperanças, novos sonhos, novos e velhos
encontros comigo mesma. Sem O Direito Achado na Rua, não estaria aqui hoje
voltando para Lima. Aqui me alegro de poder compartilhar um pouco do que este
encontro reverberou nesses últimos três meses.
Me atrevo a dizer que sem O Direito Achado na Rua, não existiria esse
encontro com las calles de Lima, cujo
ensurdecedor barulho de suas buzinas anunciam os efeitos de um neoliberalismo nefasto
já incorporado no quotidiano, na vida e na subjetividade dos limeños. Sem O Direito Achado na Rua,
não caminharia num frio intenso por meses, sob um constante céu gris, que me
traria mau humor e saudades de Brasília (ali descobri que não há nada melhor do
que o calor e o céu azul do cerrado).
Sem ODANR, não haveria este encontro com as ruas tomadas em uma
convulsão social por protestos, que culminou na dissolução do congresso
peruano. Na minha primeira semana em Lima, acompanhei as marchas que tomavam as
calles de Lima sobre o signo “Que se
vayan todos”, vozes de um povo cansado de um fujimorismo enraizado, porém ainda
sem alternativas para disputar um projeto de sociedade de libertação de seu
maior algoz: o neoliberalismo implementado pelo ditador peruano de forma tão
atroz, cujo projeto de poder continua encrustado nas elites peruanas que detém
a maioria no Congresso e em toda a institucionalidade.
Sem ODANR, não caminharia pelas charmosas vielas de Barranco, onde ali
encontraria meu cantinho dessa cidade, o Café “Gato Tulypan”, um lugar que
reúne arte independente e música criolla, que resiste como um centro cultural
por insistência e valentia de seu jovem curador, Patrício. Sem ODANR, não
encontraria na rua Quilca e seus
antigos sebos, as primeiras edições das poesias de Cesar Vallejo e seus
Heraldos Negros, não encontraria o Perú indígena, do Amauta Mariátegui, não
conheceria a Miraflores de Vargas Llosa, e o pôr do sol do oceano pacífico. Sem
ODANR, não existiria as prosas de domingo no Mercado de Jesus Maria com o
senhor Rafael, que sempre tem o melhor queijo andino para oferecer daquela
semana ou mesmo aquela imensidão de frutas, batatas, vegetais, que sem saber os
nomes levaria para casa cheia de receitas após divertidas conversas com algumas
mulheres no mercado – sempre com um rol de ingredientes que eu dificilmente
entendia.
Sem ODANR, não existiria o encontro com a Amazônia peruana e a recepção
calorosa da caudalosa chuva, que só o calor e a humidade provocada pelas
árvores centenárias da Amazônia nos oferece; não sentiria esse sentimento de
chegada, de volta ao lar, ao ver o céu desabar em forma de água, ali entendi – e senti - que não existem fronteiras
que separam as árvores, os rios e os povos. Sem ODANR, não haveria uma viagem
de avião, avioneta, caminhão, barco, chalupa, dois dias e meio rio adentro para
chegar ao Pueblo Ashuar del Pastaza,
não encontraria ali este povo alegre, que escuta canções tão semelhantes àquelas
acostumadas a ouvir nos rincões mais profundos do Pará. Não conheceria mulheres
e homens guerreiros, que lutam contra a exploração do extrativismo, combatendo
vorazmente os projetos de mineração e lotes petroleiros, projeto colonialista
que continua sendo a matriz econômica peruana; não tomaria banho no rio com as
mulheres ashuares, e descobriria que o
que temos em comum além do sorriso e a condição de ser amazônica, é a
dificuldade de se expressar em castelhano – nossa língua materna é outra.
Sem ODANR, não teria meu encontro com as Rondas Campesinas, o maior
movimento do campesinato peruano, não chegaria a 4.200 metros de altitude nos
Andes peruanos, em Cajamarca, para conhecer um povoado campesino (descendente
de indígenas) de mil habitantes, cujo modo de vida está imbricado com a
proteção de seu território, suas lagoas, sua água, sua vida; não seria
convidada a desayunar em suas casas,
a almoçar no melhor (e mais modesto) restaurante do povoado; não voltaria com
eles em uma Kombi, ouvindo seus cânticos de melodia triste, mas que anunciam a
vitória após conseguirmos visitar as lagoas de Yanacocha, e atravessar as
tranqueiras que lhes impediam de pisar em seu território sagrado depois de nove
anos; não chegaria com eles até Quito, depois de 40 horas de estrada, para a
reunião da Comissão Interamericana de Direitos Humanos, para apoia-los na
defesa no caso Conga, projeto de mineração de extração de ouro maior da América
do Sul, que secaria todas as suas lagoas e acabaria com toda a água da região. Não
participaria de um evento sobre consulta prévia na Universidade andina Simón
Bolivar, e não conheceria as lideranças indígenas que protagonizaram uma série
de protestos anti-neoliberais contra medidas autoritárias de um governo que
lhes traiu, e que inaugura uma série de insurgências populares em toda nuestra latino-américa.
Sem ODANR, não existiria tardes e tardes compartilhadas com toda a
equipe do Instituto Internacional de Derecho y Sociedad, tantos aprendizados
entre sorrisos e guloseimas peruanas, fartura e abundância de tantos sabores
deste Peru. Foi por meio de ODANR, que também encontrei a querida Raquel
Yrigoyen Fajardo, que me abriu as portas para todos esses novos encontros, por
meio do pluralismo jurídico, da litigância estratégica, amizade também tecida a
base da cumplicidade e confiança. Também pelo ODANR, cheguei na Universidade
San Marcos, para as minhas aulas de antropologia da Amazônia, com a professora
Luiza Elvira Belaunde, que me colocou em crise com todo meu marco teórico da
minha pesquisa de dissertação de mestrado e que me faz voltar cheia de dúvidas –
terei que me entender depois com meu
orientador.
Foram tantos os encontros proporcionados por meio deste primeiro
encontro com O Direito Achado na Rua, que me caem as lágrimas só de pensar. E
já sinto saudades daquele que sorri um sorriso sempre esperançoso e que levanta
o chapeuzinho para se despedir, me fazendo rir e chorar ao mesmo tempo. Já
sinto saudades dos que ficaram e sinto saudades de tudo aquilo que ainda não
vivi.
Volto a Lima feliz, ansiosa para a chegada nesse novo lar, que aprendi a
amar, que me abriu novos caminhos e que expandiu a minha alma. Volto a Lima
para encerrar esse ciclo de tantas novas Renatas, de tantos novos começos, de
tantas e múltiplas possibilidades. Mas volto mais feliz ainda porque sei que
meu retorno a Brasília se aproxima e com ele novos desafios, novas aventuras,
novos caminhos nesse grande coletivo que é O Direito Achado na Rua.
Queria lhe dizer, professor José Geraldo, que trago O Direito Achado na
Rua comigo para onde quer que eu vá, pois já não sei onde ele começa e onde eu
termino.
Obrigada Zé,
Obrigada Professora Nair,
Obrigada a todos e todas que juntos compartilhamos estes últimos três
dias de seminário, que estiveram presente e espiritualmente conosco.
Obrigada a todos que são e constroem a Nova Escola Jurídica Brasileira,
Nair.
Com amor,
Renata Vieira.
Brasília, 15.12.2019
Mulher Ashuar, Territorio Ashuar del
Pastaza, 30.10.2019
Rondero, Laguna Seca - Cajamarca, 07.11.2019
Quito,
10.11.2019
Com os movimentos sociais, Universidade Simón Bolivar, Quito, 13.11.2019
Com o Amalta Mariátegui – Centro de Lima, novembro 2019
Pôr do sol no Oceano Pacífico - Lima, 13.10.2019
Carta do céu.
Ísis Menezes Táboas
Querido Professor José Geraldo, enfim, te envio minha carta, mas não é uma carta da China, da Rússia, do Egito, da Romênia, da Itália, da Grécia, da Espanha, ou mesmo da Holanda. É uma carta do caminho, é uma carta do céu - de algum lugar do céu entre China e Holanda; e eu tenho dois motivos para escrevê-la.
Primeiro, é uma carta do céu porque mais bonito que chegar ao destino é entender e apreciar a travessia. É uma carta do céu porque eu gosto da incerteza sobre a chegada. Nesses nove meses, oito países e três continentes, o que eu descobri é que muito melhor que achar as respostas é fazer perguntas e deixar que elas nos guiem enquanto perambulamos por aí. Eu sinto que a imaginação e a curiosidade são muito mais estimulantes que esse conhecimento hegemônico que se considera pronto e acabado, eu gosto do conhecimento que é movimento, que é curiosidade e criatividade, parafraseando nosso Lyra Filho, eu gosto do conhecimento “que é, sendo”!
E o que poderia ser mais movimento e mais curioso que sentir essa imensidão de céu, olhar pro infinito e imaginar: Como será quando eu chegar? Que música tocará? Será música de carros acelerando ou passarinhos cantando? Haverá risadas altas e sorrisos grandes ou silêncio e sorrisos tímidos? Como dançarão? Dançarão com todo o balanço possível do corpo ou mexerão apenas o olhar e, talvez, timidamente os calcanhares?
Quem cruzará meu caminho? Será tímida/o ou expansiva/o? Rude ou doce? Que roupas usará? Falaremos em mímica ou em língua falada? Quando eu precisar de ajuda, quanto tempo demorarei pra encontrar alguém? Quais histórias carregarão as pessoas que meu olhar cruzará?
Como será a comida? Será servida em pratos? Comerei com a mão, com colheres, garfos ou palitos? A comida será apimentada, bem condimentada ou terá o sabor natural de cada alimento?
Onde dormirei? Dormirei na palha dos cavalos, em uma cama confortável, em um trailer abandonado, em um barco atracado ou em um colchão inflável de um quarto emprestado? Haverá banheiro ou farei xixi no mato? Se houver vaso sanitário, será ocidental ou aprenderei a técnica chinesa de agachamento?
Como me receberão? Serei bem vinda como uma “brown Brazilian PhD student” viajando sozinha? Quantos verei serem barrados nos controles policiais e de passaporte? Quantas vezes meus olhos encherão de lágrimas e, discretamente, os enxugarei ao ver sonhos de outras pessoas terminarem “por no llevar papel”? Quantas vezes nessas filas de “passport control” em silêncio cantarei com Manu Chao indignada “Argelino clandestino, Nigeriano clandestino, Boliviano clandestino, Mano negra ilegal”?
Em segundo lugar, eu também escrevo uma carta do céu por pulsarem em mim histórias que me contaram de minha primeira infância e quero compartilhar.
Contaram que o meu Vô Celso me deixava tagarelar sem fim enquanto lia jornal na sua poltrona, e balançava a cabeça positivamente quando eu terminava minhas longas histórias e perguntava: Né, Fô? Ele tinha um jogo que me fascinava porque tinha rainhas, reis e cavalos em um tabuleiro branco e preto; e ele dizia que meus olhos eram de jabuticaba, nada me divertia (e diverte) mais que pensar que podemos ter olhos de fruta.
Mas o mais importante de nossa relação era que ele tinha um balanço em seu jardim e a maior paciência do mundo pra me balançar a tarde toda. Um dia entrei correndo em sua casa e gritei: Fô! Fô! Fô Celso, vem me balançar! Todas/os estavam chorando, e eu corria pela casa procurando pelo meu avô, insistentemente. Então, minha mãe me levou ao balanço e me contou que o Vô Celso não morava mais na Casa do Balanço, ele tinha se mudado pro céu.
Na semana seguinte, apareceram manchas na pele dos meus joelhos e cotovelos, manchas que me acompanharam por 14 anos. Foi minha primeira perda e meu corpo quis tatuá-la em todos os meus quatro membros. Quase um ano depois, minha mãe me contou que iríamos de avião visitar a família em Sergipe. E eu respondi: Já sei! A gente visita a família de Sergipe e no caminho, de avião, meu “Fô Celso” que mora no céu!
Todas/os que me contam essa história a consideram graciosa! Mas, na realidade, me parece um pouco menos graciosa, mais longa e, talvez, mais pesada. Parece me que eu arrastei no chão, na árdua estrada da vida, essa e outras pesadas perdas até meus 20 e tantos anos, que foi quando subi em um avião pela segunda vez em minha vida.
Em minha segunda visita ao céu, já na fase adulta, encontrei meu avô, minha mãe, minha grande amiga Danaise, e outros tantos queridos que hoje têm o céu como residência. Foi tão emocionante, eu chorei, ri, sorri, contei pra todo mundo do voo e até pedi (insistindo muito) pra tirar uma foto com o piloto, que, naquele dia, era meu herói. Definitivamente, fui a adulta mais criança que já encontrei em um avião.
Eu ainda não sabia, mas depois dessa segunda viagem de avião, minha vida mudaria, eu não cuidaria mais de crianças ricas, nem mais trabalharia em loja de roupas, eu seria advogada, logo mestra, doutoranda e professora. Tornar-se-iam possíveis e frequentes minhas visitas ao céu.
E foi assim que, especialmente nesse último semestre, eu passei muitas horas no céu, da Holanda fui à China, à Rússia, ao Egito, à Romênia, à Grécia, à Itália e à Espanha, e ainda passearei mais um pouco pela imensidão do Oceano Atlântico afim de voltar à minha terra brasileira.
Pra finalizar, quero te dizer, Professor, que eu gostaria muito de ter te escrito uma carta de cada um desses lugares, como havia prometido, mas eu não pude. Eu gostaria de ter escrito também uma carta sobre cada uma das incríveis histórias que ouvi de cada uma das amigas e amigos que fiz no Instituto Internacional de Ciências Sociais na Universidade de Roterdão onde eu estava (há mais de 150 nacionalidades entre as/os pós-graduandas/os e pesquisadoras/es), mas eu não pude, Professor.
Sinto que havia tanto a ser visto, ouvido, observado e experimentado que minha cabeça não pôde fazer mais que perguntar e procurar as respostas, sinto que não tive tempo para pensar sobre cada uma delas e muito menos para descrevê-las com a devida sensibilidade que cada história merece. Hoje, eu sinto que toda uma vida tentando entender essa diversidade que conheci não me bastaria.
Tudo que, agora, eu posso escrever é sobre o caminho adorável que liga tudo isso, sobre o céu, esse espaço que podemos visitar e matar as saudades nossos amores mais antigos, podemos nos encontrar com nossas histórias do passado, reencontrar nossos sonhos ainda não realizados e, inevitavelmente, é o lugar onde um dia encontraremos nosso destino. É no céu que visito minhas saudades, que encontro minhas dúvidas, faço minhas perguntas, me preparo para buscar as respostas e reafirmo minhas poucas certezas.
É desse lugar especial que te escrevo e sobre a travessia chamada vida e a diversidade possível de se ver, sentir e viver que te conto, Professor!
Um grande abraço e muitas saudades.
Até breve.
Desde o céu, Ísis.
(P.S.: Eu tenho anotações de cada um dos países, que vão virar carta, eu prometo! Mas agora elas precisam da ajuda “de um dos Deuses mais lindos: o Tempo.”)
Quando a teoria descolonial se transforma em ferramenta de colonização em mãos europeias (Carta de Oviedo)
Patrícia Vilanova Becker*
Ontem vivi uma situação extremamente violenta em um espaço formativo antirracista, em um curso de formação oferecido por uma associação que trabalha em temas migratórios. O curso iniciou com uma pessoa espanhola ensinando pensamento e feminismo descolonial com uma densidade teórica digna de doutorado, de forma rápida, vertical, academicista, para um público variado de pessoas onde se incluíam sujeitos imigrantes que não tinham bagagem acadêmica. A ponente, nitidamente, dialogava somente consigo mesma.
Meu desconforto aumentava em escala progressiva. Começou a explicar o que era extrativismo (de recursos materiais dos países subalternizados) e cultural/epistêmico. Explicava o que era apropriação cultural. Quando nos perguntou se podíamos pensar em algum exemplo de extrativismo, me pareceu o melhor momento para dizer que o extrativismo epistêmico ocorre todo o tempo na academia, quando a teoria descolonial se transforma em mercadoria acadêmica para programas europeos, que expropriam os sujeitos e ficam somente com a teoria. Me pareceu oportuno apontar que impartir um curso de pensamento descolonial tendo como ponente uma pessoa branca/européia, era também uma forma usurpar o lugar enunciativo dos sujeitos protagonistas da teoria.
As discussões que se seguiram passaram pela autodefesa reiterada do direito da ponente de ensinar pensamento descolonial, de que se ela, ponente/professora espanhola, não desse o curso, ninguém mais o daria, pois não havia pessoas imigrantes habilitadas a dar este conteúdo. Que era difícil encontrá-las. Que as pessoas imigrantes estão muito ocupadas com sua precariedade e que não tem tempo para dar conteúdos como este. Passou pela ponente e outra pessoa europeia sugerindo que eu poderia juntar minhas amigas imigrantes e fazer meu próprio curso. Passou por escutar a ponente dizer que ela já havia ouvido muitas vezes esta crítica que eu estava fazendo, mas que ela tinha refletido e decidido que ela era sim legitima para ensinar pensamento descolonial. E por fim, passou pela ponente dizendo que era “uma casualidade” que algumas pessoas imigrantes estivessem presentes, e que o curso estava pensado, na verdade, para conscientizar voluntários e profissionais brancos/europeus sobre seus privilégios. Ora, nada mais normal que fazer um curso aberto antirracista e não esperar que venham ao curso pessoas imigrantes e racializadas! Trinta minutos de pessoas europeias ensinando-me porque não existe nenhum problema que elas ensinem a pessoas imigrantes e racializadas o que é colonialismo, afinal se não fosse pela ponente europeia ninguém mais poderia dar o conteúdo, ou seria um exagero exigir que se busque uma pessoa habilitada, já que suporia um esforço hercúleo, como buscar uma flor no deserto.
Sai de lá com tristeza profunda, lágrimas contidas, a mesma raiva de sempre ao deparar-me com o mesmo muro de arrogância, típico dos espaços espanhóis quando são submetidos à crítica. Imigrante bom é imigrante oprimido, é imigrante indefeso, é imigrante que precisa de ajuda, que depende da boa vontade e da generosidade europeia.
Tenho absoluta consciência dos privilégios da minha condição migratória, que advém da minha branquitude, da minha residência regularizada, do perfil acadêmico e da condição laboral vigente. Supostamente minha experiencia migratoria deveria ser muito amena e suave. Contudo, cada vez mais percebo que não reúno os requisitos necessários para ser objeto de amor e generosidade, já que não estou na posição de precariedade digna da generosidade europeia, já que tenho arsenal linguístico e teórico que me permitem confrontar com mais facilidade as práticas e os discursos das pessoas brancas/europeias que dominam os espaços de poder dos temas migratórios.
Ontem, como se diz aqui na Espanha, recebi “una paliza” (uma surra) nesse espaço dominado numericamente e discursivamente por pessoas europeias, o que me custou meu sono, minha saúde mental, minha alegria, e inclusive minha vontade de seguir ou não vivendo aqui. Mas o que me consola é que fazendo o exercício de imaginar o rosto de cada uma das pessoas com quem trabalhei no SAJU da UFRGS, ou na AJUP da Universidade de Brasilia, dxas companheiras de militâncias que fiz Brasil afora, imaginando o rosto dos meus melhores amigxs e interlocutorxs teóricxs e políticxs, tenho a convicção de que elxs teriam atuado da mesma maneira que atuei, que não se calariam, que mostrariam resistência, que um outro mundo é possível, pois já o vivi - às vezes esqueço do que é possível fazer com um pedaço de chão e uma roda de pessoas, com um pedaço de lã e um pouco de giz. As vezes esqueço de que já fiz parte de um projeto de universidade e de educação popular que me fazia despertar a cada dia cansada, mas com brilho nos olhos. Aqui nos matam, amigxs. Aqui matam nossos sonhos, nossa esperança, e nossa capacidade de ser sujeito. Ansiosa por colocar os pés em solo brasileiro, onde impera o caos, mas onde os sonhos (e xs sonhadorxs) estão vivos (e resistem).
*Patrícia Vilanova Becker integra o Grupo de Pesquisa O Direito Achado na Rua; mestre em Direito pela UnB, participou do Programa Erasmus Mundus Master´s Degree in Women's and Gender Studies na Universidade de Bolonha e Universidade de Oviedo, onde se encontra atualmente, em continuidade a seu programa de pós-graduação
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Segunda Carta Novíssima de Oviedo
As origens do anti-intelectualismo, ou sobre o crime de ser intelectual
Patrícia Vilanova Becker*
Na última década, ao longo dos governos do Partido dos Trabalhadores, sujeitos das classes populares ingressaram no sistema de educação superior motivados pela criação/ampliação de políticas afirmativas, pela expansão das universidades públicas e de suas vagas (Reuni), pela possibilidade de bolsas em universidades privadas (Prouni), pela reformulação e expansão do ENEM como prova de acesso, pelas novas dinâmicas de mobilidade regional através do SISU. Para a classe trabalhadora, entrar na universidade nesta época era sinônimo de cursar uma ou duas disciplinas em uma universidade privada, acumulando uma dívida que se triplicava de forma mágica, sem nunca chegar a se graduar. Um novo mundo então se abriu para muitas pessoas que não viam nenhuma possibilidade de ingressar no ensino superior. Aos poucos, compreendemos que este era um futuro possível de ser sonhado, e um novo imaginário coletivo nasceu para jovens das classes populares.
Eu, junto a tantas/os companheiras/os, fui uma destas pessoas, e me sinto na obrigação de analisar de perto minha responsabilidade na construção do retrocesso que hoje presenciamos, que encontra sua expressão máxima na figura de Bolsonaro - o homem mediano, como brilhantemente apontou Eliane Brum. Uma nova geração jovem vinda das classes baixas ingressou na universidade e descobriu dentro ou ao redor dela seus primeiros espaços de militância. Estudantes pretos, pardos, indígenas, oriundos de escolas públicas e classes populares não tiveram somente seus destinos afetados pela educação superior, mas também foram responsáveis por tornar a universidade mais politizada e socialmente comprometida. Queríamos fazer extensão popular, participar do centro acadêmico, ocupar, fazer greve, assembleia, plebiscito. Jamais poderia contar, em uma lista ou livro por mais grosso que fosse, a quantidade de companheiras/os de militância político-acadêmica que encontrei em muitos rincões deste Brasil. Éramos (somos) infinitos. O que então deu errado?
Estas pessoas, embebidas em novos conhecimentos, novas categorias analíticas, novas maneiras de pensar e de ver o mundo, retornaram a seus lugares de origem transformadas, quiçá falando outras línguas de difícil compreensão para os que nos viram crescer. Os movimentos sociais de esquerda passaram a receber, de forma cada vez mais frequente, a uma nova categoria de militante, inquieta e multitarefas, dividida entre os muros da universidade e a rua. Na busca por uma universidade aberta e popular, buscamos maneiras de desenvolver uma ciência crítica através de metodologias variadas: pesquisa-intervenção, pesquisa-ação, observação-participante, pesquisa-militante, as alternativas eram muitas. Queríamos ouvir a voz dos sujeitos, trabalhar ao seu lado, construir perguntas a partir de suas demandas mais urgentes. Mas sabemos que nem sempre (ou quase nunca) a prática dá conta das ambições da teoria.
Por outra parte, as discussões dentro dos movimentos de esquerda ganharam notas de academicismo. Houve uma intelectualização das esquerdas na medida em que as classes populares se apropriavam dos espaços, da linguagem e dos conhecimentos da/na universidade. Nem mesmo o feminismo saiu ileso. E não teria porque sair, já que possui uma longa e exuberante tradição intelectual no campo dos estudos de gênero. Termos complexos, categorias que hoje ganham as redes sociais e a boca do povo (identidade de gênero, interseccionalidade, patriarcado…) encontram suas origens em livros empoeirados ou em arquivos pdf em inglês. Mas este conhecimento se expandiu para fora dos livros e tomou os espaços de militância. Foram comidos, digeridos e vomitados, como bem manda a nossa antropofagia.
Em meio a todas estas transformações, lugar de destaque merece a educação popular - esta mesma difundida por esta figura demoníaca chamada Paulo Freire. A educação popular, velha conhecida, se renovou na última década e não se deixou seduzir pelo prestígio das aulas magna: não se esqueceu da necessidade de equalizar as linguagens, de trabalhar “com” o povo e não “para” ele, ao lado e não à frente. Este texto, por sinal, não tem a menor pretensão de chegar às classes populares. Esta é uma mensagem para os meus pares, vocês intelectuais. Porque hoje é isso que eu sou, e reivindicar meu lugar somente como “militante” ou “ativista” não seria honesto. Me dirijo especialmente àqueles/as que permaneceram na vida acadêmica, que seguiram com mestrados e doutorados, sonhos ainda mais impensáveis em um passado não tão distante. Estamos conscientes de pertencer à elite intelectual de um país tão sofrido quanto o Brasil? Qual o nosso papel em encontrar soluções para a crise atual?
A lógica é mesmo perversa. Vejamos: uma parcela expressiva de jovens das classes populares chegou à universidade, nos apropriamos de linguagens e categorias complexas que nos permitiram formular novas questões e compreender melhor os processos de opressões. Nos “empoderamos” coletivamente, deste empoderamento que os conservadores odeiam. Nos capacitamos para discutir frente a frente com as elites econômicas e intelectuais que ocupam os lugares de poder do país. Mas algo saiu tão errado ao longo do caminho que hoje são as próprias classes populares, junto às elites pouco instruídas ou mal intencionadas, quem nos acusam do crime do intelectualismo e do “politicamente correto”.
Às vezes tudo isso me lembra algo que costumávamos dizer durante a infância entre as meninas: - ela “é muito cheia”, “ela se acha”, não gosto dela porque “quer aparecer”. Talvez os jovens de classes populares que ascenderam na última década foram picados pelo bicho da vaidade, e outra parte dos brasileiros pelo bichinho dos ciúmes. - “Não venha com esse papo ‘politicamente correto’ tentando me educar porque você não é melhor que eu”. O estudante entusiasmado na mesa do almoço de domingo não entende como o tio pode desprezar tudo aquilo que aprendemos com rigor científico, reduzindo tudo ao campo da mera opinião. - “Mas tio, os direitos humanos se difundiram diante das atrocidades da segunda guerra mundial...”. E o tio sentencia: - “Tudo bandido”. Fim da discussão. Sabemos que esta tragédia democrática foi gerada por múltiplos e complexos fatores - inclusive de ordem global. Mas isso não nos exime da responsabilidade de descobrir qual foi a nossa dose de contribuição nisso tudo. Ah, esqueci de mencionar. Este texto só traz perguntas, e não respostas. Mas podemos encontrá-las juntas/os.
*Patrícia Vilanova Becker integra o Grupo de Pesquisa O Direito Achado na Rua; mestre em Direito pela UnB, participou do Programa Erasmus Mundus Master´s Degree in Women's and Gender Studies na Universidade de Bolonha e Universidade de Oviedo, onde se encontra atualmente.
Carta de Amsterdan (antes um bilhete, enquanto não chega a primeira carta)
de Ísis Dantas Menezes Zornoff Táboas*
Em meu aniversário de 9 anos, ganhei do meu pai rosas e uma história, ele me contou sobre a Deusa da Fertilidade, suas magias no rio Nilo e sobre um país chamado Egito. Minha mãe, em seguida, me deu um caderninho e disse que, na primeira folha, eu deveria listar os meus sonhos e, nas seguintes, escrever como iria realizá-los.
Na primeira linha, sem hesitar, escrevi que eu iria ao Egito, iria conhecer o tal rio Nilo e o templo dessa Deusa, que era dona da fertilidade, do amor e ainda por cima se chamava Ísis!
Levo 21 anos escrevendo as próximas páginas: “como chegar lá”. E, teimosa que sou, hoje, finalmente, pego o avião para o Cairo, e depois mais 900 km de trem, carro e barco, vou chegar a tempo de receber o ano novo na pequena ilha do rio Nilo onde fica o templo da Deusa da Fertilidade, o templo da Deusa Ísis. 💜
2019 vai começar com a Ísis de 9 anos bastante feliz!
Vem 2019! Vem que, como Gonzaguinha, a gente acredita na vida, na alegria de ser, nas coisas do coração e, nas mãos, um muito fazer! A gente pega os sonhos e vai embora, pensa que tem terras e gente a conquistar, tem um fogo nos olhos, um fogo de não se apagar!
Só vem, 2019!
🔥💥☀️😍❤️
@ Amsterdam Airport Schiphol
* Doutorando em Direito na Faculdade de Direito da UnB; atualmente cumprindo estágio sanduíche no
Novíssima Carta de Oviedo (Carta para o Zé)
Patrícia Becker*
Essa é uma carta para o Zé, o professor titular da prestigiosa Universidade de Brasília, que no auge da carreira acadêmica, sendo hoje um dos maiores intelectuais do país, se permite ser chamado apenas de “Zé”. Hoje não é um dia fácil para mim, é um dia em que minhas mãos pesam e meus olhos seguram lágrimas de cansaço. Por caminhos imprevistos vim parar em meio a epistemologias europeias, onde parece que a crítica não é parte indispensável nem mesmo do feminismo. Experiências frustradas e silenciadoras dentro e fora da academia, colonialidades e exclusão dentro e fora da assembleia feminista. Nos dizem que o inimigo é o outro, que não podemos perder tempo brigando entre “nosotras” enquanto avança o patriarcado, o inimigo está lá fora, dizem. E assim vamos apagando nossas diferenças, homogeneizando e assimilando, ignorando as feridas e as violências (micro, macro, e de todos os tamanhos), sem enfrentar o opressor que mora em cada uma de nós. Meu corpo se transforma em um bau de ressentimentos, de coisas não ditas, ou de arrependimento pelo dito e nunca compreendido. A necessidade de inclusão e aceitação dentro do sistema acadêmico europeu em um contexto de imigração pode transformar a feminista descolonial mais feroz em uma ovelha assustada, temerosa por ser ainda mais excluída. Me calam? Me calo?
Mas tudo isso é sobre mim. Voltamos ao Zé. O professor que mesmo após tantas distâncias sempre me marca em suas publicações, que continua me pedindo cartas, que continua estimulando-me a escrever, o professor que ainda não desistiu de mim. Em dias como esse, em que as lágrimas caem fartas diante de tanta incompreensão, só consigo pensar na família político-afetiva que a UnB me deu, e da minha vontade de atravessar um oceano correndo. Quero voltar para a salinha cheia de livros amontoados do Zé, que organizamos a muitas mãos em pleno domingo, descobrindo tesouros empoeirados. Nosso pequeno espaço de confiança onde a crítica não era somente permitida, mas era a base de qualquer avanço.
Professor querido, espero recuperar a alma que um dia tive, e voltar a escrever nossas cartas. Quem sabe cartas mais bonitas. Por hoje apenas lhe dedico algumas palavras, e todo meu carinho e admiração. Parabéns por sua trajetória, e por todas as sementes que você espalha neste mundo.
*Patrícia Vilanova Becker integra o Grupo de Pesquisa O Direito Achado na Rua; mestre em Direito pela UnB, participou do Programa Erasmus Mundus Master´s Degree in Women's and Gender Studies na Universidade de Bolonha e Universidade de Oviedo, onde se encontra atualmente.
CARTA DE SALVADOR
Querido Professor José Geraldo,
Escrevo essa carta em um quarto de hotel em Salvador, Bahia.
Quando o senhor nos relatou apaixonadamente sobre as cartas de Karl Marx, as
cartas de alunos e ex-alunos, e de tantos outros que escreviam para contar suas
experiências, despertou em mim essa vontade tímida de também escrever cartas.
Pensei nas diversas aventuras que precisaria viver para chegar ao nível de
“pessoas que escrevem cartas”. Imaginei em quais países eu deveria estar, quais
universidades frequentar, e tantas outras ideias sobre as famosas “cartas”.
Mas hoje surgiu em mim essa necessidade de escrever. E não
estou nos jardins europeus, nos monumentos históricos da América Latina, ou em
lugares exóticos do continente africano. Estou em Salvador, o 4º município mais
populoso do Brasil, capital do estado que conta com quase 50 mortes a cada 100
mil habitantes e 81,4% de sua população que se autodeclara negra.
O som que entra pela janela não é menos sugestivo, toca Saulo
com seu axé:
Salvador,
Bahia, território africano
Baiano
sou eu, é você, somos nós
Uma
voz, um tambor
Oxente,
cê num tá vendo que a gente é nordeste?
Cabra
da peste
Sai
daí batucador
Quem
foi seu mestre?
Capoeira
(...)
Eu sempre me encantei com a Bahia, pelas praias, a comida
saborosa, o clima sempre quente, o mar quentinho, as paisagens. Mas o que
sempre me anestesia é a força do povo baiano. Gente que luta, corre atrás,
sofre, chora e se levanta. Povo que sente nas costas o peso do chicote que
ainda insiste em ferir a mesma pele negra, que aguenta desaforo de um país que
te chama de “preguiçoso”, mas levanta 5 horas da manhã pra pegar a condução,
enfrenta o congestionamento da Antônio Carlos Magalhães, trabalha horas a fio, come
mal, corre pra voltar pra casa depois do expediente a tempo de buscar as
crianças na escola. No fim do mês o salário parece sempre diminuir, os empréstimos
tomam todo o pouco que se ganha, quando termina os boletos quase nada resta pra
comida do mês. Olha de relance no livro do filho que está no 5º ano, vê
histórias sobre escravidão no Brasil colonial, por um instante não sabe se está
lendo um livro didático ou o jornal do dia.
Estou aqui coordenando um curso de capacitação para os
atendentes do Disque Direitos Humanos (Disque 100), me lembrei das aulas sobre
o direito que se acha na rua, e procurei pelos becos do Pelourinho, nos
caminhos da Baixa do Fiscal, passando por Periperi e Pirajá, encontrei muita
rua, pouco direito. Entre o sentimento de impotência, entre os corpos negros
jogados nas ruas, os (quase) cidadãos que nos abordam em cada curva pedindo um
prato de comida, o molejo baiano de sempre e a simpatia do sorriso de quem
muito sofre, conheci Jorge Lázaro Samba.
Senhor Jorge teve dois filhos assassinados por agentes da
segurança pública do Estado da Bahia. Há 10 anos busca justiça pelas mortes de
seus filhos e proteção para a família. O sistema de justiça negligenciou essa
família de todas as formas possíveis e quase não existem mais esperanças para
se apegar.
Simbolicamente, cheguei à cidade no dia 20/11, pensei em
Zumbi dos Palmares, Dandara e quantas histórias como a do Senhor Jorge existem
naquela cidade, nesse país.
Lembrei-me do texto abordado em sala de aula: Porteiro ou
Guardião? O Supremo Tribunal Federal em face aos direitos humanos:
Assim que, se
não parece possível afirmar a existência de um regime democrático sem direitos
fundamentalmente referidos à cidadania – ou seja, às garantias de dignidade,
bem estar social e participação ativa na vida política da sociedade – não
soaria lógico conceber um regime de direitos sem identificar que, por detrás da
sua conquista, traduzida em reconhecimento jurídico-institucional, estão os
sujeitos que irromperam a história, superando violências, exploração e
opressões cotidianas para, a cada novo momento, a cada nova emergência em luta
social, afirmar novos direitos anunciados, como diríamos com José Geraldo de
Sousa Júnior (2016), como expressão da legítima organização social da
liberdade.
Falhei tentando encontrar dignidade, bem estar social e
participação ativa na vida política da sociedade. Em seus lugares, conheci a
luta, o empoderamento e a resistência. Fechando os olhos quase fui capaz de
escutar os barulhos das correntes. Mas dessa vez não eram aquelas que prendem e
escravizam, mas aquelas que caem nas ruas e libertam.
Semana que vem estarei em Lisboa e Viena, espero escrever uma
carta mais doce com ares europeus.
Obrigada pelo despertar.
Com carinho,
Laura Guedes de Souza*
Gladstone Leonel Júnior
Doutor em Direito pela UnB. Membro do grupo de pesquisa Direito Achado na Rua.
Ao criticar à Revolução Cubana, o peruano Mário Vargas Llosa escreveu "O mundo dos Magos" demarcando suas desilusões. Uma pena Eduardo Galeano não estar mais entre nós para contestá-lo com um "Mundo dos Falsos Mitos", livro necessário (apesar de inexistir), para desmascarar os falsos propagandistas da contra-informação e demarcar sua perene esperança no mundo a partir do povo cubano.
Sendo assim, nos cabe refletir alguns termos para tentar melhor captar o modo de ser/ver cubano no mundo.
A LIBERDADE.
O senhor Ramón, trabalhador de um hostel, integrante de uma numerosa família pobre no período pré-revolucionário, conviveu com toda mudança política posterior. Há alguns anos um dos seus irmãos vive nos Estados Unidos e volta à Havana com frequência. O Senhor Cândido, taxista de Havana, já teve oportunidade de ir duas vezes e irá esse ano novamente para visitar uma irmã, também nos Estados Unidos. Porém, ao trabalharem a noção de Liberdade, nenhum deles traz à tona o ato de viajar, mas sim o de poder andar em seu próprio país sem baixar a cabeça para nenhum "gringo", se sentem como "reis", apesar de manterem o respeito, a noção de humanidade e o acolhimento para com qualquer pessoa.
A forma descolonizada de captar a liberdade não vem de hoje, despertou-se, em parte, com o visio(revolucio)nário José Martí, como apresentado em seu memorial. Em uma gigantesca estátua, ele observa a Praça da Revolução e o desenho dos não menos virtuosos Ernesto "Che" Guevara e Camilo Cienfuegos, os quais contribuem para a resignificação do termo liberdade.
Andar pelo Malecón observando o mar, tomar um mojito nos jardins do Hotel Nacional ou na boêmia La Bodeguita del Medio, sentir o sincretismo religioso da Santería no centro de Havana, comprar um livro na feira da Praça das Armas, fumar charuto em Havana Velha, ou ouvir um Buena Vista Social Club são as várias formas de disfrutar essa liberdade que só a soberania de um país verdadeiramente livre e independente, segundo os próprios cubanos, pode fornecer.
A MISÉRIA.
Certa vez, lembra sempre Pedrinho Brandão, o escritor cubano Leonardo Padura, ao responder uma jornalista da "Revista" Veja sobre a miséria em seu país, disse que viu mais miséria em uma esquina de São Paulo do que toda a sua vida em Cuba.
As necessidades materiais das pessoas e do Estado, que são reais em uma ilha com poucos recursos, baixa diversidade econômica e vitimada por um embargo econômico criminoso ao longo de décadas pelo simples fato de querer andar com as próprias pernas ao invés de viver de joelhos, não se confunde com a miséria. Algo que definitivamente não está no horizonte de um Estado que garante moradia digna, educação plena, sistema de saúde universal, práticas esportivas de alto nível, estímulo as manifestações culturais populares e assistência social ampla para seu povo. Isso é real.
A DEMOCRACIA.
De fato, não é fácil do brasileiro "médio" entender o sistema político em Cuba. Afinal de contas como seria possível assimilar que qualquer cidadão tem plena igualdade de condições para concorrer a um mandato na Assembleia Nacional, seja ele padeiro ou uma médica, enquanto na democracia golpeada brasileira, não se elege um deputado com menos de alguns milhões de reais "investidos"?
Certamente essa carta não teria a pretensão de esgotar esse tema, embora não se pode negar que ele vem a reboque com outro conceito: o de dignidade.
Não resta dúvida que aquele que melhor representa essa palavra, segundo as vozes que ecoam nas ruas de Havana, é Fidel Castro. Aquele que deu um nó na história e tornou-se a grande referência, sem deixar que sua personalidade fosse cultuada em estátuas, como nome de ruas e imagens. Uma "bala de prata" no coração dos falsos propagandistas das ditas "ditaduras personalistas".
Fidel não precisava de homenagens, pois sabia que seu exemplo está entranhado em todo cidadão cubano e nas ruas de Havana.
Por isso, Cuba, mesmo reatando relações diplomáticas com os Estados Unidos, deixa escrita uma mensagem, repetida pelo povo, em um mural em frente à embaixada norte-americana: "Pátria ou Morte. Venceremos". Esse caminho não tem volta, o destino de Cuba é um só: avançar.
La Habana, Janeiro de 2017.
Gladstone Leonel Júnior
Doutor em Direito pela UnB. Membro do grupo de pesquisa Direito Achado na Rua.
Sobre o que aprendi - com a Inglaterra e seu sistema educacional. Primeira Carta de Albion
Ana Luiza Almeida e Silva *
Após um seminário sobre Direitos Econômicos e Sociais na LSE (London School of Economics), tomei conhecimento de um manifesto desenvolvido por diversas faculdades de Economia em diferentes países da Europa contra o caráter restritivo de suas grades curriculares. O movimento, fortemente endossado pelas universidades britânicas, é fortalecido por argumentos como: a superficialidade da abordagem disciplinar; desvinculação a outras áreas do conhecimento e, principalmente, a ausência do pensamento crítico nas salas de aula.
Esse movimento constitui um feito das Ciências Econômicas, mas poderia facilmente ser aplicado a outras disciplinas e ao conservadorismo que as rodeia. Na Inglaterra, noto no âmbito acadêmico uma clara opção por um uma estrutura hierárquica e exclusiva que, inevitavelmente, está relacionada a suas origens históricas.
A educação básica britânica passa por um amplo processo de privatização. Atualmente, 40% das escolas de educação básica, que antes eram completamente financiadas pelo governo, constituem Academies que, além de não estarem vinculadas as autoridades locais, podem exercer a atividade com escopo de lucro.
A previsão do Sindicato dos Professores Britânico é de que ate 2015 todas as escolas de educação básica terão esse status.
Em nível superior, desde 2011, o ensino público e gratuito já não é uma realidade. O governo subsidia uma parte mínima das taxas universitárias, podendo a anualidade de um curso de graduação custar até 9 mil Libras a um estudante britânico ou originário de um dos países membros da União Europeia.
A um estudante nacional de países não pertencentes à União Europeia, a anualidade custa uma média de 12 mil Libras ao ano, ou, 30% a mais que aquela aplicada a um aluno europeu, podendo tal diferença chegar a 50%.
Mas em um país em que quatro instituições acadêmicas de Ensino Médio enviam mais estudantes a Oxford e Cambridge do que outras 2000 por todo o Reino Unido,o elemento econômico sobre diretrizes educacionais torna-se uma pauta urgente.Nesse sistema, as mais prestigiadas escolas do Reino Unido ocupam aproximadamente 30% das vagas de Oxford – e 84 delas são privadas.
O sistema de educação britânico não é para todos e não deixa nenhuma dúvida quanto a essa escolha.
Apesar de seguir uma tendência mundial de privatização da educação - a exemplo dos USA, onde a média anual de um curso de graduação é de 22 mil dólares ao ano, o que assusta no Reino Unido é uma aparente aceitação e institucionalização dos critérios discriminatórios no ambiente acadêmico. O excessivo apelo às distinções acadêmicas, as seleções de estudantes baseadas em suas instituições de origem e até mesmo a noção de “resposta perfeita”, não apenas acirram a competitividade entre alunos, como empobrecem o ambiente acadêmico.
Em um dos artigos que li, um professor de Oxford e ex-aluno da casa declarava sua frustração pela excelente experiência acadêmica e solitária em termos de interação social nos anos em que passou naquela universidade. E isso é evidente quando se observa as mais altas classes britânicas ao verem seu padrão social decrescer e seu estilo de vida ser alterado por conta de tais gastos (agora com educação) que os distinguem do resto da sociedade.
Portanto, a descrição feita por mim, há alguns meses, sobre o país em que “todos podem ser tudo”, constitui uma exclusividade da realidade Sueca e que, em termos acadêmicos, definitivamente não se aplica à Inglaterra
Em uma sociedade orgulhosa de suas origens monárquicas e perpetuadora de uma profunda fratura social, essa parece apenas ser mais uma estratégia para perpetuar a segregação, só que agora ela assume um novo formato – relacionado a origens, etnias e gênero.
Para saber mais sobre o manifesto das faculdades de Economia:
Luiza Valladares**
Escrevo esta carta com fome. Então, dentre os nove meses de andarilhagem em que degustei desde aromáticas especiarias das margens do Ganges até fétidos ovos cozidos no vapor sulfúrico dos vulcões de Java, vou contar o pedaço mais gostoso da viagem.
É o pedaço mais gostoso não só porque os quitutes que lá encontrei me regalaram com alguma reserva de energia abdominal necessária ao bom andamento da jornada. É o mais gostoso porque alimentou como nenhum outro minha alma e meu coração.
Quanto ao coração, não consigo avançar muito aqui. É estranho como o sentimento transborda ao mesmo tempo que a timidez impede a palavra. Quanto à alma... bom, me sinto um bocado menos tímida pra falar da alma do que do coração, mas é mais difícil colocar as questões da alma no papel. Mas uma coisa é certa: quando a alma está com fome ela grita, e quando está alimentada a calmaria é notável. O tempo vivido em BumiLangit foi pra mim delicioso porque alimentou minha alma na forma do vislumbre de uma revolução. Explico.
Depois de três meses de viagem pela Ásia, em que percorri 7 países com muita sede, era hora de enraizar-me, só um pouquinho, mas o suficiente para sedimentar aquela mistura de curry indiano, dal nepalês e outros condimentos culturais apimentados que encontrei pelo caminho. A condição de estrangeira falava alto. Ser estrangeira é sentir a alteridade em sua forma mais radical. O abismo insondável entre o sujeito e o próximo sempre está lá, mesmo dentro de uma mesma cultura. Mas viajar é “estar fora”, é “desinscrever-se”, temporariamente, do espaço simbólico que habitamos, nos forçando a nos deparar com esse hiato próprio da nossa condição de seres falantes, portanto, faltantes. A solução de compromisso encontrada pela estrangeira ou pelo estrangeiro que não cede à tentação de domesticação ética do próximo, que aparece na forma da xenofobia ou de um estranhamento insustentável, é a saudade gostosa de casa e a busca por aconchego e familiaridade, mesmo nas terras mais longínquas. Assim fui parar em BumiLangit.
A alguns quilômetros de Yogyakarta, a “capital cultural” de Java, ficava o céu na Terra. Na língua indonésia, “Bumi” significa Terra e “Langit”, céu. É apenas uma fazenda de permacultura, mas a intenção colocada no nome pelo seu fundador, Pak IskandarWaworuntu, é mais que a de apetecer àqueles que buscam pelo Paraíso. É um apelo, há muitos séculos ouvido nas periferias das cidades. “Fugere Urbem!!!” já gritavam os antigos, em suas antigas línguas, em suas antigas fazendas tocadas com antigas técnicas de permacultura.
A fazenda não é muito grande. Nela vive e trabalha uma comunidade muçulmana de cerca de 15 pessoas, 3 vacas, 4 cabritos e incontáveis galinhas (incontáveis não porque são muito numerosas, mas porque são realmente difíceis de serem contadas). Quase tudo que é consumido é produzido por lá, desde a energia elétrica gerada por painéis solares até a manteiga de amendoim passada no pão quentinho, iguaria que revigora corpo e mente após o trabalho no campo. E tudo que é preparado, plantado, cuidado e construído procura atender os princípios da permacultura. O termo permacultura foi cunhado em 1988 por Bill Mollison e significa “agricultura permanente”. Mas é só um nome chique para práticas muito antigas, que consistem na criação e manutenção de sistemas e tecnologias que integrem as pessoas e suas necessidades às necessidades e elementos da natureza.
O potencial revolucionário de BumiLangit está na demonstração de que é possível suprir necessidades de forma sustentável e com direito a manteiga de amendoim. Mas veja bem, a questão na natureza ontológica de uma necessidade e de quais necessidades são “realmente necessárias” é matéria para uma faceta espiritual da revolução, que não cabe discutir aqui. Já que relato a minha experiência, no que toca às minhas necessidades, aquela manteiga de amendoim me calou!
A revolução que BumiLangit deixa entrever começa no ato de plantar. Plantar é uma das atividades culturais mais antigas e encerra em si um significado quase místico, que vai além de apenas colocar uma semente no chão. É observar a natureza criar e nos dá a oportunidade de coadjuvar nessa produção e de aprender com ela. Isso é muito importante em tempos que nos induzem a apertar o play e a apenas reproduzir um repertório cultural já batido, pois o ato criativo nos tira do modo de funcionamento baseado no consumo. Acredito que o apelo de plantar é parecido com o apelo da arte.
Contemplar como a natureza cria e agir de forma a facilitar esse processo nos ajuda também a restabelecer uma conexão perdida. As práticas agriculturais atuais procuram “reinventar” a natureza. É como se a agricultura de hoje em dia lutasse contra os processos naturais, lançando mão de pesticidas, fertilizantes, alimentos transgênicos e técnicas cada vez mais distantes do modo de operação da natureza. Além de gerar um passivo ambiental imenso, essa não é a opção mais eficiente e muito menos a mais saudável. A única explicação para a escolha por esse modo de produção é o beneficio daqueles poucos por trás da indústria do agronegócio.
O desconforto gerado pela desconfiança sobre um saber que deveria ser tão intuitivo, como é o ato de plantar, cedeu lugar à esperança por meio da práxis, pois o rompimento com as práticas agriculturais nocivas parte de uma atitude de não subtração à nossa própria natureza. Nesse sentido, a agricultura feita de forma respeitosa e responsável transcende o objetivo da produção de alimentos. Essa é apenas uma reação inevitável, apesar de desejada. Plantar pode ser uma forma de cultivar mulheres e homens com uma visão mais holística de seu lugar no mundo.
Algo vai muito mal na cidade e BumiLangit foi um celeiro de reflexões sobre a questão agrária, ecológica, religiosa e... gastronômica. Sim, gastronômica porque o bem-querer ao plantar e colher transbordam para o sabor dos alimentos. E
esse aspecto tempera bastante o argumento a favor da agricultura natural, ainda mais quando escrevemos com fome. Afinal, plantamos para comer e queremos comer bem e com sabor. Enfim, irei à mesa e ao quintal mantendo em mente que comer bem é suster a vida e traz em si o potencial de um ato revolucionário.
*As “cartas” têm sido publicadas neste Blog como impressões/reflexões de viagens para intercâmbio e estudos de pós-graduação de membros dos vários coletivos que se encontram nos Diálogos Lyrianos. Assim, estão aqui colecionadas as Cartas de Nagoya (Diego Nardi), as Cartas da Áustria, Finlândia, Áustria, Alemanha e agora da China (Layla Jorge Teixeira Cesar) e as Cartas do Gotemburgo (Ana Luiza Almeida e Silva). A elas vem se colecionar as Cartas da Indochina de Luiza Valladares e, em breve as Cartas do Mondego, de Lívia Gimenes e de Patrick Mariano que estão embarcando para Coimbra para seguir programas de pós-graduação.
** Luiza Valladares faz graduação em Psicologia na UnB e em Direito no UniCEUB. Integra a AJUP Roberto Lyra Filho, assessoria jurídica universitária vinculada à FD/UnB e participa do Coletivo Diálogos Lyrianos.
El Crucero /Nicarágua, outubro de 2016.
A estrada é de terra e a mata, fechada. Quanto mais caminhava, mais ameno o clima ficava, em cima da montanha havia brisa fresca, apesar do sol quente. A placa indicava que chegávamos à Comunidad Santa Julia del Crucero, de longe vi que a comunidade estava em festa. Decorada com bexigas verdes e lilás e faixas de boas-vindas, a Cooperativa de Mulheres Glória Quintanilla se apresentou como espaço político em que jovens, adultas e idosas da comunidade se organizam, buscando alcançar a soberania alimentar com projetos que promovem a agroecologia e estabelecer relações igualitárias entre mulheres e homens da comunidade, enfrentando relações de violência e de opressão.
Ao longo do dia, elas nos apresentaram suas construções, uma escola que conta com duas professoras e atende a trinta e cinco crianças pequenas da comunidade, suas casas e, especialmente, suas lavouras. A produção é desenvolvida com sementes crioulas, sem agrotóxicos, com variedade na plantação de alimentos saudáveis e diversas técnicas para o armazenamento de água da chuva. A comunidade não tem água encanada, possui apenas um poço feito durante a ditadura Somozista. Há um projeto, parceria entre a Cooperativa de Mulheres e a ATC (Asociación de Trabajadores del Campo), que já arrecadou parte do valor para a construção de um novo poço.
Esta é uma das montanhas onde acampavam guerrilheiras e guerrilheiros na época clandestina da Frente Sandinista de Libertação Nacional (FSLN), assim chamada desde 1963, quando a Frente de Libertação Nacional se inspirou nas ideias anti-imperialistas de Augusto César Sandino, general guerrilheiro do Exército Defensor da Soberania Nacional composto por camponeses que combateram fuzileiros navais estadunidenses de 1927 a 1932. Dois anos depois de vencerem os marines, General Sandino foi assassinado pela Guarda Nacional, financiada e treinada por norte-americanos, a mando de Anastásio Somoza García.
Na década de 1970, neste acampamento nas montanhas de El Crucero, os guerrilheiros e as guerrilheiras inspiradas pela Revolução Cubana estudavam marxismo-leninismo, e treinavam para luta armada organizadas pela clandestina FSLN, que teve o protagonismo e o comando feminino em diversas batalhas.
Dora Maria Tellez comandou a Frente Ocidental do exército guerrilheiro e foi a “Comandante Dois” do ataque ao Palácio Nacional. Nora Astorga foi a responsável pela emboscada que levou à morte um dos mais odiados torturadores da Guarda Nacional de Somoza. Doris Tijerino, com 23 anos, de classe média, compunha as fileiras da FSLN e assinou o manifesto “Sandino sim, Somoza não” como integrante do Diretório Nacional e foi descrita pelo jornal como traidora da sua classe e sexo, “comunista fanática, não teve escrúpulos em oferecer sua intimidade feminina como elemento de escândalo”.
Em Ticuantepe, naEscuela Obrera Campesina Internacional - Francisco Morazán, eu ouvi depoimentos de algumas senhoras que na juventude lutaram contra a Ditadura de Somoza, uma delas contou como perdeu o braço em uma emboscada da Guarda Nacional, outra porque com 12 anos contribuía com a guerrilha, e aos 16 subiu às montanhas. A terceira contou sobre gravidez, parto e maternidade durante a guerrilha. Conheci também como homens da Guarda Nacional que subestimaram a força e a capacidade política e militar das mulheres sandinistas foram enganados e executados por elas; com as mulheres armadas e preparadas para guerrear, as relações de poder com os homens foram alteradas.
Contaram-me algumas das regras para as guerrilheiras mulheres: aquelas que ficavam nos aparelhos deveriam dormir de calças compridas e botas para fugir rapidamente em caso de ataque; durante a guerrilha, deveriam cortar relações com familiares, companheiras/os e filhas/os que não compusessem a FSLN. Para casais em que ambas/os estivessem na organização, era permitido viverem juntas/os, desde que obtivessem autorização de suas/seus superioras/es. A história é tão viva como suas sobreviventes e faz brilhar os olhos de cada uma que a construiu e, agora, a conta.
No centro de Manágua, ouvi o cantor Carlos Mejía Godoy que, juntamente com seu irmão, criou a Guitarra Armada, uma tática da guerrilha sandinista em que, através de música, passavam instruções militares e informações sobre armas e explosivos para a população majoritariamente analfabeta.
O fato é que na década de 1970, a massa popular nicaraguense se armou contra o regime ditatorial financiado pelo Império Estadunidense, que detinha grande parte das terras nacionais e explorava camponesas/es e trabalhadoras/es urbanas/os. Nas regiões rurais, o índice de analfabetismo era de setenta e cinco por cento e no caso da população feminina tendia a cem por cento; oitenta por cento dos lares não tinham nem água encanada, nem eletricidade. Com a crescente concentração de terras nas mãos de estrangeiros, o povo camponês migrava para as cidades, especialmente para Manágua, onde viviam em favelas de casas de papelão. Nicarágua tinha a mais baixa expectativa de vida da América Central (53 anos) e segundo maior índice de mortalidade infantil.
Essa intensificação da crise capitalista e a violência do regime ditatorial contribuíram com o aumento da revolta popular e a criação de condições concretas para o triunfo a Revolução Popular Sandinista. Em 1979, a FSLN venceu a Guarda Nacional e o povo tomou o poder. Anastásio Somoza, cuja família governava o país havia quatro décadas, fugiu para Miami.
Os anos subsequentes à Insurreição Popular foram de reforma agrária, confisco das terras de estrangeiros e de somozistas, alfabetização da população, reconstrução da história nicaraguense e renomeação de espaços públicos, a partir dos anseios populares. Ao mesmo tempo, foi uma década de bloqueio econômico imposto pelos Estados Unidos e fortes ataques contrarrevolucionários.
No início da década de 90, diante das intensas pressões políticas e econômicas imperialistas, o neoliberalismo ganhou as eleições para Presidência da Nicarágua. Tão logo assumiu o governo, entregou aos estrangeiros as terras que haviam sido confiscadas pelo povo, e rebatizou os espaços com nomes que possuíam antes da Insurreição Popular.
Voltando ao dia em que estive em El Crucero, uma refeição foi gentilmente servida pela Cooperativa. Em um prato verde, eu comi feijão vermelho sentada nas longas e envolventes raízes de uma árvore que me dava sombra. A minha cabeça estava a milhão, recordava cada uma das histórias que conheci nos dias anteriores e sentia a experiência pulsante daquela cooperativa de mulheres na montanha de El Crucero. Em cada colherada eu sentia o gosto irresistível de sonhar com uma outra sociedade, de desconstruir as relações desiguais de poder entre ricos e pobres, homens e mulheres. Cada colherada tinha o gosto da realidade: da relação dialética entre a dor das mulheres que passam cotidianamente por situações de violência e opressão naturalizadas pelo patriarcado e têm seus trabalhos reprodutivos invisibilizados e produtivos super explorados pelo capitalismo, em contraposição à energia feminina, socialista e feminista de resistência, de denúncia das injustiças, de organização e de luta para transformar os espaços políticos, públicos e privados. Desceu em minha garganta o feijão mais denso que já comi, temperado ao sabor da mística feminista, camponesa e popular.
Foi naquela mesma tarde que Lola, a dirigenta da comunidade, foi questionada por uma liderança do Anamuri, organização chilena de mulheres rurais e indígenas, sobre uma possível troca de nome da comunidade, cuja placa na entrada indicava Comunidad Santa Julia (nome dado em homenagem à genitora do ditador Somoza). Com absurda convicção e um pequeno sorriso entre os lábios, Lola nos explicou que há um projeto de lei municipal para, formalmente, retirar o nome da placa e dos documentos, retornando ao nome escolhido pelo povo logo que triunfou a Insurreição de 1979. Com voz firme e segura, a dirigenta termina: el nombre de esta comunidad es La Revolución!
Última carta (Cartas do Mondego)*
Ludmila Cerqueira Correia**
Coimbra, 31 de maio de 2016.
Quando organizava as coisas para vir pras bandas de cá, iniciava uma bateção de panela no Brasil, que soava como algo ridículo. Naquele momento, eu não podia imaginar que um golpe parlamentar já estava sendo arquitetado por uma direita raivosa que não aceitava a reeleição da Presidenta Dilma Roussef.
Nesse percurso de lá pra cá, que durou um ano, os acontecimentos foram cada vez mais velozes, de tal modo que nos últimos dias, em poucas horas de sono, uma decisão mudava horas depois de tomada (refiro-me à decisão do Presidente interino da Câmara dos Deputados, Waldir Maranhão, que anulou a votação do impeachment naquela casa legislativa, e, logo em seguida, voltou atrás).
O bom mesmo, nesse período, foi conhecer outros comunistas. Com eles compreendo cada vez mais que o caminho de um outro mundo possível começou a ser construído faz tempo e que precisamos aprender com os erros e os acertos, mas que jamais podemos retroceder.
E assim foi com António Casimiro, Antonio Avelãs, Raquel Rigotto, César Gilolmo, Agustín Arbesú (Tino), Manuel Desviat, Ciro Tarantino, Giovanna del Giudice, Peppe Dell’Acqua e tantos outros e outras que encontrei nessa caminhada e que me fizeram reforçar a ideia de que a saída é sempre pela esquerda.
Foi com essas pessoas que confirmei o que aprendi com Isabel Lima, Edna Amado, Marcus Vinicius de Oliveira, Ana Guedes, Diva Santana, Marília Lomanto, Clóvis Lima, Jairnilson Paim, José Geraldo de Sousa Junior e tanta gente mais: é preciso ter paciência histórica.
Basta olhar para trás e ver o tanto de coisas construídas com as lutas de tanta gente e o quanto muitas vidas mudaram nesses últimos anos.
Mas agora eu quero olhar para frente, lá na frente, enfrentando o agora, que é todo dia e está bem aí na nossa frente.
“Para nós, comunistas, não era possível construir um outro mundo em que todas as pessoas não tivessem as mesmas oportunidades.”, como me disse Tino, psicólogo espanhol, um dos fundadores da primeira escola de educação especial de Madri na década de 1970.
É com os aprendizados daqui, com os novos ares respirados e o coração marcado nesse período, que retorno para continuar lutando por outro mundo possível, em que todas as pessoas tenham as mesmas oportunidades.
* Esta carta foi escrita no último dia do meu estágio doutoral em Coimbra, há exatos três meses. À época não a publiquei, talvez na esperança de que o Golpe não se consumasse. Hoje publico-a com a esperança de dias melhores, porque continuaremos resistindo, apesar dos perigos.
** Ludmila Cerqueira Correia é advogada popular, extensionista e pesquisadora. Doutoranda em Direito, Estado e Constituição no Programa de Pós-Graduação em Direito da Universidade de Brasília, integrante do Grupo de Pesquisa O Direito Achado na Rua. Professora do Departamento de Ciências Jurídicas da Universidade Federal da Paraíba e Coordenadora do Grupo de Pesquisa e Extensão Loucura e Cidadania. Integrante da RENAP e do IPDMS.
Ludmila Cerqueira Correia**
Elaine Santos***
Coimbra, 09 de setembro de 2015.
Era uma festa, um festival europeu, mas carregado de simbolismo com potencialidades revolucionárias. É a festa do internacionalismo de uma Europa que goteja crise por todos os lados ao mesmo tempo em que se observa a América Latina tomada pela volta do conservadorismo odioso, onde as pessoas são hostilizadas nas ruas até mesmo por trajar vermelho. É o que tem ocorrido no Brasil desde 2013, tendo se acentuado nos últimos meses, quando pessoas que vestem roupas vermelhas, sem qualquer pretensão política, são agredidas.
A Festa do Avante!, organizada pelo Partido Comunista Português (PCP)****, chega à sua 39ª edição, com a participação de mais de oito mil pessoas, durante três dias (04 a 06/09/2015), na Quinta da Atalaia. É um festival com música, teatro, cinema, debates políticos com os dirigentes do PCP, palestras, comidas, artesanatos, feiras de livros e discos, esportes, além de atividades infantis específicas. A festa ganha dimensão internacionalista quando abre espaço para os partidos à esquerda de todo o mundo, os quais divulgam e compartilham suas lutas, ideias e críticas. Isso reverbera inclusive nas contradições do próprio festival, que abriu espaço para movimentos de esquerda bastante criticados em seus países de origem.
Mais que um local de encontros, a festa é também um momento de denúncia das políticas de direita contrárias às aspirações dos trabalhadores, o que ficou muito claro nos discursos dos dirigentes do PCP no comício ali realizado no último dia, referenciando as eleições legislativas portuguesas que ocorrerão em outubro próximo. Apesar do acirramento eleitoral, toda a gente também comemora, canta, dança e, assim, renova as energias fraternas de uma torrente humana composta por várias gerações que ocupam a Quinta da Atalaia: intelectuais, trabalhadores, estudantes, militantes, movimentos sociais, amigos, jovens, crianças que reafirmam a atualidade das ideias transformadoras.
Um dos tons mais marcantes da festa foi a presença de gerações de uma mesma família, que além de valorizar as lutas e conquistas, contribui para transformar a história da juventude europeia no contexto da atual crise. Significa dizer que não somos um “sujeito” reconhecido apenas como um nome próprio, isolados, mas sim reconhecidos pela nossa “trajetória”, que carrega também os deslocamentos dentro de um espaço social (determinado pelo capital). Por isso é urgente entender as condições objetivas em que essa história de lutas se desenrolou – em Portugal ou em qualquer país – e a partir disso, pensar na sua superação.
Para nós, a vida científica está além da academia e precisamos de reflexividade crítica para entender isto. É a escola do realismo social que nos ensina, na qual todos os conflitos se fazem presentes na luta por sobrevivência; é assim que nos fazemos humanos e humanizamos, com um furor obcecado por uma mudança, uma centelha de vida.
* Parafraseando a canção Tanto Mar, de Chico Buarque, que participou da Festa do Avante! em 1980.
** Ludmila Cerqueira Correia é doutoranda em Direito, Estado e Constituição no Programa de Pós-Graduação em Direito da Universidade de Brasília, integrante do Grupo de Pesquisa O Direito Achado na Rua, bolsista CAPES em estágio doutoral no Centro de Estudos Sociais da Universidade de Coimbra, professora do Departamento de Ciências Jurídicas da Universidade Federal da Paraíba e Coordenadora do Grupo de Pesquisa e Extensão Loucura e Cidadania (Centro de Referência em Direitos Humanos da UFPB).
*** Elaine Santos é socióloga, doutoranda no Programa Direito, Justiça e Cidadania no século XXI do Centro de Estudos Sociais da Universidade de Coimbra e professora da rede pública estadual de São Paulo.
**** Ver:
Esta carta traz a valiosa contribuição da companheira Elaine Santos, que tem compartilhado ideias, lutas e sonhos na jornada Conimbricense. E, como não podia deixar de ser, estávamos juntas na Festa do Avante!
(...) Mulher na democracia
Não é biombo de sala
(...)Vencida numa fornalha
Não há bandeira sem luta
Não há luta sem batalha”
Música “Teresa Torga”, Zeca Afonso.
“(...)Tinha a mania de pôr as cores a condizer
No meu entender, rosa com vermelho não podia ser
Uma noctívaga que não dormia a sesta
E, de manhã, sempre quis menos conversa
Uma covinha só de um lado da bochecha
Adormecia com o pai e a mesma canção do Zeca
"Dorme, meu menino, a estrela-d'alva"
Era sempre mais Mafalda do que Susaninha
Ai de quem dissesse mal do Sérgio Godinho!”
Música “Vayorken”, Capicua
O feminismo grita nas paredes e nas ruas de Coimbra. São diversas as manifestações em graffiti stencil, algumas chamando a atenção para o número de mortes de mulheres em Portugal, outras defendendo a autonomia das mulheres e o próprio feminismo.
Essas frases se repetiram em diversas ações sobre a temática ocorridas em novembro. Houve oficina no CES tratando de literatura feminina africana e os discursos acerca da poligamia e outra tratando de discursos sobre masculinidades pelas novas mídias, além de uma Conferência no dia 25 de novembro para debater a violência contra as mulheres.
Ainda, a 1ª Semana da Consciência Negra do CES teve uma mesa de abertura fantástica composta apenas por mulheres negras debatendo o feminismo e o racismo, trocando experiências entre Portugal e Brasil.
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Mesa 1a Semana da Consciência Negra do CES – 19/11/14 |
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Vigília em memória das mulheres assassinadas em Portugal - 02/11/14 |
Para além das atividades acadêmicas, ocorreram atividades convocadas por entidades locais como uma reunião aberta do partido “MAS” para discutir o que é o feminismo; uma vigília promovida pelo Movimento Nós, Mulheres; e convocada por diversas entidades, como a UMAR (União de Mulheres Alternativa e Resposta), nas escadarias monumentais da Universidade para lembrar o assassinato de mais de trinta mulheres só este ano em Portugal.
Logo no meu primeiro mês aqui a questão da violência doméstica já se mostrou como uma
problemática também portuguesa. Em outubro, em Coimbra, um homem assassinou sua mulher, uma filha e deixando outra filha ferida.
E as notícias vindas do Brasil não são nada alentadoras. Em 2014, o país caiu de 62ª para 71ª posição de igualdade de gênero no mundo. Segundo o Mapa da Violência (2012) até o ano de 1996 as taxas de homicídio de mulheres eram de 4,6 homicídios para cada 100 mil mulheres não sofrendo alterações mesmo após da Lei Maria da Penha, demonstrando que temos muito ainda que avançar em termos de políticas públicas especificas para este problema.
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Bandeja da cantina da Universidade de Coimbra com campanha contra o abuso sexual de mulheres |
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Teatro da Oprimida - Ato 25/11/14 |
Por isso a importância da data 25 de novembro como dia Internacional pela Eliminação da Violência contra a Mulher. Este dia em Coimbra não passou em branco. Durante quatro dias participei de um curso de Teatro da Oprimida com a Judite da Marcha Mundial de Mulheres e um grupo de mais ou menos oito pessoas. Foram dias intensos de desmecanização dos nossos corpos e busca por novas formas de expressão de nossas lutas por libertação. Desse curso, tiramos um teatro Imagem que apresentamos no dia 25 de novembro na Praça 8 de maio, no centro comercial de Coimbra, associada a um ato manifesto.
Não pude deixar, claro, de lembrar em todo o momento das
Promotoras Legais Populares do Distrito Federal que formou a sua 10ª turma no dia 29 de novembro. Como pude expressar virtualmente para esta turma, estar aqui, participando destas experiências, me faz perceber que no mundo todo há mulheres sofrendo violência, mas há também mulheres resistindo e lutando. E compor a luta pelo seu enfrentamento pode até ser difícil, mas também muito prazeroso. E o prazer está, em especial, no afeto e na alegria de descobrir por todo canto novas companheiras.
Coimbra, 01 de dezembro de 2014,
Lívia Gimenes Dias da Fonseca
Por Patricia Vilanova Becker*
A capa da edição digital do jornal Corriere della Sera traz a foto de sutiãs formando as cores da bandeira francesa em uma janela parisiense. A imagem me imobiliza. Me pergunto o que queria expressar o editor (um homem? Um grupo de homens?) quando escolheu a foto para estampar a notícia central. As mulheres, representadas de maneira estereotipada pelo simbolo da femme fatale, estariam engajadas na luta de Hollande quando afirma que “a França fara de tudo contra o terrorismo, sem piedade, para proteger os nossos filhos”? Ontem, os jornais italianos noticiavam que Paris amanheceu com as cores da bandeira francesa em suas janelas, e que o presidente François Hollande afirmou que “os autores das tragédias de Paris mataram em nome de uma causa louca e de um Deus traído.
Na noite de 13 de novembro, não demorou muito para que a noticia chegasse ao Whatsapp dos amigos que estavam comigo. E logo, ao Facebook. A rapidez com que a notícia chegou nas minhas redes brasileiras foi igual a que chegou nas minhas redes italianas. E a sensação era de que os atentados haviam ocorrido no quintal de todos nós. No quintal do "nosso" mundo pretensamente ocidental. Minhas redes, compostas por ativistas brasileiras, latinas e um punhado de europeias, foi inundada por um debate cada vez mais intenso e presente: quais são as mortes que merecem ser choradas? Entre análises dicotômicas, humanismos, (pós)colonialismos, eurocentrismos e relativismos vários, minha suspeita era apenas uma: o Sul do mundo quer reivindicar o seu próprio luto. As subalternas querem chorar pela morte dos seus irmãos e irmãs subalternizadas. Queremos chorar nossa própria dor.
Deste lado de cá, os jornais noticiam que Hollande encontrou o presidente Vladimir Putin em Moscou para definir as ações coordenadas entre Rússia e França. "Estamos prontos para este trabalho conjunto, o consideramos absolutamente necessário, e nesse sentido nossas posições coincidem”, afirma Putin. A Alemanha comunicou que mandará o seu caça “Tornado” e um navio de guerra. No Reino Unido, o premier David Cameron propôs ao parlamento o envio de misseis britânicos, já enviados ao Iraque, também para a Síria: “Seria equivocado para a Gra-Bretanha confiar sua própria segurança a outros países. Devemos combater estes terroristas agora”, noticiam os jornais. E na Itália, a mídia fala da posição frágil de Renzi, que não estaria oferecendo uma ajuda significativa à Paris. Mas não esqueçamos dos Estados Unidos de Obama, que desde o início não deixou duvidas de qual política imperaria: “França e EUA estão unidos, em total solidariedade para levar a justiça a esses terroristas”.
Na Itália, em uma Bologna progressista e estudantil, dias antes do atentado em Paris, a extrema direita do partido Lega Nord com Matteo Salvini e Berlusconi invadiu a Piazza Maggiore, que foi bravamente defendida pela esquerda antagonista, que por sua vez foi covardemente reprimida pela policia fascista. Uma corrente humana de jovens, estudantes, imigrantes, trabalhadoras reivindicavam que Bologna era “rossa” - vermelha nos muros e no espirito. Como resposta, gritos de ódio racista insultavam imigrantes, acompanhados de saudações do tempo de Mussolini. Os jornais italianos falam em “crise global”, como manda a cartilha eurocêntrica. Ao que tudo indica, os muros da Europa já não conseguem mais manter do lado de fora as vidas precarizadas pelas guerras que sustenta e pela desigualdade que gera. Ísis, muçulmanos, terrorismo, refugiados, segurança, imigrantes, religião, ódio. Palavras que estampam as capas dos jornais lado a lado sugerindo um mesmo universo semântico e contribuindo para a ignorância generalizada.
Voltamos às redes sociais e às mortes que merecem ser choradas: demonstrar solidariedade colocando um filtro da bandeira francesa na foto de perfil? Colocar um filtro representando a dor de Mariana? Comentaristas falaram em hierarquização das dores, em indiferença diante das mortes de Paris. De alguma forma, compartilhar notícias sobre pessoas mortas em países subalternos como Síria e Palestina parecia um manifesto de indiferença às mortes de Paris ou uma tentativa de ofender a dor francesa. O luto francês, por alguns dias, tornou-se o luto dos lutos. Chorar qualquer outra morte parecia uma afronta à dor francesa – a dor legitima. Judith Butler, filosofa estadunidense, lembra na obra Precarious Life que as vidas precárias são choradas por outras vidas precárias. Nossos mortos são chorados no fundo de nossos quintais subalternos, baixinho, para que nosso pranto não incomode o sono dos vizinhos do Norte. Entretanto, somos convocadas continuamente para fazer figuração no funeral dos patrões: precisam do nosso pranto para nos convencer de que sua dor é universal. E nossas lágrimas são utilizadas para justificar políticas transnacionais de medo e violência. Por ora, escolho chorar Mariana, Síria, Palestina, e todas as outras que são milhares.
*Patrícia Vilanova Becker integra o Grupo de Pesquisa O Direito Achado na Rua; mestranda em Direito pela UnB, participa atualmente do Programa Erasmus Mundus Master´s Degree in Women's and Gender Studies na Universidade de Bolonha e Universidade de Oviedo.
Por Patricia Vilanova Becker*
Segunda-feira, 05 de outubro. O espaço era pequeno para abrigar corpos e indignações. Pessoas de diferentes idades e identidades se amontoavam na assembleia formada no Centro delle Donne em Via del Piombo para discutir o anunciado despejo de Atlantide que, segundo uma das pessoas presentes, serviu de abrigo “todas as vezes que encontramos umas nas outras as respostas que esse sistema não nos deu”. Ocupada em 1997 e situada em uma das construções da Porta Santo Stefano de Bologna, Atlantide nos últimos 15 anos tem sido a sede de coletivos feministas, queer e punk. Nos
últimos três anos, sofre ataques constantes do Comune de Bologna, que interrompeu o curso das negociações que buscavam encontrar um lugar mais amplo para que Atlantide desenvolvesse suas atividades de consultoria queer-transfeminista em saúde e direitos sexuais, bem como o arquivo histórico e o laboratório de pesquisa.
A frieza de Bologna não tinha espaço naquela noite. Corpos sentados em cadeiras, pessoas se esgueiravam do lado de fora das janelas, outras pelas escadas. Tod*s buscavam ouvir o que integrantes de Atlantide tinham a dizer. Microfone em mãos, discurso afiado, olhar desafiador e pronto para luta: “quando os homens azuis chegarem, encontrarão um lugar cheio de coisas e pessoas livres”. Eu sorria. Por dentro, talvez também por fora. Finalmente, pensei, a Atlantide perdida de Bologna havia sido encontrada. Após as falas de integrantes do coletivo Smaschieramenti, que promove a autogestão do espaço junto a outros coletivos, seguiram-se falas de diversas pessoas. Vozes tremiam de indignação diante do iminente despejo anunciado para a semana que iniciava. Atlantide é um “espaço de sociabilidade não mercantil”, afirmavam algumas vozes. E alguém complementou: “Atlantide é o lugar onde experimentamos a potência revolucion
ária da sociabilidade queer”.
O PD, partido que se autodenomina como centro-esquerda, havia se tornado um governo de direita. Mas Atlantide não se renderia: “Faremos com que seja visível aquilo que estão fazendo. Quem toca Atlantide, deve sujar as mãos!”. As pessoas presentes sabiam que Atlantide era um espaço pequeno demais para gerar um interesse material do Comune. A questão, enfatizavam, era sobretudo simbólica. Despejar Atlantide faz parte de “um plano de normalização do espaço público”. Mas “transbordaremos em todas as partes!”. Atlantide será espalhada por toda a cidade, diziam. Ao final da assembleia, o plano consistia em uma série de atividades para resistir ao despejo, que começavam desde o intitulado “café da manhã fabuloso” que começaria no dia seguinte às 7h da manhã, e se estendiam ao longo da semana. Naquela noite chuvosa, voltei para casa energizada pelo espírito de amor e resistência.
Não tive forças para o “caf
é fabuloso”, mas na quarta-feira à noite tive meu primeiro encontro com o espaço que abrigava Atlantide. O chamado “cassero” de Porta Santo Stefano, construída no século XIII, é uma edificação que protegia uma das portas da Bologna murada. O espaço histórico ganhou um enorme laço cor de rosa que envolvia toda a construção do lado de fora. Por dentro, cartazes, grafites, camisinhas coloridas, balões e outras decorações “fabulosas” explicavam por que em Atlantide “as coisas e as pessoas eram livres”. Uma mesinha no centro compartilhava
água e alguns aperitivos. Ao redor, um c
írculo de pessoas aguardavam, assim como eu, para desbravar Atlantide. Ao final, integrantes do coletivo apresentaram uma parte dos trabalhos do arquivo histórico queer-transfeminista, tomando o cuidado de destacar que não se tratava de um processo de “museificaçao”, mas de uma hist
ória viva e em permanente transformação. As pessoas presentes foram convidadas para assistir ao show punk que ocorreria na noite seguinte. Se eu soubesse que aquela seria minha ultima oportunidade de entrar no espaço que abrigou Atlantide até então, se soubesse que os homens azuis chegariam em dezenas para tocar o corpo de Atlantide, seguramente teria ido ao show. Mas não fui.
Sexta-feira pela manhã, 09 de outubro, ao passar de ônibus em frente à Atlantide, lá estava ela nas mãos violentas do Estado. Amontados, sorrindo, com camburões e viaturas, a política violenta, feita dentro dos gabinetes, assumia sua forma mais genuína através da polícia. Na porta de Atlantide, imediatamente após o despejo, foi construído um muro para impedir qualquer futura ocupação. Um muro cinza feito para apagar as fabulosas cores de Atlantide. No sábado seguinte, um grande “corteo” humano inundou Bologna que seguia alagada pela chuva. Um protesto feito com guarda-chuvas coloridos, capas cor de rosa, corpos, faixas, vozes, sonhos. Novamente, centenas de pessoas de diversas identidades se somavam em uma marcha através da cidade. A polícia bloqueou a passagem para algumas saídas, encurralando-nos. Nada diferente da modalidade brasileira. Corajosamente em frente à polícia, manifestantes isolaram a entrada com uma longa faixa cor de rosa e escreveram no muro cinza “ATLANTIDE OVUNQUE”, que significa “Atlantide em todos os lugares”. As coisas e o corpos livres encontrados dentro de Atlantide continuam a se espalhar por Bologna e pelo mundo, de onde chegam mensagens de solidariedade. Atlantide continua transbordando.
*Patrícia Vilanova Becker, integra o Grupo de Pesquisa O Direito Achado na Rua; mestranda em Direito pela UnB, participa atualmente do Programa Erasmus Mundus Master´s Degree in Women's and Gender Studies na Universidade de Bolonha e Universidade de Oviedo.
**Fotos pela autora no 'corteo per Atlantide' em 09 de outubro de 2015 - Bologna.
Por Patrícia Vilanova Becker*
Oviedo, 13 de outubro de 2016
Está chovendo em Oviedo. Agora sim posso escrever. Nas últimas semanas parecia que a cidade estava se negando a chorar. As tardes eram de céu claro com um sol acolhedor. Ontem Oviedo resolveu chover, como dizem que sempre chove por aqui. Ontem era feriado nacional. Não apenas em Oviedo que chove, mas em toda a Espanha. Era o 'Día de la Hispanidad'. Uma festa nacional que se celebra com base na data de 12 de outubro de 1492. Esta mesmo, a chegada de Cristóvão Colombo na América, quando confuso pensava que estava no Japão. Sorte dos japoneses. A terra era outra. O sangue nosso. Para ser marcado e derramado para sempre. Segundo essas coisas que a gente encontra perdidas pela internet, a data do Día de la Hispanidad foi precedida de uma outra comemoração: "Fiesta de la Raza Española". Parece que um sujeito chamado Zacarias de Vizcarra propôs em 1926 que a festa, estabelecida em 1918, mudasse de nome. De “raza” para “hispanidad”. Parece que foi feita a sua vontade. E aqui estamos.
Dizem as fontes difusas que a data também coincide com a coroação canônica de La Virgen de Guadalupe, como Reina de la Hispanidad em 12 de outubro de 1928. Parece que La Virgen del Pilar, patrona das cidades de Aragón e Zaragoza, também tem algo que celebrar em 12 de outubro. Também foi o dia em que, em 1943, a Cidade Universitária de Madrid foi reinaugurada após ser destruída durante a Guerra Civil. Oficialmente, o termo “raza” imperou até 1958, quando a ditadura franquista reconheceu por decreto o nome de Dia de la Hispanidad. Em 1987, outra vez a festa mudou de nome. Passou a ser o Día de la Fiesta Nacional de España através da Ley 18/1987. Parece que houve quem defendesse que se mudasse também o dia, passando a contemplar o 06 de dezembro em comemoração à aprovação da Constituição Espanhola de 1978. Não vingou. Venceu o “descubrimiento”.
Ontem passei o dia em casa. Debaixo das cobertas. Ouvindo a cidade que chovia. Não deu vontade de sair. Parecia que não era a minha festa. Não fui convidada. Mas confesso que pela televisão espiei disfarçadamente a festa dos outros. Tinha bandeiras, militares, marchas. Nada muito diferente de algumas coisas estranhas que fazemos no Brasil quando esquecemos nosso passado de ditadura. Talvez esse pessoal do Día de la Hispanidad tenha escolhido esta data porque leram Enrique Dussel. Sabiam que a Europa se tornou o centro do mundo a partir da criação da sua periferia:
"Se ‘inventó’ el ‘ser-asiático’ de lo encontrado. De todas maneras, la ‘invención’ en América de su momento ‘asiático’ transformó al Mar Océano, al Atlántico, en el ‘centro’ entre Europa y el continente al oeste del Océano" (DUSSEL, 1994, p. 39).
"Era una figura económico-política, América Latina fue la primera colonia de la Europa moderna - sin metáforas, ya que historicamente fue la primera ‘periferia’ antes que Africa y Asia” (Idem, p. 61)
Sim eu sei. Espanha não é Europa. Ou ao menos consta que parte da Europa acha que a Espanha não seria suficientemente europeia. Seria então a afirmação de uma “raza” espanhola uma resistência contra-hegemônica ao histórico desprezo europeu aos povos Ibéricos?
“España, el mundo ibérico, es visto como un pueblo aferrado al pasado sin capacidad e ímpetu para caminar, seguir adelante, cambiando. […] En el siglo XVI, sigue Costa, ‘las naciones europeas se dividieron en dos bandos: a un lado, el porvenir, la edad moderna del mundo representada por Inglaterra, Italia, Alemania, Francia; y al otro el pasado, la resistencia obstinada al progreso y a la vida nueva representada por Espana’”. (ZEA, 1990, p. 98)
“Pero ¿por qué sucedió todo esto en España y no en pueblos que de alguna forma sufrieron los mismos males? ‘Yo me inclino a pensar - sigue Costa - que la causa de nuestra decadencia es étnica y tiene su raiz en los mas hondos estratos de la corteza del cerebro’. Es algo natural al ibero, lo lleva como algo ineludible de su conformación física. Como algo que no puede ser de otra manera, algo propio de su especie. Un problema, al parecer, racial.” (ZEA, 1990, p. 99)
Pensando melhor, creio que não. Não pareciam contra-hegemônicos aqueles espanhóis do tempo dos navios. Naquela época, a “raza” da Espanha contrastava com a “raza” do seu Outro fundamental. O Outro tornado “O mesmo”. Na sua colônia, no seu grande jardim. Parece que a justificativa da data é então uma homenagem a esse “encuentro de dos mundos”. Sobre isso mais uma vez deixo falar Dussel:
"Se trata del eufemismo del ‘encuentro de dos mundos’, de dos culturas - que las clases dominantes criollas o mestizas latinoamericanas hoy son las primeras en proponer - intenta elaborar un mito: el del nuevo mundo como una cultura construída desde la armoniosa unidad de dos mundos y culturas: europeo e indígena. […] Digo que hablar del encuentro es un eufeminismo - ‘Gran Palabra’ diría Rorty - porque oculta la violencia y la destrucción del mundo del Otro, y de la otra cultura. Fue un ‘choque’, y un choque debastador, genocida, absolutamente destruidor del mundo indígena. Nacera, a pesar de todo, una nueva cultura (tema que trataremos en el Epílogo, más adelante), pero dicha cultura sincrética, híbrida, cuyo sujeto será de raza mestiza, lejos de ser el fruto de una alianza o un proceso cultural de síntesis, será el efecto de una dominación o de un trauma originario (que, como expresión de la misma vida, tendrá oportunidad de una ambígua creación). (DUSSEL, 1994, p. 75)
Mas vamos encerrar por aqui, não quero ser repetitiva escrevendo sempre cartas sobre festas que não eram minhas. Mas é que esta não era mesmo. Não era nossa. Aliás, a data também é comemorada na América Latina - assim foi chamado o antigo jardim, aonde os europeus insistem em voltar para roubar as flores que restaram. Na terra de Simón Bolívar, de Che Guevara, de Zumbi e de Dandara, e de outros líderes cujo o povo do norte gosta de dizer que não eram assim tão heróicos, a data ganhou nomes diferentes. Na Venezuela e na Nicarágua, a data passou a ser chamada Día de la Resistencia Indígena. Na Argentina, teve o nome alterado para Día del Respeto a la Diversidad Cultural. Acho que faz sentido. Que a gente mude ao menos o nome, já que a história cambia pouco. Para que aprendamos a viver com ela e apesar dela. Para fechar nossas veias abertas. Ou expô-las ao mundo de tempos em tempos, deixando que todos saibam que elas ainda sangram.
Enquanto isso chove em Oviedo. Cidade doce. Feita de peregrinas e caminhos. De passageiras. De feministas que entendem o valor da solidariedade. De senhoras e senhores gentis com bengalas bonitas, mesmo quando não precisam. Oviedo do Paco e da Blanca, da gentileza e da amizade. Sobre isso dedicarei novos capítulos. Urge agora descobrir o que faz de Oviedo uma cidade tão encantadora. A cidade prometida da aposentadoria de Woody Allen, que sem nenhum pudor disse que “Oviedo es como si no perteneciera a este mundo, como si no existiera... Oviedo es como un cuento de hadas”. Se não fossem essas veias abertas, e a festa a que eu não fui convidada, falaria apenas sobre isso. Sobre Oviedo que decide chover. Ou seria toda a Espanha que chove?
*Patricia Vilanova Becker, integra o Grupo de Pesquisa O Direito Achado na Rua; mestranda em Direito pela UnB, participa atualmente do Programa Erasmus Mundus Master´s Degree in Women's and Gender Studies na Universidade de Bolonha e Universidade de Oviedo. Co-fundadora de Freeda: espaços de diversidade.
Referências:
DUSSEL, Enrique. 1492. El encubrimiento del otro. Hacia el origen del mito de la modernidad. Quito: Abya Ayala, 1994.
ZEA, Leopoldo. Discurso desde la Marginalización y la Barbarie. Ed. Fondo de cultura económica, Mexico, DF, 1990.
Manda o bom senso que quando não se sabe alguma coisa o melhor remédio é dizer simplesmente “não sei”. Escrevo esta carta para dizer que não sei e não entendo o que ocorre atualmente em Catalunha.
Desconheço as causas do independentismo Catalão assim como desconheço o processo histórico de formação territorial do Estado espanhol, que remonta um sem fim de disputas, rebeliões, reinados, guerras, conquistas e reconquistas ao longo de séculos e mais séculos de história. Me impressionou muito, portanto, a emergência de tantos especialistas nas minhas redes sociais durante os conflitos envolvendo o referendo 1-O. Entre minhas ignorâncias, tenho apenas algumas desconfianças: comparar o independentismo nacionalista Catalão com o processo de independência de Portugal é anacrônico. Me parece que comparar acontecimentos históricos de um período em que ainda não existia uma ideia de nação com um independentismo nacionalista contemporâneo, não seja uma leitura razoável. Ainda que existam acontecimentos que se cruzam em uma história remota.
Dentre os argumentos a favor da independência catalã, o que mais simpatizo é aquele que visa combater a monarquia. Entretanto, estou certa de que os espanhóis republicanos que desejam uma transformação política profunda não moram somente na Catalunha. Tive o prazer de conhecer muitos deles por todas as partes. Seria a independência Catalã uma solução para os problemas da coroa, da democracia espanhola, ou da crise pós 2008? Tenho algumas dúvidas.
Mas como não sou especialista no assunto, me dou o direito de palpitar assim como faria qualquer pessoa sentada em um bar. E como se diz aqui em Espanha, “voy directo al grano”: meu problema com o tema é que não gosto de nacionalismos. Nem espanhóis, nem catalãs, nem brasileiros. Tenho certa dificuldade de simpatizar com sentimentos nacionais, mas tento sempre me perguntar “de onde vem” o dito nacionalismo: vem de cima ou vem de baixo? Nesse sentido, estou plenamente consciente que um nacionalismo vindo dos Estados Unidos não possui o mesmo poder e nuance política de um nacionalismo vindo da Bolívia, por exemplo. Contextualizar é preciso, logicamente. Entretanto, no que diz respeito à Catalunha, continuo sem entender: afinal de contas, vem de cima ou vem de baixo? Ou ainda, seria possível que um nacionalismo venha realmente de baixo?
Sem tanta fama, o movimento “O Sul é meu país” realizou um plebiscito informal no Rio Grande do Sul em 07 de outubro de 2017 para saber se a população quer se separar do Brasil. Parece piada pronta, mas não é. O movimento se baseia em razões históricas que remontam rebeliões do período imperial, bem como a formação étnica e cultural da região. Entre um dos argumentos, está a tributação: segundo militantes da causa, o sul do país “dá mais do que recebe”, devendo sustentar regiões mais pobres do país. Este nacionalismo vem de cima.
Queria poder ver a questão da Catalunha com a mesma nitidez com que vejo o separatismo do sul do Brasil. Mas não é assim tão fácil. Na Catalunha existem movimentos independentistas consistentemente de esquerda e de direita. Os de esquerda, costumam amparar-se no direito à “autodeterminação dos povos”, na luta contra a monarquia, na preservação da cultura. Já os de direita costumam utilizar argumentos econômicos, além dos culturais, visto que Catalunha é uma das regiões mais ricas da Espanha que constantemente afirma estar sofrendo injustiças políticas e tributárias. Alguns especialistas apontam que o problema consiste no fato de que Catalunha possui um grande poder econômico, mas não consegue ter um poder político equivalente a nível nacional. Haveria então, sugerem, que equilibrar essa balança. Parece que na lógica da política atual quem tem mais dinheiro deveria mandar mais.
Sobre as problemáticas culturais, tenho também outras desconfianças. Possuir um idioma comum e, supostamente, uma cultura comum dá o direito ou cria a necessidade de formar um Estado? O conceito clássico de nação - um povo com origens étnicas, culturais e linguísticas em comum que compartilham um território - ainda tem validez nos tempos atuais? Barcelona, capital catalã, é um exemplo emblemático do caldeirão cultural, linguístico, migrante, extra-europeu, que abunda Europa. Europa continua sendo europeia? Ou vivemos hoje em Estados multi-transculturais, de alta circulação de pessoas e culturas? Qual é a voz dos imigrantes no novo país catalão?
Apenas perguntas. Apenas especulações. A questão é tão complexa que chego a ter medo de manifestar qualquer pensamento sobre ela, e o clima por aqui não é de grande estímulo ao debate. Existem muitas nuances. A falta de diálogo do governo do PP, o agravamento da crise diante da violência da Polícia Nacional, as evidentes violações de direitos, incluindo os de liberdade de expressão e de organização. A previsão legal de um referendo consultivo versus a proibição constitucional de fragmentação do território. A legalidade do referendo versus o direito de desobediência civil. O estatuto das Autonomias em Espanha. Etc.
Entre o independentismo de Catalunha e a unidade espanhola, eu fico com a luta imigrante. Ao menos essa eu tenho certeza que vem de baixo.
*Patrícia Vilanova Becker, integra o Grupo de Pesquisa O Direito Achado na Rua; mestranda em Direito pela UnB, mestre pelo Master´s Degree in Women's and Gender Studies (Gemma) pela Universidade de Bolonha e Universidade de Oviedo. Doutoranda em Género y Diversidad pela Universidad de Oviedo.
CARTAS DE VIAGEM: HISTÓRIAS DE CAMINHOS NÃO CONTADOS,de Gladstone Leonel Júnior. Belo Horizonte: Editora Crivo, 2018. Prefácio (José Geraldo de Sousa Junior)
Começo a minha apresentação dessas “Cartas de Viagem: Histórias de Caminhos não Contados”, diários de viagens de Gladstone Leonel Júnior, recortando trecho de um diálogo entre Kublai Khan e Marco Pólo personagens de As Cidades Invisíveis do escritor Ítalo Calvino:
"Kublai: Não sei quando você encontrou tempo de visitar todos os países que me descreve. A minha impressão é que você nunca saiu deste jardim."
"Pólo: Todas as coisas que vejo e faço ganham sentido num espaço da mente em que reina a mesma calma que existe aqui, a mesma penumbra, o mesmo silêncio percorrido pelo farfalhar das folhas.”
Não sei também, quando Gladstone encontrou tempo para visitar todos os lugares, alguns deles revisitados, sobre os quais relata em seus diários, nas quarenta e quatro cartas em que registrou suas impressões e em fotos que são a maneira de imprimir “o que o não inglês vê”: Achacati (Bolívia), Glasgow, Santiago, Amsterdã, Porto, Barcelona, Berlim, Budapeste, Caracas, Valência, Havana, Santa Cruz, Cidade do México, Tiwanaku (Bolívia) Edimburgo, Cusco (Machu Picchu), Cidade do Panamá, La Paz, Lisboa, Liverpool, Madrid, Manchester, Buenos Aires, Coimbra, Montevidéu, Santa Clara (Cuba), Toledo, Londres, Salar de Uyuni (Bolívia), Titicaca, entre Puno e Copacabana (Bolívia), Praga, Roma, Santiago de Cuba, Sevilha, Sucre, Potosí, Trindad (Cuba), Paris. Lima.
Mas, como Marco Pólo, me dou conta de que Gladstone dá sentido por meio de impressões vívidas dos lugares percorridos, no “espaço da mente” no qual tece “a mesma penumbra, o mesmo silêncio percorrido”, com a sua inteligência e com a sua sensibilidade andarilhas.
A narrativa de Gladstone guarda a mesma “calma que existe” em Saramago (Viagem a Portugal) que me guiou em minha primeira viagem àquela “jangada de pedra”, desvelando os sítios emotivos trançados pela “história de um viajante no interior da viagem que fez, história de uma viagem que em si transportou um viajante, história de viagem e viajante reunidos em uma procurada fusão daquele que vê e daquilo que é visto”.
Como em Saramago, a viagem de Gladstone acaba sendo o “encontro nem sempre pacífico de subjetividades e objetividades”, inevitavelmente, “choque e adequação, reconhecimento e descoberta, confirmação e surpresa”, e a confirmação, afirma o escritor português, de que “nenhuma viagem é definitiva”.
Assim, as histórias e as fotografias de Gladstone remetem a recortes objetivos suficientemente descritos de tal modo que possam ser reconhecidos por outros viajantes, mas oferecem sobretudo, tal como ele sugere, um mapa de mistérios, para o percurso de “caminhos não contados” que são aqueles que assinalam ali onde a crônica se bifurca com a sociologia, a exposição do “silêncio percorrido”.
Como na “Glasgow que o não inglês vê”, em que penumbra e silêncio intransitam entre o passado (o gaitista vestido com o kilt antes proibido)) ao lado da ponte que não leva ao Reino Unido, lembrando Gladstone que “Conhecer a Escócia a partir de Glasgow na tentativa de decifrar o povo escocês é ter a certeza que a história de autodeterminação dos povos falará mais alto em algum momento, e não haverá monarquia que suportará aquele clamor”.
O “farfalhar de folhas” no passeio suleador (e jamais norteador) do Outro feito Sujeito descobrindo a Europa, vislumbra o mundo velho pelo olhar de outro mundo possível que experimentou a libertação. Por isso é um olhar afetuoso, solidário, que ao contrario do percurso colonizador que alienou e excluiu, humaniza o reencontro para alcançar sob a crosta da acumulação egoísta, resquícios de possibilidades não experimentadas, do que na Europa permanece pré-moderno como condição de pós-medernidade (Boaventura de Sousa Santos).
Isso significa ver a Europa olhando-a por Portugal, como num filme de Wim Wenders (O Céu de Lisboa), com a trilha sonora do Madredeus. Por isso Gladstone pode dizer que “avistar o Tejo da Torre de Belém e tentar seguir a vista, até onde os olhos alcançam, na busca pelo mar, sintetiza o percurso por onde passa o sentimento transformado em fado e poesia na alma portuguesa”.
Não causa estranheza pois, que Gladstone, em terras ibéricas – Lisboa, Coimbra, Porto, Madrid, Toledo, Sevilha, Granada e Valência - tenha encontrado primeiro, talvez pelo efeito, o impacto do retorno emancipado do Outro da colonialidade e tenha percebido no discernimento progressista da leitura de seus colegas acadêmicos, a emergência de novos sujeitos, gritando novidades conceituais para auditórios mais amplos que o de Valladolid, acerca de um constitucionalismo democrático, transformador, de um novo constitucionalismo latinoamericano.
Na Pátria Grande (Darcy Ribeiro), Gladstone vai de Buenos Aires e Montevidéu a Santiago de Cuba, como num sonho de Bolívar (Cartas da Jamaica), que como o grande condestável, ficando de fora os Estados Unidos, expresse “o desejo, mais do que qualquer outro, (de) ver formar-se na América a maior nação do mundo, menos por sua extensão e riquezas do que pela liberdade e glória."
E assim, notadamente na Bolívia (Achacati, Santa Cruz, Tiwanaku Salar de Uyuni, Titicaca, Puno, Copacabana, Sucre, Potosí e La Paz), representar teoricamente esse novo constitucionalismo latinoamericano, tendo por base o experimento boliviano, para debater com as institucionalidades constituídas na sua expressão estatal plurinacional e com as sociabilidades ativas do pluralismo jurídico comunitário participativo, os fundamentos desse novo direito constitucional.
No percurso teórico-conceitual e político desse debate poder avançar a proposta de um Constitucionalismo Achado na Rua, enquanto prática de construção de direitos que expresse essa decolonialidade do direito. para compreender por poder constituinte a emergência histórica de sujeitos coletivos dotados de legitimidade política e capacidade social suficientes para irromper violações sistemáticas e instituir novas condições concretas de garantia e exercício de direitos e novos projetos de sociedade. Um Constitucionalismo Achado na Rua que venha aliar-se à Teoria Constitucional que percorre o caminho do retorno à sua função social. Uma espécie de devolução conceitual para a sociedade, da função constitucional de atribuir o sentido político do Direito, através do reconhecimento teórico-conceitual da luta social como expressão cotidiana da soberania popular.
Se é verdade o que diz Benedetti na epígrafe escolhida por Gladstone de “que el mundo es incontable”, nas Cartas aquí publicadas, com o zêlo do editor e do ilustrador que mais ainda as realçam, o que importa é o que nos oferece o autor, não tanto pelo que conta, mas tal como orienta García Márquez (Viver para Contar), pelo que “recorda, e como recorda para contar”.
José Geraldo de Sousa Junior
Ex-Reitor da UnB (2008-2012); Coordenador do Projeto O Direito Achado na Rua
Layla Jorge(**)
Hoje comemoro dois meses da minha chegada à Áustria e início do curso em gestão e pesquisa em ensino superior. Somos uma turma de 20 estudantes de diferentes regiões do mundo, incluindo Bangladesh, Etiópia, China, Bielorrússia, Reino Unido, România, Turquia, Azerbaidjão, Coreia do Sul, Vietnã, Ucrânia, Eslováquia, Sérvia, Rússia, entre alguns outros.
Esse rico encontro de culturas e perspectivas sobre o ensino superior permite uma atmosfera muito propícia ao debate, onde começamos a reconhecer as semelhanças e os limites de nossas compreensões locais sobre a função e a imagem do Ensino Superior na sociedade.
Mais do que isso, é fundamental perceber que entre tantas origens diferentes há indivíduos com questões idênticas. Aqui, nos reconhecemos e identificamos na busca por soluções para a democratização das universidades, a promoção da igualdade, o acesso à informação produzida pelas pesquisas acadêmicas, a melhoria na qualidade de ensino.
O New Public Management continua sendo uma tendência muito forte, especialmente entre os representantes europeus, cuja preocupação com a distribuição da educação é mínima em relação aos demais sistemas de ensino menos consolidados em outros países. Mas essa ambição por qualidade pode ganhar diferentes formas, e sobre isso trago hoje uma experiência que pode acrescentar ao nosso processo de permanente construção do ensino superior brasileiro e latinoamericano.
É a implementação, já em curso e bem-sucedida, do U-Multirank, um ranking de ensino superior voltado para atender à diversidade de formas que uma instituição pode assumir e a pluralidade de interesses que orientam a avaliação sobre a qualidade do ensino superior. Criado como uma alternativa aos já estabelecidos rankings internacionais, como o Times Higher Education ou o Jiao-Tong, o U-Multirank busca uma aproximação não-quantitativa e estabelece como um de seus critérios centrais o impacto social local promovido pela instituição em benefício da população civil.
Não apenas a formação de estudantes para o mercado de trabalho deve trazer retornos econômicos positivos para a sociedade como também o conteúdo das pesquisas promovidas pela instituição deve estar ligado à realidade local e promoção do bem-estar comum. Entre os outros critérios constam: o grau de internacionalização da instituição, pesquisa e transferência de conhecimento, e qualidade de ensino, com grande destaque para a prática docente.
Mais de 650 instituições europeias já participam da construção desse instrumento, e a primeira publicação oficial é esperada para o próximo ano de 2014. As informações disponibilizadas vêm de duas fontes principais: os dados oficiais providos pela direção da instituição e o feedback dos estudantes, coletado por meio de survey online organizado pelo ranking. Esse processo de múltiplas frentes resulta na evidência da complexidade do ensino superior. O U-Multirank não oferece tabelas simplificadas com indicadores que se pretendem exatos e que estabelecem uma ordem de sucesso fictícia entre as instituições. Ao invés disso, os resultados são dispostos num mapa que muda de configuração à medida que o usuário define os critérios de avaliação segundo sua própria predileção. Uma ferramenta, portanto, interativa e que propõe um cenário completamente horizontal.
Nós, na América Latina, ocupamos uma posição de vanguarda em relação ao interesse pelo bem-estar comum, condição que se torna visível em ações como a institucionalização do princípio do buen vivir nas constituições de Bolívia e Equador. Buscar inspiração em referências como esta pode ser uma das direções para o estabelecimento de um modelo de avaliação do nosso ensino superior, voltado para o impacto local que nossas instituições são capazes de produzir.
Não se trata de romper com os grandes rankings internacionais já estabelecidos, mas sim de definir nossa agenda de prioridades.
(*) As cartas aproveitam a estada da autora na Europa, em programa de mestrado internacional sobre ensino superior que seleciona 5 candidatos do mundo e ela foi a selecionada na América Latina. Depois da Áustria ela irá a Espanha, Alemanha, Inglaterra e Finlândia. Neste período enviará cartas regulares para o Blog.
(**) Layla Jorge é graduada em Ciências Socias com Mestrado em Sociologia pela UnB; foi assessora do Reitor José Geraldo de Sousa Junior durante o seu mandato na UnB (2008-2012)
Layla Jorge Teixeira Cesar*
Foto: Estudantes à entrada do templo de Confúcio em Pequim
Nesta foto, tirada no último sábado, se vê um dos numerosos grupos de estudantes reunidos em visita ao Templo de Confúcio. Todos se curvam à entrada, como é habitual em Pequim, em sinal de respeito à história que estão prestes a compartilhar.
O Templo de Confúcio foi construído em 1302 e serviu às dinastias Yuan, Ming e Qing, até a Revolução de 1911-1912. Durante este período, operou em paralelo à Academia Imperial de Pequim, como duas faces de um mesmo sistema. A Academia, concebida para desempenhar uma função prática, tornou-se centro administrativo para gestão da educação e reuniu a principal elite de estudantes do império. O Templo, por sua vez, foi consagrado à função simbólica de materializar o ideal filosófico de Confúcio: já no pátio central, 198 colunas de pedra gravam os nomes de 51.624 acadêmicos de destaque para o império.
O confucionismo remonta ao nascimento do próprio filósofo, em 551 a.C., e carrega a educação como seu elemento central. Cada uma das gerações que se apropriaram da filosofia, ao longo dos últimos séculos, imprimiu nela suas próprias influências, resultando o confucionismo hodierno num complexo sistema ético.
Enquanto algumas correntes o descrevem como uma doutrina hierárquica, dogmática e autoritária, outras enfatizam sua dimensão pedagógica, de estímulo à construção coletiva do saber crítico, onde se reconhece em todo indivíduo o potencial para atingir a perfeição através do conhecimento –- e, enfim, tornar-se “cristalino como o jade”.
Estes aspectos aparentemente contraditórios do confucionismo convivem na prática e se substituem em importância de acordo com o momento sócio-histórico que atravessam seus praticantes.
Atualmente, o processo de globalização e internacionalização da educação proporciona, a nível local, a replicação de tensões que observamos em outras partes do mundo – inclusive no Brasil. A adesão à reprodução da vida material dentro da lógica da “sociedade do conhecimento”, reinstalou o investimento em educação como prioridade na agenda do governo chinês com uma orientação clara para a formação de “capital humano” e serviço à expansão econômica.
No nível superior, o processo de massificação do acesso organizado entre 1999 e 2005 ampliou as taxas de matrícula em mais de 40%. Em contrapartida, a obsessão em desenvolver universidades de “padrão global” – evidenciada pela criação do Shanghai ranking –, produz uma grave hierarquização inter-institucional, com maior volume de recursos destinado aos projetos 211 e 985 para universidades de elite, e intra-institucional, com foco em áreas estratégicas associadas à produção de tecnologia.
Este processo de abertura à lógica do capital estrangeiro foi facilitado pelo fato de que as noções de hierarquia e competitividade já ecoavam no seio da cultura local. Dito de outro modo, a lógica neoliberal se apropria do pensamento confucionista e outros traços culturais centrais e exacerba as dimensões que a favorecem.
Esta não é a primeira vez que a China se vê confrontada por influências externas, e já em outros momentos se observou sua reação. Durante a crise da dinastia Ming, registrou-se o primeiro retorno ao confucionismo como substrato cultural de referência para organização social chinesa, no movimento conhecido como “Neo-Confucionismo”. Já no final do século XIX e após a Revolução de 1911-1912, se utilizou recurso semelhante na implementação do chamado “Novo Confucionismo” como estratégia de formação de um consenso social forte o suficiente para garantir a coesão da sociedade local.
Hoje, assistimos com esperança ao renascimento do Novo Confucionismo como oportunidade de criação de um paradigma alternativo e coletivista. Não se trata um retorno literal às raízes da filosofia confucionista. Trata-se do emprego de fundações já existentes para instituição de um novo consenso social que se coloque como alternativa crítica à influência do capital estrangeiro, substituindo a competição pela comunhão como motor da excelência.
Nota: Para mais informações sobre o Novo Confucionismo contemporâneo, ver os trabalhos de Tu Wei-ming, professor de filosofía da Universidade de Harvard, e Robert Cummings Neville, professor de filosofía e teologia da Universidade de Boston.
*Layla Jorge Teixeira Cesar, mestre em Sociologia pela UnB, foi assessora do Reitor José Geraldo de Sousa Junior, no período de seu mandato na UnB (2008-2012). Participa atualmente do programa MARIHE - Mestrado em Pesquisa e Inovação em Ensino Superior, uma ação do consórcio entre universidades na Àustria, Finlândia, Espanha, China e Alemanha. Faz parte da rede Diálogos Lyrianos – O Direito Achado na Rua.
3ª Carta sobre ensino superior –
o direito à contemporaneidade
Layla Jorge Teixeira Cesar (*), de Tampere, Finlândia
Há poucos meses, em novembro de 2013, a Universidad Intercultural de Nacionalidades y Pueblos Indígenas Amawtay Wasi, do Equador foi reprovada na avaliação do Consejo de Evaluación, Acreditación y Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior (CEAACES), órgão de regulação e acreditação do país.
Com um modelo de ensino superior inovador e fortemente conectado ao contexto cultural local, a instituição obteve apenas 26,9 de 100 pontos na escala criada pelo CEAACES e, portanto, foi impedida de continuar exercendo atividades educacionais. Neste semestre, a universidade foi fechada e seus(suas) estudantes transferidos(as) para outras instituições.
O representante da CEAACES responsável pela avaliação afirmou que a “qualidade educacional” é um conceito que pertence aos povos e às nacionalidades e não pode ser abandonado. A direção da universidade, em resposta, afirmou que a “qualidade educacional” não pertence ao CEAACES e que é um conceito ocidentalizado e alheio à diversidade institucional.
A Universidade Amawtay Wasi poderia se organizar apenas como centro de estudos e seguir oferecendo o conteúdo educacional que desejasse, desde que não provesse diplomas que autorizassem a atuação profissional de seus(suas) estudantes. Desprovida da legitimidade do ensino superior, contudo, não seria possível à instituição reinscrever no registro de dominante o discurso e as práticas dos povos indígenas equatorianos.
O caso representa um retrocesso para os movimentos indígenas e coloca questões fundamentais. Ante a diversidade institucional no ensino superior, existirá um denominador comum capaz de reunir a todos num mesmo sistema? Se não, quem define os limites dessa exclusão?
Há tantas respostas possíveis quantos são os matizes que separam as percepções de qualidade do representante da CEAACES e da direção da Universidade Amawtay Wasi.
Em linhas gerais, se a educação superior for compreendida como bem comercializável, como pretende o Acordo Geral sobre Comércio de Serviços da Organização Mundial de Comércio (em vigência desde o final dos anos 90), então o denominador comum que reúne suas instituições é a relação custo-benefício. Quanto cada tipo institucional é capaz de oferecer em retorno como capital financeiro.
Se, por outro lado, a educação superior for compreendida como bem público, então o denominador comum passa a ser a transmissão de uma ética de coletividade.
Para qualquer perspectiva adotada, haverá a necessidade de algum tipo de regulação da qualidade institucional, dado o atual cenário de mobilidade estudantil e o estreito vínculo que o ensino superior tem com o mercado de trabalho, mas as características dessa regulação variarão de acordo com o fim que se atribui à educação: em que escala os(as) estudantes são vistos(as) como futuros(as) proprietários(as) de um diploma ou como agentes multiplicadores(as) de princípios de formação da identidade social.
São dois polos entre os quais há um continuum, e a predominância de um ou outro modelo tem raízes políticas e estruturais.
No Brasil, tendemos a perceber a educação a partir de seu potencial retorno financeiro. Já não se pode ignorar a presença do capital privado e estrangeiro na organização do nosso sistema de ensino superior. A empresa Kroton, que se fundiu com a Anhanguera Educacional no último ano, soma cerca de 1 milhão de matrículas, quase um sétimo do corpo discente total do ensino superior do país.
28% do capital total da Kroton é oficialmente propriedade da Advent International, empresa norte-americana que investe em diversos setores e tem grande entrada na América Latina, com escritórios em São Paulo, Bogotá e Cidade do México.
Não é possível fazer um julgamento moral simples, condenando ou glorificando este processo de privatização. Há importantes aspectos positivos na expansão do ensino superior privado no Brasil, dentro dessa linha empreendedora. O número de matrículas que temos hoje dificilmente poderia ser alcançado de maneira tão rápida por outras vias, e seu potencial sobre a mobilidade social ascendente dos(as) estudantes é enorme.
Por outro lado, aquiescer esta posição de comodificação e mercantilização da educação é criar fronteiras de exclusão muito severas.
O ensino superior já há séculos vem operando como uma poderosa ferramenta de produção e manutenção da identidade cultural de qualquer sociedade onde se instale, e sua apropriação por uma perspectiva de globalização neoliberal pode trazer consequências perigosas para a definição do saber.
O artifício da globalização neoliberal é a criação de uma zona de temporalidade: quem não esteja coincidindo com seu projeto não tem direito a compartilhar da sua “contemporaneidade”. São excluídos e identificados como agentes “tradicionais” ou “anacrônicos”, e suas práticas percebidas como ultrapassadas.
Para abrigar sob um mesmo rótulo, sob um mesmo sistema de ensino superior, projetos tão distintos quanto a Universidade Amawtay Wasi ou o grupo Anhanguera, é preciso estender os limites dessa temporalidade, e compartilhar, numa ética de coletividade, o poder de definição dos meios de produção da vida material e simbólica.
(*)
Layla Jorge, mestre em Sociologia pela UnB, foi assessora do Reitor José Geraldo de Sousa Junior, no período de seu mandato na UnB (2008-2012).
Participa atualmente do programa MARIHE - Mestrado em Pesquisa, Inovação e Gestão de Ensino Superior, uma ação do consórcio entre universidades na Àustria, Finlândia, China e Alemanha. Faz parte da rede Diálogos Lyrianos – O Direito Achado na Rua
Patrick Mariano**
Coimbra, 8 de outubro de 2014
Por pura coincidência, sentei para escrever essa carta quase no exato momento em que, há duas semanas atrás, embarcava sob as primeiras e desejadas gotas de chuva de Brasília. As águas que escorriam pelo lado de fora da janela do avião eram, também, as minhas naquele momento a escorrer pelos olhos e as que, nos últimos dias, havia compartilhado com amigos e amigas que tanto me fizeram melhorar em um contato sempre alegre e afetuoso.
Ainda sem saber ao certo o que encontraria pela frente ficava, durante as horas de viagem, a relembrar os instantâneos dos momentos com cada um e cada uma que amava. E eram tantos que pouco me sobrava para prestar atenção na refeição que o serviço de avião oferecia.
O mapa com o avião em rota é a primeira coisa que olhamos. O visor mostrava a Ilha de Lanzarote e Casablanca. O primeiro, lugar de Saramago. Casablanca, um dos filmes mais lindos que já assisti. Como não associar a cena final do avião partindo, com a minha atual? Começava a entender que, em uma viagem como essa, desbravamos o lugar e, nesse ato, terminamos por nos desbravar.
A chegada cheia de malas, o trem, a estação e o medo do desconhecido. Me confundi na parada e tive que descer em Mealhada, uma pequena aldeia naquele vasto mundo que agora passava a me pertencer. Desconfiado, como todo interiorano, pedi informações para uma senhora e, de cara já percebi ser suficiente um sorriso e delicadeza para se conseguir as coisas em qualquer lugar do planeta.
A cidade de Coimbra é cheia de encantos e histórias. Também, são séculos e séculos em cada pedra, ladeira e beco. Interessante descobri-la aos poucos e sem pressa. O tempo é uma das coisas que mais me chamou atenção. De repente, tive tempo para caminhar, tomar um café e conversar. Talvez uma das coisas mais ricas de se estudar fora é retomar o próprio tempo. A vida no Brasil, tão corrida e cheia de estresse no serviço público aos poucos dava lugar à uma nova contagem de tempo.
Temos que reaprender a gerir o tempo e criar uma rotina de estudos disciplinada. É impressionante como as leituras rendem e o tanto que temos ainda a ler.
Come-se bem em Portugal. Para quem gosta de doce é uma festa. Esses dias, em uma feira de doces medievais experimentei um, não porque seja lá fã de doces, mas porque a receita era de 1519. Como resistir a um trabalho manual de cinco séculos?
Os pratos são uma perdição. O leitão é o mais famoso, mas há também a alheira, um defumado que os judeus faziam com carne de ave para despistar a inquisição, misturando-se com os locais que devotam a carne de porco. Há, também, a chanfana, um delicioso prato de cabra ao vinho. Para alguém que viveu por entre os interiores de Minas Gerais, São Paulo e Paraná como eu, não poderia ter acertado mais em cheio o lugar de se doutorar.
Pode se contar parte da história do próprio país pela Universidade de Coimbra, uma das mais antigas do mundo. Estudantes de 90 países desfilam por suas escadas e ladeiras. Aliás, ladeiras e escadas é o que não nos falta. Até elaboramos uma frase adaptada: no fim sempre tem uma ladeira ou escada, se não tem uma ladeira ou escada é porque ainda não se chegou ao fim.
Justamente esse movimento frenético de estudantes a subir e descer as escadas é que faz com que Coimbra seja um espaço privilegiado de contato para entender as mudanças e transformações pelas quais passa a Europa.
Andar pelas repúblicas da Sé Velha é um passeio interessantíssimo. Há as feministas, anarquistas, comunistas e socialistas, muitas com mais de 50 anos de história. Caminhando por entre elas se chega, sem perceber, à casa do grande Zeca Afonso, um dos maiores da música de intervenção, nossa música de protesto.
Essa vida acadêmica que pulsa, também é vista nas capas pretas da Praxe, ideal mais tradicional e formalista do ensino e que inspirou Harry Poter. Nas repúblicas mais contestadoras, não é raro ver enforcamentos simbólicos desses trajes tradicionais nas fachadas das casas. Seja no calor ou no frio, lá estão essas capas a caminhar pelas subidas e descidas de Coimbra.
O continente está em crise. Principalmente os países do sul, Espanha, Portugal, Grécia são as maiores vítimas da aceitação da cartilha neoliberal levada à risca pelos donos da Comunidade Europeia. E, como sempre nesses casos, quem paga a conta é o povo. Pela primeira vez os novos portugueses herdarão um país pior que receberam dos seus pais. Cortes nos direitos sociais adquiridos faz com que se rasgue a Constituição da República Portuguesa - um dos textos constitucionais mais belos da história.
É de lá que vem, logo de início:
ARTIGO 1º Portugal é uma República soberana, baseada na dignidade da pessoa humana e na vontade popular e empenhada na sua transformação numa sociedade sem classes.
As políticas neoliberais estão a atacar a Constituição da República Portuguesa e os direitos dos portugueses. Perguntei a um fotógrafo o porque de não haver revoltas quanto a esse estado de coisas. Me disse que aqui as coisas viram de uma vez, como na revolução de Abril e que a ideia de que está ruim, mas poderia ser pior, acaba por impedir maiores gritos do povo contra esse desmonte do estado de bem-estar social.
As aulas se dão às sextas e sábados e a turma é formada por portugueses e brasileiros. Há uma riqueza nessa troca em razão das diferenças conjunturais e de como o direito tem suas nuances próprias em cada continente.
Os portugueses sabem dar nome às coisas. A rua das flores, rua dos gatos, rua da saudade, pátio do portão de ferro e os arcos do jardim expressam a poesia que se encontra caminhando por entre as pedras portuguesas da cidade, aliviando as subidas e escadas.
Por sinal, esses dias, ao explicar para o vendedor de móveis usados o lugar em que morava - a fim de receber a escrivaninha que havia adquirido – disse, sem perceber ou elaborar com mais tempo, uma frase que depois virou um bom resumo ou metáfora desses parágrafos anteriores todos:
Venha pela avenida dos arcos do jardim e dobre a segunda à esquerda, certo? Eu moro na rua do Penedo da Saudade.
*As “cartas” têm sido publicadas neste Blog como impressões/reflexões de viagens para intercâmbio e estudos de pós-graduação de membros dos vários coletivos que se encontram nos Diálogos Lyrianos. Assim, estão aqui colecionadas as Cartas de Nagoya (Diego Nardi), as Cartas da Áustria, Finlândia, Alemanha e agora da China (Layla Jorge Teixeira Cesar), as Cartas do Gotemburgo (Ana Luiza Almeida e Silva), as Cartas da Indochina (Luiza Valladares). Agora começam a chegar as Cartas do Mondego, de Patrick Mariano (quem sabe, pelo talento [**] e pelo estilo ele se inspire em Saramago e seu belíssimo "Viagem a Portugal" e em Eduardo Lourenço e sua "Mitologia da Saudade") e, em breve de Lívia Gimenes. Os dois estão em Coimbra para seguir programas de pós-graduação.
**Patrick Mariano é advogado da RENAP (Rede Nacional de Advogados Populares) e está em Coimbra em Programa de Doutoramento. Ele integra o coletivo Diálogos Lyrianos e é autor do livro 11 Retratos por 20 Contos.
Coimbra, Portugal, 28 de dezembro de 2017
Prezadas(os),
Bem, quando penso em escrever alguma carta, penso nas cartas que encaminho, mensalmente, para a Ailinha (minha filha de 9 anos), que está no Brasil enquanto faço meu doutoramento em Portugal. Construímos essa relação de escrevermos cartas, uma para outra, não para diminuir a saudade, mas para termos algo de palpável, além da distância, que é recebida pelos diversos sentidos ao chegar pelo correio.
Outra ideia que tenho de cartas são ultrarromânticas e vem de um filme maravilhoso que vi ano passado (2016) no Brasil, em Brasília, “Cartas de Guerra”
. Esse é baseado no precioso livro, do escritor português António Lobo Antunes, "D'este Viver Aqui Neste Papel Descripto – Cartas da Guerra", da Editora Dom Quixote. Chorei muito ao vê-lo e agora choro ao lê-lo. Tudo o que está lá escrito são as poesias mais tenras possíveis.
Portanto, minha pretensão aqui não é escrever uma “carta” para o Grupo de Estudos Diálogos Lyrianos, pois poucas pessoas são capazes de lidar bem com este gênero textual. Mas acho que posso, conforme fui convidada, dividir algumas impressões pessoais, sempre subjetivas e sensíveis, de como está sendo toda essa minha experiência por aqui, nestes 4 meses de descobertas. Sobretudo, posso compartilhar algumas vivências (falas e pensamentos) que me impactaram profundamente. É isso que vou tentar fazer.
Como estamos em um ambiente informal, preciso enfatizar: não acredito que faltam apenas 3 dias para o ano novo – apesar do ano astrológico ser apenas depois de 20 de março de 2018!
Atenção: regido por Júpiter, o ano de 2018 promete ser o ano de colheita de tudo o que foi plantado em 2017. “Ano filho”, como disse Nilton Schultz
, de fé e expansão. Parece que será representado pelo número 2, caracterizado pelo outro e pelo desafio que é se relacionar. E a reflexão que Schultz coloca: é tempo de escolhermos o que queremos como humanidade! Então, as perguntas são: qual é nossa meta? O que queremos construir para o futuro? E, a mais essencial delas; o que estamos semeando neste momento?
Não se espantem. Minha conversa é sempre assim, meio astrológica, meio zen, mas já vai fazer sentido. Isso acontece pois, na minha perspectiva, o ser humano é holístico e integral – inclusive, e especialmente, espiritual, o que não se confunde, necessariamente, com religiosidade. Acredito em sincronia. Como Jung coloca:“Synchronicity is an ever present reality for those who have eyes to see.”
Meu ano de 2017 foi de muitas mudanças – e sincronias –, desde o início, em fevereiro, até o final, que como vimos só se dará em março de 2018. Entre Brasil, um pouquinho de Escócia e Portugal passei por diversos aprendizados cheios de pessoas especiais. Não posso continuar sem agradecer, além do apoio da minha família, o apoio superespecial da Profa. Nair e do Prof. JG na minha vida. Mas, também, de várias outras pessoas tão essenciais neste ano (e algumas do ano anterior), como: Rui Calado, Lívia Gimenes, Leandro Gomes, Ana Rodino, Renato Zerbini, Matías Penhos, Cláudia Passos, José Pacheco, Ricardo Dornelles, Welligton Almeida, Michelle Moraes – as heroínas, como sempre. Por aí vai. Com certeza, a lista é muito maior...
Gosto muito de uma outra frase do Jung: “Who has fully realized that history is not contained in thick books but lives in our very blood?” Portanto, nossas vidas e experiências são vividas a partir do nosso sangue, em nossos corpos (embodied), e a nossa construção e história só vem daí.
No doutoramento, estou aprendendo junto a autoras fortes – como uma vez sugeriu Debora Diniz em seu livro “Carta de uma orientadora” (único livro de metodologia que trouxe para Coimbra). Dessa vez, do meu emaranhado de costura, escolho Butler (2009, p. 3), que considera:
To be a body is to be exposed to social crafting and form [...] the body is exposed to socially and politically articulated forces as well as to claims of sociality – including language, work, and desire – that make possible the body’s persisting and flourishing.
Nesse sentido, nada tenho a falar “do que” e “além das” minhas próprias experiências, não neutras, e da minha percepção. Isso é algo que aprendo a cada dia. E, fazendo essa reflexão, quantas coisas se passaram, e quantos pensamentos e momentos, que me marcaram este ano. Tudo isso junto com o Fado de Coimbra. Como a situação inusitada que passei no outro dia quando parei meus estudos à noite para ouvir, na varanda do meu apartamento, um Fado cantado para uma vizinha. Isso é lindo! A vida é feita dessas experiências – por amor, vamos guardar as belas e aprender “com”, e aprender “a” ressignificar, as não tão belas assim.
Já que, pra Nun
(2014, p. 22); “
en la mente humana no hay forma de borrar. El único recurso es escribir sobre lo ya escrito. […] agitar es desrutinizar, es hacer que lo normalizado deje de serlo para abrirle paso a nuevas ideas, a nuevas formas de mirar la realidad”.
Um outro momento belo vivido aqui, que me tocou o corpo, foi a “Oficina: Poéticas de gênero em interseccionalidade social”, com a Doutoranda Dodi Leal (Universidade São Paulo/ Curinga de Teatro do Oprimido – o que ela chama de “Teatra da Oprimida”). No diálogo, por meio de diversas atividades e práticas, encontramo-nos à procura do pensamento sensível (artístico) e simbólico (cultural) relacionado à questão de gênero e ao processo da ressignificação da subjetividade.
Ainda, uma passagem bela, que me tocou a alma, foi a palestra Pedagogias decoloniales, da Profa. Catherine Walsh (Universidad Andina Simón Bolivar). O curso foi anunciado com o seguinte objetivo:
Walsh nos propone una lectura desde el grito, desde la grieta, desde la urgencia de este tiempo haciendo evidente que el ejercicio de pensar y hacer pedagogía Otra implica restaurar el vínculo entre pedagogía y resistencia, pedagogía y territorio, pedagogía y defensa de la vida, en fin, entre pedagogía y (re)existencia.
Catheria Walsh disse, como havia aprendido há muito tempo com a Profa. Rita Segato (um dos exemplos é seu artigo "Brechas descoloniales para una universidad nuestroamericana"), que a revolução é feita pelas brechas (grietas) e não pela mudança de uma estrutura em sua totalidade. Notei como Walsh falava muito a palavra senti – e não penso, acho e/ou acredito – e como isso me toca intimamente. Ela sugeriu, também, pensarmos “desde” e “com” grandes autores, tais como: Frantz Fanon, Jacqui Alexander e Paulo Freire.
Walsh alertou para não criarmos os mesmos binarismos que criticamos! Precisamos de sementes no coração! Sementes na vida! Disse para atuarmos nas
grietas, mas que a brecha não é a meta, ao contrário, é apenas um meio. A meta é decolonizar – o que me faz lembrar a frase de Boaventura de Sousa Santos, destacada por Arata
(p. 7), “a educação popular deve ser: descolonizadora, despratriarcal e democratizadora”. A meta, assim, é inclusive, e principalmente, para mim, decolonizar meus mundos – meu corpo, meus sentimentos, meus pensamentos e minhas emoções.
Grimson
(2014) destaca a importância do fator cultural – isto é, valores, sentimentos, significados e símbolos construídos coletivamente – (e sua restrição) para o desenvolvimento e a ressignificação de projetos. Pois, “
en el mundo de la cultura las concentraciones de poder reducen diferentes autonomías. [...] vivimos así en países con gigantescas injusticias culturales” (GRIMSON, 2014, p. 11-12).
Assim, na busca da minha autonomia, lembro da reflexão de Alan Watts: “Acordar para quem você é, requer desapego de quem você imagina ser”. Desaprender, às vezes, é mais importante do que aprender e, efetivamente, apreender. Tudo isso é político.
Busco nas palavras de Juan Carlos Monedero
a síntese dessa grande ideia na frase: “
cualquier reclamación moral que no tenga una salida política nos condena a parálisis”. Monedero pondera em sua fala algo que ressoa em mim: “
Doler, saber, querer, poder y hacer. Pero si no se es capaz de transformar el dolor en conocimiento no vas a cambiar nada. Vivimos en sociedades anestesiadas”. Para movermos para uma mudança é necessário assimilarmos, da nossa dor e derrota, a crença na capacidade que podemos sim reescrever nossa história.
Como Boaventura de Sousa Santos
colocou ao final da sua palestra, na Sessão de Abertura da Conferência Cem anos que abalaram o Mundo: hipóteses emancipatórias: “Democratizar a revolução e revolucionar a democracia. [...] Não é a exclusão que gera a resistência, é a ideia da esperança. E para ter esperança é preciso ter uma alternativa”.
Por fim, essa pseudo-carta parece muito sentimental e, também, um pouco utópica. Mas, como ando lendo pelas ruas de Coimbra: “Acreditamos na utopia, porque a realidade parece impossível!!!”
Espero que tenham gostado das novidades e até uma próxima.
Vannessa Carneiro
Doutoranda no Programa Direitos Humanos nas Sociedades Contemporâneas – Centro de Estudos Sociais – Universidade de Coimbra
Bolsista da CAPES – Brasil
Membro do Grupo de Pesquisa do CNPq "Direitos Humanos, Educação, Mediação e Movimentos Sociais”
[7] Grimson, Alejandro. "Políticas para la justicia cultural". Disponível em: . Acesso: dezembro de 2017.
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Gràcies a Déu vaig creure en el Dr. Alomio després de llegir tants testimoniatges sobre la seva feina i vaig decidir contactar amb ell. Estic escrivint el meu propi testimoni que mai vaig pensar que fos possible. Abans de conèixer a Dr. Alomio, sentia que tot això eren creences supersticioses i no s'havia demostrat científicament que l'encanteri fos cert, però aquest llançador d'encanteris em va fer creure el contrari. ELL ÉS UN BON HOME. Vaig recuperar al meu ex nuvi amb l'ajuda d'aquest home després d'1 any de intentar-ho, però no semblava que es notés cap mitjà possible. Si llegeix algun testimoni sobre el Dr. Alomio, és cert. El meu xicot em va deixar per més d'1 any i he volgut tenir-lo de tornada i vaig tractar de demanar-li que tornés a mi, però em va fer oïdes sordes i es va burlar de mi en públic. El Dr. Alomio m'ho va recomanar un amic meu a qui també va ajudar en el meu lloc de treball i li vaig dir que era supersticiós i un ximple per creure en coses tan fetitxistes. Però després de tant pensar-ho, em vaig connectar a Internet per buscar-ho i vaig decidir contactar-a través del seu correu electrònic. Aviat em va donar el seu número de mòbil i també parlem per passar una bona estona. Ell és el millor. Abans que el seu encanteri funcionés, ja tenia seguretat. En 2 dies, el meu ex nuvi després d'1 any de burlar de ser un home inútil, va venir a mi demanant-me aquesta vegada. No sabia el que va fer aquest home, però és molt bo per a mi. Li agraeixo a ell i al meu amic per conèixer-també tots els dies de la meva vida. Crec que ajudarà a qualsevol que se li acosti a contactar-(alomio@yandex.com) o WhatsApp a l'+2348069209149.
ResponderExcluirENCANTITJES D'AMOR QUE FUNCIONEN
ResponderExcluirComparteixo aquest testimoni als socis que pateixen en les seves relacions perquè hi ha una solució duradora. El meu marit ens va deixar a mi i als nostres dos fills per a una altra dona durant dos anys. Vaig intentar ser fort només pels meus fills, però no vaig poder controlar els dolors que em turmentaven el cor. Estava ferit i confós. Vaig necessitar ajuda, així que vaig investigar a Internet i vaig trobar un lloc on vaig veure que el Dr. Alomio, un encisador, pot ajudar a recuperar els amants. Vaig contactar amb ell i em va fer oracions i encanteris especials. Per sorpresa meva, després d’uns dies, el meu marit va tornar a casa. Va ser així com ens vam tornar a reunir i hi va haver molta alegria amorosa i pau a la família.
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9 Aumento da próstata
10 Hepatite B
11 Deficiência
12 Problema renal Etc…..