O Direito Achado na Rua: nossa conquista é do tamanho da nossa luta

terça-feira, 19 de novembro de 2024

 

Carta desde México para mis colegas del Colectivo “El Derecho Hallado en la Calle”

 

Por: Shyrley Tatiana Peña Aymara[1]

 

Sin duda, uno de los ejercicios más sublimes y poderosos de avanzar con mi escritura académica tiene que ver con el envío de estas Cartas a mis queridos y queridas colegas del Colectivo y Grupo de Investigación “El Derecho Hallado en la Calle”, el cual nació a fines de los años de 1980 en la Universidad de Brasilia (UnB), cuna del pensamiento crítico y de la teoría crítica del derecho desde América Latina. Desde el 2021 hago parte de este grupo como investigadora y doctoranda a lado de mi asesor, el gran Amauta (maestro), José Geraldo de Sousa Junior, quien además, fue rector de esta casa de estudios donde vengo cursando el último año de mis estudios del PhD en Derechos Humanos y Ciudadanía en el Centro de Estudios Avanzados Multidisciplinares (CEAM). Redacto esta carta en tres idiomas: el quechua con el que siento (allin munay), el  portugués con el que pienso y el español con el que escribo. ¡Alerta! que estarei mudando de língua enquanto vou me inspirando… en estos seis Actos. Jaylli!

 

Decirte, profesor, que tenho muitas saudades do senhor e das aulas como estagiária docente na UnB e saudades também das trocas acadêmicas senti-pensantes. Agradeço desde já pela linda acolhida em Brasília e por ser a pessoa que guiou e me projetou nessa pesquisa de campo única, original e co-razonante. Muchas gracias por darme la libertad de expandir mis horizontes, reflexiones y contribuir con mi autonomía como investigadora. Ahora me siento mucho más empoderada y segura que esta tesis de doctorado es resultado de los pasos que damos y de los caminos en los que andamos.

 

Acto 1: Introducción al tema de tesis doctoral

 

El 2017 me enamoré, epistemológicamente, de las rondas campesinas del Perú y de las rondas comunitarias de México al escogerlas como mi tema de investigación para trabajar en una futura tesis doctoral. Hasta ese año, aún no sabía si continuaría estudiando en Brasil, país en el que realicé mis estudios de la licenciatura en Relaciones Internacionales e Integración y mi maestría en Integración Contemporánea en América Latina en la Universidad Federal de Integración Latinoamericana (UNILA), mi querida y añorada UNILA; o, si mi siguiente paso sería estudiar en México, por ser éste un país surreal en el que la intelectualidad latinoamericana de los años de 1970 gestaba y hacía teoría al exiliarse de las dictaduras del Cono Sur y donde en esos tiempos, ser intelectual latinoamericano y latinoamericana era resistir en universidades tan ejemplares como la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Otra motivación que sentía era la semejanza de México con Perú en sus procesos profundos como la reforma agraria, el movimiento indígena latinoamericano, el neoliberalismo que captó gobiernos por muchos años, la ascensión de gobiernos de izquierda en este último siglo y, por supuesto, ambos países cunas de civilizaciones ancestrales como los aztecas y los incas, en México y Perú, respectivamente.

Solo sabía que en un futuro haría un doctorado, de ello estaba convencida y que el tema de investigación sería entender los sistemas de justicia y seguridad en estas dos experiencias indígenas. El tema ya estaba decidido, aún sin terminar mi maestría. Un paso siempre en el futuro y el otro paso firme en el presente, algo que siempre me ha caracterizado cuando me pregunto ¿qué viene después? Pues allí está la respuesta.

 

Llegó febrero del 2018 y fue esa fecha donde obtuve mi grado de Magíster por la UNILA y la decisión de regresar al Perú se fortaleció porque surgieron oportunidades únicas que aproveché como la de trabajar a lado de los pueblos indígenas andinos y amazónicos del Perú en el Instituto Internacional de Derecho y Sociedad (IIDS), lugar donde conocí a la Dra. Raquel Yrigoyen Fajardo y a la Dra. Soraya Yrigoyen Fajardo, además de conectar con varios colegas que ahora ejercen la abogacía en defensa de los derechos humanos de pueblos indígenas y afrodescendientes. Además de ello, continué con la docencia universitaria que había comenzado en la UNILA, pero esta vez, en la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC), universidad privada en la que hasta la actualidad soy profesora a tiempo parcial.

 

Acto 2: “Desde” lo “profundo”

 

Durante mi vuelta al Perú, entre 2018 hasta el 2020, fui especialista en temas sociales y consultora en el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MMPV) del Perú, capacitadora en temas de autogestión e incidencia en la Organización Nacional de Mujeres Indígenas, Andinas y Amazónicas Del Perú (ONAMIAP) y representé al Perú en marco del Programa Internacional “El Barco Mundial de la Juventud” en Japón, Estados Unidos y México, experiencia única con 240 jóvenes, la mitad japoneses y los demás de 13 países del mundo. Fui la primera mujer quechua y apurimeña en cruzar en Pacífico Norte a bordo del crucero Nippon Maru, lugar donde se llevó a cabo este único y original programa.

 

En plena pandemia fui docente en la Universidad Nacional Micaela Bastidas de Apurímac (UNAMBA), universidad pública que se localiza en mi ciudad natal de Abancay, en la región de Apurímac en los Andes del Sur del “Perú Profundo”, como diría mi paisano, etnólogo y antropólogo, José Maria Arguedas Altamirano, quien entendió la complejidad de alguien que viene de lo “profundo”. Pode ser que Arguedas já vislumbrava que pessoas como eu, mulheres, indígenas, quechuas, primeiras gerações de profissionais que vão nas universidades e futuras primeiras doutoras, reivindicamos esse “profundo” de onde nasce e cresce cada uma das nossas reflexões. Ser do “Peru Profundo” enaltece que generaciones pasadas, mis ancestras y ancestros, lograron superar el lugar de olvido histórico y la falta de oportunidades que caracterizaron a las grandes mayorías durante muchos siglos de opresión colonialista y discriminación para quien venía de la sierra o fuera de Lima. Esa distancia geográfica se expandía cada vez más cuando las élites colonialistas peruanas nunca aceptaban como iguales a los indígenas y afrodescendientes.

 

Es la reflexión “desde” lo “profundo”, la cual me llevó, por diferentes circunstancias, a retornar a mi querido Brasil el año 2021 para comenzar mis estudios doctorales ocupando el primer lugar en el proceso arduo de selección. Esta vez, Dios, mis Apus (dioses de las montañas) y mi familia, serían el sostén para seguir con un sueño de cuatro años y volverlo realidad, a pesar de atravesar una pandemia de la COVID-19, la cual me mantuvo alejada y con clases online durante los tres primeros semestres del PhD. Fue recién en el 2022 que me reincorporé a las clases presenciales con apoyo de la Beca de estudios que gané de la CAPES como apoyo económico para la dedicación al doctorado. También, doy las gracias a todas las personas que conocí cuando viví en “La Colina”, residencia universitaria de la Universidad de Brasilia (UnB) que me abrigó durante unos meses.

 

Acto 3: Brasilia y Puno: lugares donde está mi paso firme

 

En Brasilia, mi querida amiga-colega-mae, Andrea Brasil, me acogió también en su linda casa donde compartimos nuestras experiencias, preocupaciones, sentires, pensares, alegrías y sueños. A tua casa, querida amiga, fue el lugar donde proyectos únicos se concretizaron en mi vida como mi experiencia en la Embajada de Perú en Brasil, al reforzar mi vocación como internacionalista sirviendo a mis compatriotas en el “país tropical, abencoado por Deus e bonito por natureza”, lembrando o compositor brasileiro Jorge Ben Jor.

 

Otro proyecto fue el Instituto de Interculturalidad de Puno, en Perú, el cual comenzó a ser parte de nuestras vidas desde 2021 y está para quedarse. Siempre digo que yo tengo dos trabajos: uno profesional que es mi vida académica y el otro trabajo de vida que es a lado de los pueblos. Ese es mi trabajo en el Instituto. Mi especial agradecimiento, nuevamente, al profesor José Geraldo por re-conectarme con mi pueblo y mi patria, ya que fue él quien me presentó, oficialmente, al Juez Superior Hernán Layme Yépez, de la región de Puno, con quien hemos compartido muchos aprendizajes a lado de las rondas campesinas de esa región del país. De la misma forma, con el Dr. Hernán seguimos caminando con y para los pueblos, comemos como ellos, sentimos como ellos y en el fondo somos ellos como quechuas, aymaras y uros.

 

Recuerdo con mucha gratitud y nostalgia la primera parte de mi trabajo de campo en la región de Puno. Me fui por un mes a aprender de las rondas campesinas, la reserva moral del Perú, como se enaltece en el Estatuto de la Central Única Nacional de las Rondas Campesinas del Perú- CUNARC-P. Gracias a los proyectos que tenemos con el Instituto de Interculturalidad, a lado de profesionales puneños y extranjeros fue posible llegar a la ciudad de Juliaca para que desde allí me moviera hasta los diferentes territorios ronderos.

 

Llegué en mayo y junio de este año, en medio de la temporada de “helada” o friaje a esta ciudad que se ubica a 3,824 m.s.n.m. y donde respirar, para quien no está acostumbrada a la altura, representa sus desafíos del día a día. Del mismo modo, el aclimatarme a la temperatura de 1 o 2 grados centígrados en las noches no fue tan duro, ya que en marzo había tenido la oportunidad de representar al Perú en Rusia en el Festival Mundial de la Juventud, en el que se reunieron 10 mil jóvenes rusos y 10 mil jóvenes de más de 180 países del mundo. Una experiencia enriquecedora al otro lado del mundo donde aprendí del nuevo orden mundial y de la cooperación internacional. A pesar de haber llegado en el fin del invierno, las temperaturas descendían hasta los -10 grados centígrados. Siento que Rusia me preparó para Puno.

 

Ya en Puno, tuve la gran oportunidad de ser invitada como ponente para las Asambleas distritales de las rondas campesinas en las comunidades de Samán, Ccacco y Olaechea. Conocer de cerca a las rondas en su quehacer diario fue un privilegio, pues en cada encuentro percibí la apertura, el gran nivel de debate político y la lectura de la realidad nacional que supera la de algún intelectual alejado de la realidad. Las rondas campesinas mostraron en todo momento una lucidez en su forma de organización distrital, provincial, regional y nacional. Esos niveles hacen que este movimiento indígena se fortalezca cada vez más, ya que la juventud rondera empieza a tener más presencia en esos espacios, pues son ellos los que renuevan la fuerza rondera. El clamor de justicia por los 14 fallecidos en un solo día en Juliaca, en enero del 2023, aún es un tema pendiente en el que la impunidad todavía reina. Estas muertes fueron causadas por la violenta represión policial hacia la población que venía manifestándose en contra de la asunción constitucional de Dina Boluarte y la ruptura democrática en todos los niveles de gobierno, pues se concretaba el co-gobierno de Boluarte con el fujimorismo y la derecha que había perdido en las elecciones del 2021. La población peruana había elegido democráticamente, por primera vez, como presidente al profesor rondero cajamarquino Pedro Castillo Terrones, quien tras proclamar el fallido autogolpe de Estado, fue detenido y ahora se encuentra en la cárcel en Lima y su familia exiliada en México. Un tema muy delicado por el que hasta la fecha despiertan las protestas en mi país.

 

Más allá de la difícil coyuntura, las rondas campesinas son quienes ejercen justicia en sus territorios y donde la justicia es un modo de vida, pues llega a todos y todas de una forma democrática para vivir en paz. Esto es reconocido por el Artículo 149 de la Constitución Política del Perú y los tratados internacionales como el Convenio 169 de la OIT, la Declaración de Naciones Unidas de la ONU y la Declaración de la Organización de Estados Americanos. La libre autodeterminación de los pueblos es un derecho humano donde se garantiza ejercer el derecho de manera autónoma y con respeto a los usos y costumbres en las comunidades. Esto lo saben muy bien las rondas, pues día a día, luchan para mantener sus instituciones indígenas, sus conocimientos ancestrales, su cultura y sus territorios frente a las amenazas estatales de expolio, discrminación, contaminación y muchos otros problemas que aquejan a los pueblos indígenas en el mundo.

 

La conexión con la Pachamama, la Yakumama, el Tayta Inti, el abuelito fuego, la mama Killa y los astros es intrínseca al ser y estar en este mundo por lo que al vivir en paz, se garantiza el ansiado Sumaq Kataña, o Buen Vivir o Vivir Bien. Caminar con las rondas me devolvió a vivir en comunidad, reciprocidad, buen humor y amor por el prójimo. Es así que me nombraron madrina de la nueva junta directiva de las rondas distritales en Samán, lo cual fue un gran privilegio, ya que ahora hago parte de su Buen Vivir. Del mismo modo, recuerdo con mucho cariño el diploma, la medalla de honor y la torre del pueblo en versión de artesanía que me fueron obsequiados como forma de afecto y compromiso con los pueblos. Recuerdo en mi corazón cuando el alcalde de Samán me dijo: “Doctora, le hacemos entrega de la Torre Simbólica del distrito de Samán en esta artesanía, la cual, lastimosamente se ha caído debido a las lluvias y el tiempo. Esperamos contar con su ayuda para la próxima construcción de nuestra torre en la entrada del pueblo”. Gente, com essas palavras, me arrepiei e senti que a torre representa os sonhos conjuntos com as rondas e os desafios para serem alcançados. Esse convite tão íntimo reflete o amor, confiança e parceria que as rondas querem comigo. Chorar de felicidade não era uma opção num momento tão especial. Segurei as lágrimas e disse: Pueden contar conmigo, hermanas y hermanos. Estamos juntos en esto. Ñaupaqman (continuemos adelante).

 

Las entrevistas que realicé a autoridades ronderas como al Presidente de las Rondas de Puno, José Sacaca, al intelectual rondero, Sabino Soncco Mamami, quien acabó de publicar su libro “Chaninchay: rondando en los pueblos por justicia, seguridad y buen vivir”, a miembros del Instituto de Interculturalidad y al Juez-rondero, Hernán Layme, harán parte de mi tesis de doctorado y su procesamiento está pendiente mientras escribo esta Carta. La transcripción de cada una de las entrevistas ya está lista, sin embargo, me pregunto: ¿cómo procesar los afectos, los encuentros, la impotencia, el dolor, la alegría, el senti-pensar y el co-razonar? No sé si una tesis doctoral alcance para ello, pero sí sé que la respuesta está en el camino elegido y el pronto retorno a las comunidades. Más detalles los contaré en mi tesis de doctorado, pues las memorias son muchísimas y una Carta no sería suficiente. Esto solo fue un spoiler 

 

Acto 4: “México mágico”

 

Les contaba que mi conexión con México viene de mi ancestralidad como quechua, descendiente directa de los incas, cuna de un majestuoso imperio con grandes aportes para la humanidad como la agricultura en productos mundialmente conocidos como las 3 mil variedades de papa, la arquitectura monumental con el uso de la piedra, técnicas avanzadas como los andenes (sistemas de sembrío en las montañas), medicina tradicional, avance textil, artesanías, conocimientos científicos y astronómicos, etc. Puedo detenerme a mostrar esa grandiosidad del orgullo de sentirme parte de una gran civilización, pero quiero tomar más tiempo para conectarme con mi experiencia mexicana, tras mi tercera visita al país del maíz y el ají o chile, otros elementos más que me conectan hasta en mi dieta alimentar en los Andes.

 

Fue en la UNILA donde, por primera vez, conocí a compañeros mexicanos y mexicanas, de diferentes Estados mexicanos como Puebla, Veracruz, San Luis Potosí, Tlaxcala, Ciudad de México, Chiapas y Jalisco. Además de las afinidades personales, mi curiosidad despertó para que en un futuro visite los lugares hermosos de donde mis colegas provenían. Así, el 2019 fue la primera vez que conocí México, pero mis lecturas sobre acontecimientos como la Revolución Mexicana en 1910 y el levantamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional de 1994 fueron dos hitos de querer investigar más sobre México, además de la riqueza cultural de los más de 68 pueblos originarios, 364 lenguas indígenas y 25 millones de indígenas. De lo planeado en quedarme una semana y media en ese país, me acabé quedando un mes y medio y todavía la necesidad de volver era notable.

 

El 2020, justo antes de la pandemia, durante mi participación en el Barco de la Juventud Mundial (The Ship for World Youth, edición 32), el crucero del Nippon Maru hizo su parada oficial en el Puerto Ensenada ubicado en el estado de Baja California en México, frontera con los Estados Unidos. Era como si el Océano Pacífico me condujera nuevamente a ese hermoso país, pero a través del mar y hacia una parte muy simbólica y real que es estar “tan lejos de Dios y tan cerca de los Estados Unidos”, ya que en esta potencia se encuentran más de 37 millones de inmigrantes mexicanos. Fue muy triste ver que es allí donde comienza la frontera hecha de un muro de concreto de alrededor de 3,145 kilómetros separando ambas naciones. Así como, recuerda la fatídica situación de los migrantes en el mundo tratados como mano de obra barata, personas muertas al querer atravesar la frontera y la violación a los derechos humanos por parte de esta potencia. Incluso, con la creación de cárceles para niños migrantes, lo cual constituye una herida abierta y un tema muy sensible para México.

 

Mi tercera visita, se realizó de octubre a noviembre de este año y solo fue posible para realizar mi investigación de campo y conocer más sobre las rondas comunitarias o comunales ubicadas en el estado de Michoacán, a cuatro horas en bus desde la Ciudad de México. Agradezco muchísimo la hospitalidad que recibí por parte de Maria Esperanza Cuevas, colega colombiana que conocí en la UNILA en Brasil y quien muy amablemente me ofreció hospedarme en su casa en la Ciudad de México. Fueron esos lazos universitarios y de mucha amistad lo que generó mi paso por esa magnífica universidad brasileña al reunir a estudiantes de todos los países de nuestra Latinoamérica y El Caribe. Si algo aprendimos en las aulas fue que “mi casa es tu casa”, como en México se acostumbra decir y hacer. Mulheres salvam mulheres, minha querida Maria Esperanza.

 

Esa primera semana fue de encuentros y re-encuentros con tantas amistades que no veía hace muchos años como a compañeros mexicanos del Barco de la Juventud Mundial (Natalia, Ángel, Felicie, Daniel, Beto e Ittai); de la XIV Escuela Latinoamericana de Estudios Avanzados sobre el Desarrollo de la CEPAL, como Carlos Barrios, con quien participamos el 2023 en Santiago de Chile; de la Universidad de Brasilia (como a mexicana mais brasileira, Carla, super amiga da Colina e com quem matamos um pouquinho da nossa saudade do Brasil); amigos mexicanos que participaron del Festival Mundial de Juventud en Rusia (Sophia y Erick, con quienes visitamos un comedor comunitario en el centro de Coyoacán y conocimos de cerca la ocupación de los pueblos indígenas otomíes que luchan por el hogar como derecho humano, así como, por autonomía y justicia hacia los pueblos indígenas de México) y por supuesto, de la UNILA, ya que fui invitada a la boda de mi colega brasileño de la maestría Rafael Lima quien se casó con una mexicana increíble, Arcelia. Fue un paseo en las tradicionales trajineras en los canales de Xochimilco, al son del conocido son jarocho, género musical mexicano del estado de Veracruz. Sentirme en casa solo fue posible por esos afectos, reencuentros, charlas, lágrimas de alegría y toda la “buena onda” en cada una de esas personas. Ofrecimientos como: “Shyrley, ¿por qué no te quedas en México?” o “siempre te estaremos esperando acá porque ya sabes que nuestra casa es tu casa”. Hasta el día de hoy sigo pensando en esas propuestas. Acho que depois do doutorado os portais começarao se abrir…    

 

La segunda semana de mi estancia en este país me dirigí hacia la ciudad de Morelia, capital del Estado de Michoacán para entrevistar al Dr. Orlando Aragón, quien trabaja a lado de las comunidades indígenas de ese estado como académico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en su campus de Morelia y como miembro del Colectivo Emancipaciones. Agradezco muchísimo al Dr. Jesús Antonio de la Torre Rangel, referencia mexicana al debatir la crítica al derecho como derecho insurgente o derecho que nace del pueblo, por haberme puesto en contacto con Orlando, así como, al Dr. Hernán Layme por hacer el encuentro posible.

 

Acto 5: Michoacán, alma de México

 

La primera noche que llegué pude entrevistar al Dr. Orlando Aragón y al Dr. Alejandro Pérez, ambos profesores de la UNAM-Morelia del Departamento de Antropología y miembros del Colectivo Emancipaciones. Fue muy cálida su apertura para resolver las dudas sobre el tema que vengo investigando, ya que una es la literatura que puedo encontrar y otra muy diferente es ver, sentir y pensar la realidad, es decir, “sumergirme” en el “campo”. En esas más de tres horas de entrevistas a ambos investigadores fue posible organizarme para llegar a las comunidades indígenas, ya que arrivé justo en la semana del Día de los Muertos, principal fiesta mexicana donde el estado de Michoacán es conocido como “el alma de México”, ya que es seno de esta celebración de la manera más ancestral como los antepasados lo hacían. Una característica central fue ver toda la ciudad cubierta de las flores de cempansúchil (flor de color naranja que solo crece en México) y que, según los pueblos indígenas purépechas, adornan como luces las tumbas y altares de quienes ya no están en vida y solo su alma podrá llegar a las casas de visita si siguen el camino de las flores junto a las velas y ofrendas. La algarabía, las caras pintadas de catrinas, los disfraces, el tequila, el mezcal, la comida, el chile, el tradicional pan muerto en esas fechas y el recuerdo de quienes ya partieron son expresiones de la tradición viva en esas fechas. No hay mexicano o mexicana que no lo disfrute. Realmente, México es mágico porque la vida y la muerte han aprendido a convivir.

 

Tuve la oportunidad de contactarme, gracias a mi amigo, Juan Pablo, con la Asociación Civil Impacta México, fundada en 2021, por Daniel, quien muy gentilmente organizó el Día de Muertos para jóvenes de más de 15 países quienes veníamos por primera vez para celebrar esa fecha en Michoacán, ya que la celebración suele durar toda la noche y madrugada y se llena de mucho turistas de todas partes del mundo. Es así que en un tour no convencional visitamos la ciudad de Capula, cuna de las catrinas y las artesanías en el estado; Santa Fe de la Laguna, comunidad purépecha que celebra esa fecha velando y recordando a los fallecidos del año anterior en sus casas con grandes ofrendas de comida, velas, fotos, ropas, flores y en especial, frutas, las cuales son puestas en inmensos altares durante toda la noche. Toda la sala de invitados estaba llena de esos arreglos y las puertas de las viviendas estaban abiertas a los visitantes. Gente! Nunca tinha visto na minha vida o fervor, respeito e carinho pelos mortos e os cuidados em cada um dos detalhes em cada altar para eles. La tercera y última parada durante la noche fue visitar el Panteón de la Isla de la Pacanda, una de las tres islas que hacen parte del Lago de Pátzcuaro, principal territorio de los pueblos purépechas. La religiosidad católica y la mezcla entre la cultura local permearon esta tradición, pero es notable ver cómo los pueblos vienen resistiendo con su manera de velar a sus fallecidos. Así, en esta isla pude ser testigo de la fe y las oraciones que cada uno de los deudos enaltecían al velar a sus muertos en su lengua originaria en las tumbas adornadas con muchas flores cempasúchil, velas, música y ofrendas en canastas típicas de la zona.

 

Resalto el encuentro fortuito con Koka en la Fuente de las Tarascas en Morelia y la hospitalidad que me brindó en su casa después de conectar como si fuésemos amigas de toda una vida. Le agradezco muchísimo por su generosidad, confianza y apoyo en este camino como investigadora. La semana siguiente fue donde volví a visitar Capula, pues se estaba llevando a cabo la charla informativa sobre el autogobierno en esta intendencia por parte del gobierno del estado de Michoacán. El autogobierno es la concretización del derecho a la libre autodeterminación de los pueblos indígenas mediante sus usos y costumbres respetando sus instituciones y sus sistemas de justicia. Esto constituye un escenario único y muy interesante en la historia de México, ya que gracias a la experiencia de la comunidad de Cherán en el 2011, frente al abandono del Estado y el relego histórico hacia los pueblos indígenas, esta comunidad luego de más de siete años de lucha y fallecidos lamentablemente, logró expulsar a taladores de madera, narcotraficantes, a las fuerzas policiales del Estado y la presencia de partidos políticos en la elección de sus representantes porque esos actores habían permitido el saqueo de sus recursos, la contaminación y alteración a su forma de vida que respeta a la Madre Tierra. Frente a ese flagelo, la comunidad se organizó autónomamente para que México los reconociera como una comunidad autogobernada en cumplimiento del Artículo 2 de la Constitución de ese país y los tratados a nivel internacional reconocidos. Esta experiencia exitosa comenzó a ser replicada, con especificidades propias, en diferentes comunidades en el estado de Michoacán y hasta el momento son 38 comunidades con autogobierno. Fue en el evento de Capula donde el Presidente de las comunidad de Santa Fe de la Laguna, Presidente del Consejo de Janitzio y el Presidente del Consejo de San Ángel de Zurumucapio fueron invitados para dar su testimonio y contar de su experiencia con el autogobierno, así como, los desafíos que ello implica. En este evento pude conversar con las autoridades comunales al respecto, así como, ser testigo de cómo se llevan a cabo estos procesos como la relación entre gobierno y comunidad y viceversa. Mayores reflexiones trataré en mi tesis doctoral, ya que la consulta en Capula no fue aprobada y me animo a preguntarme ¿por qué no ganó el autogobierno? Penso nos achados da pesquisa, nos lugares que o universo coloca a gente e as experiências riquíssimas que “os campos” nos proporcionam. Acredito mais uma vez nos processos de baixo para cima que de cima para baixo. Depois de dois dias fiquei sabendo o resultado e na história de Michoacán somente duas vezes o autogoverno foi rejeitado, eu presenciei um deles.

 

Después de esta comunidad me dirigí a Santa Fe de La Laguna para conversar con dos miembros del Consejo Mayor, así como, agradezco la gran hospitalidad en la comunidad y por el compañerismo en esta investigación que es tan mía como nuestra. Aún no he transcrito la entrevista, pero recuerdo con mucho cariño cómo los comuneros me abrieron las puertas para conocer a las kuárichas (policías comunales), su artesanía como principal economía actualmente y la diversidad gastronómica que una comunidad puede ofrecer. Me fui muy contenta la saber que jóvenes mujeres purépechas vienen ocupando esos espacios y que la reflexión entorno a ello va cobrando fuerza en las comunidades indígenas, las cuales están preparadas para los desafíos mundiales. Estas son reflexiones primarias, pero que pronto estarán mejor organizadas.

 

La tercera comunidad que visité fue la de Cherán. Quizás la que más me impactó por el nivel de seguridad con la que cuentan desde el ingreso a sus territorios ancestrales llenos de bosques y vida. El Consejo Mayor asumió el cargo el pasado mes de setiembre y fueron sus autoridades que me contaron en cuatro entrevistas cómo se organizaron para llegar hasta acá, sus instituciones, ya que son referencia a nivel mundial cuando se habla de autogobierno. Uno de los integrantes del Consejo Mayor, ya había visitado a Perú y se alegraba por mi visita desde tan lejos geográficamente, pero muy cerca culturalmente. Hasta ahora son cinco administraciones o periodos en la gestión de Cherán las que continúan sosteniendo el autogobierno junto con la comunidad, la cual se ve representada plenamente y donde la política de servicio a la comunidad es la que prima. Tuve el gran privilegio de conversar con el “Tata” Trinidad Ramírez, con quien aprendí muchísimo en cada intercambio, así como, en más de cuatro horas de entrevista, conocí al Cherán K´eri (Gran Cherán) y los sabios que con cariño y respeto son llamados de “Tata”, refiriéndose al Padre o Papá. O Tata Trini me convidou para almoçar na casa deles com a família maravilhosa e se sentia super feliz que uma peruana quechua estivesse visitando Cherán, pois não é comum esse tipo de convidadas. Aprendi a fazer as famosas “tortillas” mexicanas do lado das mulheres purépechas sentindo nas minhas mãos a farinha de milho, a ancestralidade na comida e a boa comida. É claro que a pimenta não faltou, pois no México a minha língua começou a se acostumar com pimentas fortes, ancestrais dos nossos povos. O Tata Trini começou a ser meu Tata também. A despedida foi muito forte, pois acho que deixei parte do meu coração com eles, com Cherán K`eri.

 

A semana com as comunidades e as viagens de um lugar para outro, pegar ônibus de lá para cá foram muito proveitosas e a minha volta para Morelia foi para apresentar uma palestra. Agradezco muchísimo al Laboratorio de Antropología Jurídica y del Estado- LAJES de la UNAM-Morelia, coordinado por el Dr. Orlando Aragón, por la gentil invitación donde compartí parte de mis resultados preliminares de esta investigación, así como, sentí que la devolución del trabajo intelectual y comprometido con los pueblos ya ha comenzado. En un intercambio muy fructífero las apreciaciones de miembros del Laboratorio y estudiantes que hacen parte contribuyeron a seguir pensando más temas que abordaré, así como, se van estrechando lazos académicos-afectivos entre el LAJES y el colectivo Emancipaciones desde México, el Grupo de Investigación “El Derecho Hallado en la Calle” y la Universidad de Brasilia desde Brasil y el Instituto de Interculturalidad de Puno en Perú. Son tres lugares desde el Sur que venimos descolonizando y “rondando” el derecho desde estas latitudes y palpitudes.

 

Ya antes de mi regreso a la ciudad de México y posteriormente a Lima en Perú donde actualmente vivo, fui invitada a dar una ponencia sobre derechos de pueblos indígenas y la cuestión agraria en la Universidad de Ixtlahuaca, ubicada en el Estado de México. Muchas gracias al colega brasileño doctorando en la Universidad Salvador (UNIFACS), Raique Lucas de Jesus Correia, por la gentil invitación y también por la gran receptividad por mi estancia en México. Fue el profesor José Geraldo quien me contactó con Raique desde que supo que iría a México, ya que él se encuentra como investigador visitante en esa universidad. Cuando llegué a la universidad me encontré con una comunidad académica muy interesante y receptiva. En la mesa central estuvimos Raique, el Dr. Roberto Roberto Félix, quien es catedrático e investigador en la casa de estudios y yo. Compartir la mesa fue un espacio muy especial, ya que la Facultad nos obsequió presentes y diplomas luego de la ponencia. Así como, doy gracias a las preguntas y comentarios de los estudiantes de la Facultad de Derecho. É muito importante que em países latino-americanos a pauta indígena seja trabalhada na formação de advogados e advogadas comprometidos com os direitos humanos, já que a compreensão do direito de maneira crítica possibilita uma ampla leitura da realidade e do contexto atual. Como parte da minha despedida no México tive a oportunidade de compartilhar um almoço brasileiro preparado pelos meus amigos Raique e Leticia na casa deles em Ixtlahuaca. Foi uma tarde muito divertida que ajudou a matar um pouco das saudades que tenho do Brasil, só que no México mágico entre migrantes.

 

Mi último día en la Ciudad de México lo pasé en un Foro en UNAM sobre racismo y discrminación ese país y por la conmemoración de los diez años del levante del EZLN. Escuché a intelectuales comprometidos como Juan Villoro, Maria Teresa Sierra y  quienes vienen teorizando y acompañando al movimiento indígena latinoamericano. Agradezco mucho la invitación a mi colega doctorando en el Instituto Politécnico Nacional, Alejandro Tapia, por la gentil invitación y por mostrarme más sobre los debates actuales en torno a mi tema de investigación.

 

Acto 6: A despedida da doutora

 

Así se pasó un mes en México, con actividades intensas y con una programación que cada día se iba nutriendo de experiencias inolvidables en el camino hacia la tesis doctoral. Si algo que he aprendido en estos casi cuatro años es que el título de Doctora ya lo tengo, pues fueron los propios ronderos en Perú quienes me lo pusieron. “Doctora Shyrley Tatiana”, me llaman, a pesar de no serlo todavía. Esto como un símbolo de respeto y que con mucho agradecimiento lo acepto. Creo que esa es la gran victoria hasta ahora, el resto, como entre risas lo digo “es un trámite burocrático” porque el título ya está ganado: desde los pueblos. Faltan cinco meses y medio para terminar este capítulo académico de mi vida y, probablemente, en ese tiempo, ya no escriba más Cartas porque tengo que concentrarme en la escritura académica que de todas maneras será “senti-pensante” y “co-razonante”. No hay camino de regreso.

 

Espero que con estas líneas se hayan emocionado desde sus sonqokuna (corazones) y gracias a cada uno de ustedes por llegar hasta acá conmigo. Seguiremos a lado de los pueblos haciendo historia al andar porque precisamos caminhar para achar o direito. Até em breve! Obrigada querido Amauta José Geraldo por me inspirar!

 

 

 

Ciudad de Morelia y Ciudad de México- México.

Noviembre de 2024.

 



[1] Doctoranda quechua-peruana en Derechos Humanos Humanos y Ciudadanía en la Universidad de Brasilia, Brasil. Docente en la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC) en Lima, Perú.

 

Prêmios de Direitos Humanos da UnB Valorizam Educar para o Nunca Mais

Por: José Geraldo de Sousa Junior (*) – Jornal Brasil Popular/DF

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A Universidade de Brasília – UnB confere nesse 18 de novembro prêmios de Direitos Humanos para projetos que reafirmam a relevância desse tema. A UnB é a primeira universidade pública federal a criar na estrutura de seu colegiado máximo, o Conselho Universitário, uma Câmara de Direitos Humanos, além de uma Secretaria de Direitos Humanos para dar organicidade às deliberações da Câmara.

Instituiu, ainda, dois prêmios anuais para fomentar as ações e estudos nesse campo: o Prêmio de Educação em Direitos Humanos Mireya Suarez, que visa reconhecer e valorizar práticas pedagógicas emancipatórias de Educação em Direitos Humanos; e o Prêmio Anísio Teixeira, que visa reconhecer e valorizar iniciativas de excelência realizadas no ensino, na pesquisa e na extensão universitária na área de Direitos Humanos.

Os prêmios, carregam o simbólico de dois notáveis professores da UnB (Anísio foi Reitor da UnB e colaborou com Darcy Ribeiro o projeto originário da universidade; Mireya, uma destacada ativista dos direitos humanos, forte no processo de institucionalização acadêmica do tema, notadamente a partir de seus estudos feministas) e demarcam pelo enlace epistemológico-político que os balizam, como finalidade estatutária, uma universidade necessária e emancipatória (SOUSA JUNIOR, José Geraldo de (org). Da Universidade Necessária à Universidade Emancipatória. Brasília: Editora UnB, 2012).

A seleção dos projetos do 3º Prêmio Anual de Direitos Humanos distinguiu as seguintes categorias e propostas:

Prêmio Anísio Teixeira, categorias  I – Igualdade, diversidade e não discriminação: Proposta: Psicoterapia racializada é política de permanência: o grupo Revira na promoção da saúde mental e educação para os direitos humanos de estudantes cotistas negros; II – Saúde, meio ambiente e bem-estar: Proposta: Santa Luzia Resiste: a campanha continua na luta pelos direitos à cidade, à água e ao saneamento; III – Democracia e participação: Proposta: Comissão Anísio Teixeira de Memória e Verdade (CATMV) da Universidade de Brasília; Menção honrosa: Proposta: PEAC Direitos Humanos e Gênero: capacitação em noções de direito e cidadania

Prêmio Mireya Suárez,  categorias I –  Educação básica: Curso Monumento Natural dos Pontões Capixabas: educação ambiental e patrimonial no contexto de povos e comunidades tradicionais; II – Educação superior: Pós-populares: democratização do acesso à universidade Pública pelo chão da pesquisa; III – Educação em contextos não escolares: Rede de Casas Universitárias de Cultura (Rede CUC) na Defesa dos Direitos Humanos; IV – Educação para profissionais dos sistemas de justiça e/ou segurança: Ação Formativa: Diretrizes Nacionais para ações de cidadania das Escolas Judiciárias Eleitorais; V – Categoria Educação e mídia: Memória e Ditadura- Militar nas escolas públicas do Distrito Federal; Menção Honrosa: Do Poesia nas Quebradas ao NEOLIM: periferia, potência e criação.

O Prêmio Mireya Suárez, como se nota, segue fundamentalmente a categorização designada pelo Plano Nacional de Educação em Direitos Humanos e pelos referenciais estabelecidos pelas diretrizes nacionais para a educação em Direitos Humanos (Resolução 1, de 2012, do Conselho Nacional de Educação), traduzidas na UnB por políticas de educação em Direitos Humanos na universidade. As pesquisadoras Nair Heloisa Bicalho de Sousa, Regina Coelly Fernandes Saraiva, Rosamaria Giatti Carneiro e Vannessa Alves Carneiro, pormenorizam, explicam e contextualizam esse processo em artigo – Direitos Humanos e Educação em Direitos Humanos na Extensão da Universidade de Brasília – publicado no livro organizado por João Batista Moreira Pinto – Direitos Humanos como Projeto de Sociedade: caracterização e desafios, vol. 1, Belo Horizonte: Editora Instituto DH, 2018, p. 298-321.

A premiação de 2024 dos prêmios UnB de Direitos Humanos, confirma o que as autoras do estudo mencionado afirmaram na conclusão de seu criterioso estudo, sobre o mapeamento de ações e de projetos que se desenvolvem na UnB, revelando  “o potencial e compromisso público da UnB no debate dos Direitos Humanos e da educação em Direitos Humanos…comprometidos com a democracia, a inclusão, a diversidade e a participação social”.

Fico muito feliz particularmente ao constatar entre os resultados da premiação, registros que me mobilizam singularmente. O primeiro, a satisfação da menção honrosa, do prêmio Anísio Teixeira, para o PEAC Direitos Humanos e Gênero: capacitação em noções de direito e cidadania, proposição do Projeto Promotoras Legais Populares da Faculdade de Direito da UnB. Projeto que contribui para a sua institucionalização.

Assim que, como está na publicação do volume 05 da Série O Direito Achado na Rua: Introdução Crítica ao Direito das Mulheres, organizado por mim, por Bistra Stefanova Apostolova e por Lívia Fonseca Dias da Fonseca (https://www.academia.edu/17354044/Livro_O_Direito_Achado_na_Rua_Vol_05_Introdu%C3%A7%C3%A3o_Cr%C3%ADtica_ao_Direito_das_Mulheres), tive ensejo de participar da coordenação de uma pesquisa sobre o tema – Promotoras Legais Populares – cujos resultados estão em livro que divulga (tal o escopo da pesquisa),  Estudo sobre a prática pedagógica das Promotoras Legais Populares do Distrito Federal e Entorno no enfrentamento à violência contra mulheres e meninas e que teve financiamento da Fundação de Amparo à Pesquisa do Distrito Federal (FAP/DF). Os resultados dessa pesquisa intentam fazer uma avaliação dessa experiência, em especial da sua execução ao longo de 2018, acompanhando o funcionamento do curso e a atuação do Fórum de Promotoras Legais Populares do Distrito Federal e Entorno, entidade que organiza politicamente as mulheres que se formam no curso de formação de PLPs do DF. O livro agrega a reflexão de outras experiências de PLPs espalhadas pelo Brasil. O livro pode ser conferido em link que inclui em Lido para Você que publiquei: https://estadodedireito.com.br/promotoras-legais-populares-movimentando-mulheres-pelo-brasil-analises-de-experiencias/.

O segundo registro é o de localizar, no conjunto premiado, a atenção do júri para projetos de preservação da memória e da verdade para prevenir violações a direitos humanos em circunstâncias políticas de exceção. Há vários projetos considerados. O mais simbólico o que premia a Comissão Anísio Teixeira de Memória e Verdade (CATMV) da Universidade de Brasília.

Não por ter sido o Reitor que instituiu na UnB essa Comissão. Mas por verificar o seu grau de reconhecimento no julgamento do júri. Tenho insistido em acentuar o valor educador da memória e da verdade, fundamento da justiça de transição, para a educação democrática do nunca mais, da não-repetição. Aqui mesmo no espaço desta Coluna, feri esse tema muitas vezes, por último, em https://brasilpopular.com/autoanistia-uma-violencia-inconstitucional-e-inconvencionaldo-delinquente-a-fim-gerar-sua-impunidade/.

Por isso a importância desse reconhecimento. O significado da Comissão Anísio Teixeira para a UnB e para Justiça de Transição, pode ser aferido no relatório exemplar que foi entregue na conclusão de seu trabalho, sobre o qual já me manifestei:  https://estadodedireito.com.br/relatorio-da-comissao-anisio-teixeira-de-memoria-e-verdade-da-universidade-de-brasilia/ – Relatório da Comissão Anísio Teixeira de Memória e Verdade da Universidade de Brasília. Brasília: FAC-UnB, 2016. ISBN 978-85-93078-09-5, 363 p. https://www.comissaoverdade.unb.br/images/docs/Relatorio_Comissao_da_Verdade.pdf

Vou ao Relatório. O Sumário em si é uma expressão do conjunto simultaneamente descritivo e analítico acerca da realidade relatada: começa com a cortesia de um resumo na forma de um Sumário Executivo e prossegue com as enunciações que levam, a meu ver, à principal conclusão. Houve sim violações cruciantes alcançando a integridade e o projeto de vidas das muitas individualidades identificadas no trabalho da Comissão, mas o que penso melhor o caracteriza é ter constatado ter a violência feito da UnB [um] Projeto Inicial Interrompido.

A que remete o Relatório senão a exigências de posicionamento, no Brasil atual, quando a agressão à democracia e aos Direitos Humanos, permanece como uma infecção não debelada. Já afirmei neste espaço – https://brasilpopular.com/60-anos-do-golpe-de-1964-memoria-verdade-mas-tambem-justica-razoes-para-o-nunca-mais/ – estar seguro de que tudo que se vivencia no país desde o 8 de janeiro de 2023 deve ser avaliado sob o enfoque da Justiça Transicional. E isso significa estar atento às reiteradas manifestações da Comissão e da Corte Interamericana de Direitos Humanos sobre estabelecer que as disposições de anistia ampla, absoluta e incondicional consagram a impunidade em casos de graves violações dos direitos humanos, pois impossibilitam uma investigação efetiva das violações, a persecução penal e sanção dos responsáveis. A Comissão afirmou que esses crimes têm uma série de características diferenciadas do resto dos crimes, em virtude dos fins e objetivos que perseguem, dentre eles, o conceito da humanidade como vítima, e sua função de garantia de não repetição de atentados contra a democracia e os direitos humanos.

O atentado contra o Supremo tTibunal Federal no último 13 de novembro expõe essa virulência política que não pode ser tolerada, não pode restar impune, não pode deixar sem responsabilização os seus perpetradores, não pode ser anistiada.

O próprio monitoramento que exercita em relação ao Brasil, da Comissão Interamericana de Direitos Humanos (CIDH), em seu último relatório (2021), ofereceu recomendações sobre ações que tendem a fragilizar e até extinguir esse sistema, como o enfraquecimento dos espaços de participação democrática, indicando, entre as recomendações, a necessidade de “investigar, processar e, se determinada a responsabilidade penal, sancionar os autores de graves violações aos direitos humanos, abstendo-se de recorrer a figuras como a anistia, o indulto, a prescrição ou outras excludentes inaplicáveis a crimes contra a humanidade”.

Penso que essa é a mensagem que a premiação da UnB confere: educar para o nunca mais!

(*) José Geraldo de Sousa Junior é professor titular na Faculdade de Direito e ex-reitor da Universidade de Brasília (UnB)

quarta-feira, 13 de novembro de 2024

 

Marina Jucá Maciel: Direito ao Sonho e à Emoção de (Ser) Tão Artista

Lido para Você, por José Geraldo de Sousa Junior, articulista do Jornal Estado de Direito

Marina Jucá Maciel. Direito ao Sonho e à Emoção de (Ser) Tão Artista: luta pela efetivação dos direitos humanos nas veredas da arte. Dissertação apresentada ao Programa de Pós-Graduação em Direito da Faculdade de Direito da Universidade de Brasília. Brasília, 2024, 222 fls. mais anexos

Perante a Banca Examinadora, formada pelas professoras Talita Rampin – FD/UnB, Orientadora e Presidenta; Cinara Barbosa de Sousa – IDA/ UnB, Membra interna suplente arguidora; pelo professor Marcelo Campos, Departamento de Teoria e História da Arte do Instituto de Artes, da Universidade Estadual do Rio de Janeiro (UERJ), membro externo; e por mim, na condição de membro interno, da Faculdade de Direito da UnB, foi defendida e aprovada a Dissertação de Mestrado tema desta Coluna Lido para Você.

Do que trata o trabalho diz o seu resumo:

O Direito ao Sonho e à Emoção de (Ser) Tão Artista: luta pela efetivação dos direitos humanos nas veredas da arte. Por meio da metodologia de Estudo de Caso, entrevistamos 21(vinte e uma) artistas, participantes do movimento social Paramar. Refletimos sobre as suas práxis de lutas pela efetivação dos direitos humanos na superação das múltiplas opressões coloniais vividas no “Grande Sertão: Veredas” (ROSA, 2001) que, de forma metafórica, idealizamos, inicialmente, como local onde vivem pessoas inviabilizadas, socialmente marginalizadas, “zona de não ser” (FANON, 2008). Pelas veredas da arte, sonhos e emoções, é redesenhado como Zona de Ser, local de resistência, (re) existência, luta pelo acesso aos direitos humanos. Logo, o sertão transformando-se em (Ser) Tão, ou seja, “Ser” no sentido de ser humano e “Tão”, em sua plenitude de potencialidades, criatividades e fruição de direitos humanos. Por meio de lentes decoloniais, desaprendemos o que a colonialidade nos ensinou, reaprendemos, pintamos, desenhamos, bordamos, fotografamos, costuramos, reconstruímos, sonhamos, nos emocionamos com as artistas participantes. E, ao longo dessas veredas artística, encontramos os Direitos Humanos Achados na Arte. Após este emocionante encontro, conscientes de que os espaços de poder são ocupados, em regra, pela população hegemônica do norte global, avançamos para reassumir nosso legítimo lugar, que nos foi tomando pela colonização, para construirmos coletivamente um direito autêntico, achado na rua, na arte, no clamor das vozes das artistas, são os Direitos Humanos Achados na Arte. Nessas veredas, enfrentamos secas nos sertões e tempestades no Atlântico Vermelho, superamos os obstáculos, quebramos represas e barreiras, guiadas por nossos sonhos e emoções. Com muita coragem, chegamos na sede da ONU, em Genebra, onde tomamos nosso legítimo espaço e, assim, palestramos, refletimos, gritamos, lutamos, cantamos, nos manifestamos por meio da arte. Ao final, construímos coletivamente uma recomendação internacional de direitos humanos entregue à direção desse organismo internacional. Nas veredas de retorno ao Brasil, fortalecidos com os progressos atingidos, elaboramos a minuta do Projeto de Lei de Regulamentação da Profissão de Artistas Visuais (PL1928/24), em tramitação no Congresso Nacional. Logo, não obstante os avanços alcançados com muitas emoções vividas e sonhos realizados, temos consciência de que a luta está apenas no começo por mais um sonho impossível, transformar-se em possível, até o “mundo ver uma flor brotar do impossível chão” dos grandes sertões nas veredas da arte.

Desde o resumo e na tessitura do todo o trabalho, a língua explicativa da ciência se entrecruza e se implica com a língua sensível da arte, poética, imagética, num contexto desafiador à instalação no real que convoca. São poemas, marcadores linguísticos que, desde o título e na ancoragem dos capítulos e da armação dissertativa busca repercutir, o que Eduardo Lourenço, sobre a literatura, recusava o seu aparente delírio para assinalar que o que ela expressa é essa tentativa desesperada de se instalar no real (in Mitologia da Saudade).

A Dedicatória não é, pois um adereço, mas uma tomada de posição nesse sentido: às artistas participantes, coautoras da presente pesquisa, por me desconstruírem, reconstruírem e, nas veredas decoloniais da arte, me ensinarem a enxergar um novo mundo colorido pelos sonhos e emoções, desenhados, pintados, fotografados, bordados, costurados, escritos, falados, aclamados, lutados como um manifesto dos Direitos Humanos Achados na Arte de (Ser) Tão Artistas!. Ah, como evoco Manoel de Barros (O Livro das Ignorãças e nele Uma didática da Invenção: “desaprender 8 horas por dia ensina os princípios). Veja-se os meus grifos e demore-se sobre as 107 imagens que também narram e revelam o tema escolhido para estudo e pesquisa.

A propósito da legitimidade desse enquadramento, muito em geral o valida a boa bibliografia revisada, mas o abona o acervo epistemológico do sensível (Maffesoli, A razão sensível; De Mais, A Emoção e a regra; Martha Nussbaum, Justicia Poética; o próprio Eduardo Lourenço já mencionado) e, em sede decolonial (Fals Borda, sentipensar; Patricio Guerrero Arias, Corazonar : una antropología comprometida con la vida). Claro que entre todos Roberto Lyra Filho, não fosse O Direito Achado na Rua uma paráfrase poética (Marx, Cassiano Ricardo, em A Concepção de mundo na obra de Castro Alves ou Filosofia Geral e Filosofia Jurídica em Perspectiva Dialética. Eu próprio, seguindo as veredas desses autores e autoras, pude me situar nas múltiplas possibilidades de conhecer, entre si implicadas, não se reduzindo à sua mirada exclusiva. Do explicar científico, do fundamentar filosófico, do intuir artístico, do lúdico brincante, do revelar místico.

De minha parte li e fiz aplicações fecundas em um bom número de ensaios: https://estadodedireito.com.br/meninos-do-rio-vermelho-e-uma-senhora-pelada/https://estadodedireito.com.br/olhos-de-madeira-nove-reflexoes-sobre-a-distancia-de-carlo-ginzburg/https://estadodedireito.com.br/criminologia-e-cinema-semanticas-do-castigo/https://estadodedireito.com.br/entrelugares-de-direito-e-arte-experiencia-artistica-e-criacao-na-formacao-do-jurista/https://estadodedireito.com.br/pesadelo-narrativas-dos-anos-de-chumbo/https://estadodedireito.com.br/literatura-livros-folhasfonte-pixabay/: Direitos Humanos nas entrelinhas das crônicas de Carlos Drummond de Andrade; https://estadodedireito.com.br/justicia-poetica-la-imaginacion-literaria-y-la-vida-publica/https://estadodedireito.com.br/tracos-especial-5-anos/https://estadodedireito.com.br/os-cartazes-desta-historia/https://estadodedireito.com.br/farol-ancoradouro-oasis-e-sal-vozes-femininas-na-literatura/https://estadodedireito.com.br/literaturas-munduruku-as-historias-contadas-e-a-justica-cognitiva/https://estadodedireito.com.br/cadernos-do-ceam-arte-e-inovacao-em-tempos-de-pandemia/https://estadodedireito.com.br/mascaras-no-varal-a-revolucao-e-preta-feminista-e-imparavel/https://estadodedireito.com.br/na-sala-da-justica/https://estadodedireito.com.br/filosofia-enquanto-poesia-sete-cartas-a-um-jovem-filosofo-conversacao-com-diotima-filosofia-nova-e-outros-escritos/https://estadodedireito.com.br/o-frio-das-minhas-cinzas/https://estadodedireito.com.br/57-contos-e-cronicas-por-um-autor-muito-velho/https://estadodedireito.com.br/guayasamin-continente-mestico/https://estadodedireito.com.br/jogados-ao-mar/https://estadodedireito.com.br/synara-veras-de-araujo-em-sessao-de-autorgrafos-no-12a-fest-aruanda-foto-aptedney-moreira-carmela-grune-e-jose-geraldo-de-sousa-junior-no-lancamento-da-obra-direito-no-cinema-brasileiro-foto/https://expresso61.com.br/2024/08/21/lido-para-voce-poesia-para-o-tempo-do-fim/.

Alguns desses ensaios, por iniciativa da editora do jornal onde são publicados, compondo uma Coluna Lido para Você, formaram uma edição antológica José Geraldo de Sousa Junior. Lido para Você: Direito, Cinema e Literatura – São Paulo: Editora Dialética, 2023. 168 p., que reúne os textos com essa disposição de articular razão e sensibilidade: https://estadodedireito.com.br/lido-para-voce-direito-cinema-e-literatura/.

Com uma motivação próxima a de Marina Maciel, com nuances nutridas no mesmo imaginário, localizo o trabalho de Raique Lucas de Jesus Correia. Direito, literatura & sertão: perspectivas decoloniais a partir do romance d’A Pedra do Reino de Ariano Suassuna. João Pessoa, PB: Editora Porta, 2022,343p. https://estadodedireito.com.br/direito-literatura-sertao-perspectivas-decoloniais-a-partir-do-romance-da-pedra-do-reino-de-ariano-suassuna/

O desafio a que se impôs o Autor na obra: pensar o decolonial aplicado ao Direito, desde as v(e)ias abertas pelo “Romance d’A Pedra do Reino”, tendo como centralidade os influxos proporcionados pelos modos de ser e de viver, pela cultura, pelas vivências e pela luta do povo sertanejo, marcada pela miséria e pela fome, mas também pela garra e pelo sonho.

Nesse itinerário de inquietações e total ausência de certezas, são delineados diversos deslocamentos, territórios que tão logo emprenhados são desfeitos, dando lugar a outras paisagens, sintetizados nos diversos movimentos presentes no sumário. Assim é que, no primeiro movimento “Prelúdio – Direito & Literatura” o Autor nos convida a refletir sobre as possiblidades guardadas pela aproximação entre o Direito e a Literatura, promovendo um rico diálogo entre os diversos autores e autoras que, contemporaneamente, tem enfrentado o desafio de conjecturar a esse respeito, para, então, afirmar waratianamente que a “a aproximação entre Direito e Literatura, não só é possível, como também é fundamental, uma vez que proporciona a formação de ‘territórios ambíguos’, pelos quais se é possível escapar as deformações regradas da semântica cientificista e fundar ‘um saber sobre o Direito que reconcilie o homem com suas paixões, tenha respostas de acordo com o mundo e transforme a estagnação de suas verdades em desejos vivos’ (WARAT)”.

Posteriormente, enuncia sua formulação mais do que original, a emergência de um “Direito Achado no Sertão”, um “Direito de Canudos”, d’A Pedra do Reino, um Direito que seja expressão legítima das lutas e vivências do nosso povo pobre, negro, índio, mestiço, espoliado e oprimido, silenciado pelos ecos cosmopolitas da modernidade/colonialidade.

É por essa fenda que a imersão na obra de Ariano Suassuna anuncia uma ruptura com a epistemologia jurídica moderna. Em primeiro plano, permite-nos uma conexão com as nossas raízes culturais e, também, com o nosso povo, de onde se é possível readequar através do saber local as categorias jurídicas vigentes. Mais profundamente, inaugura uma nova sensibilidade, que nos possibilita também reimaginar poeticamente a nossa imagem de mundo a partir do Sertão.

Logo, o “direito castanho”, enquanto inscrição decolonial do Direito na cultura nordestina, nasce como um conceito eminentemente subalterno, no sentido de oferecer uma nova interpretação do Direito a partir do imaginário sertanejo. Na acepção incorporada pelo Autor, isto é, “[…] como síntese ‘quadernesca’, o ‘direito castanho’ poderia ser percebido como uma matização entre, de um lado, o espírito mágico professado pelo ‘surrealismo jurídico’ de Luis Alberto Warat e, de outro, a matriz dialética adotada pela práxis de ‘O Direito Achado na Rua’”.

Assim é que o Autor se desincumbe da sua tarefa de pensar uma epistemologia jurídica decolonial a partir do Romance d’A Pedra do Reino e nos brinda, ao tempo que nos interpela, com os intrigantes conceitos de “Direito Achado no Sertão”, “Direito Castanho”, “Sertanismo Jurídico”. Conceitos cujos sentidos intencionalmente foram deixados em aberto, como algo sempre por fazer, sempre por alcançar; convocando à experimentação do chão pedregoso do Sertão, da quentura escaldante do sol, da secura da sua terra, da bravura e beleza da sua gente. Numa narrativa que coexiste com todas as outras possíveis, ela mesma um infinito de possibilidades” – há uma tomada de posição político-epistemológica, tanto referida ao filosófico no que tange à perspectiva decolonial, como por extensão, uma perspectiva crítico-emancipatória do direito – O Direito Achado na Rua – que vão se fundir nos elementos interpretativos do mundo e da sociedade.

Seguindo o exposto da própria Marina, para sumariar o trabalho, anota-se, no primeiro capítulo, a explicação de como, dentre as quase 200 (duzentas) artistas participantes dos eventos culturais da Paramar, escolheu 21 (vinte e uma) expoentes dos seus Grandes Sertões do Brasil para ensinar por meio de suas práxis de lutas pela efetivação dos direitos humanos. O recorte acadêmico inicial traçado para investigação foi a obra de Rosa (2001) “Grande Sertão: Veredas”, que, metaforicamente, representa resistência, lutas contra o sistema colonial e opressor dos diferentes sertões. Por sua vez, as veredas , nesta pesquisa, representam caminhos alternativos, construídos pela e com arte, nesta luta decolonial pelos direitos humanos.

Nas veredas do primeiro capítulo, a Autora busca esclarecer a ideia metafórica de “Grande Sertão: Veredas” (ROSA, 2001), no qual, no primeiro momento, o sentido de sertão será vinculado à sua aridez, opressões contra sociedade invisibilizadas, onde há pessoas marginalizadas, especialmente por precariedade de políticas públicas e acesso a direitos humanos. Logo, associamos essas veredas de sofrimento com o conceito de “zona de não-ser” criado por Frantz Fanon , sendo ampliado de forma geográfica, social, política e cultural para outros espaços onde há pessoas nessas condições. Por isso, utilizamos a ideia de amplitude do sertão afirmada pelo próprio autor do livro de que: “O sertão está em toda a parte” (ROSA, 2021, p.8, grifo nosso).

Em um segundo momento, passa a analisar o sertão, como o local de resistência, (re) existência pelas pessoas socialmente invisibilizadas pela estrutura colonial, representadas pelos grupos minorizados, rompendo com as cadeias de opressão social, econômica, cultural, por meio de lutas pela efetivação dos direitos humanos de diferentes formas, sendo a arte uma dessas veredas potentes que analisaremos nesta pesquisa.

Por meio desta potência artística, o sertão, como “zona de não ser”, redesenha-se, por meio das emoções, dos sonhos, do acesso aos direitos humanos, em Zona de Ser , transformando-se em (Ser) Tão! Ou seja, o “ser”, no sentido de ser humano, o “tão”, no sentido de amplo, irrestrito, de potência de emoções e criatividades em sua plenitude.

Vale registrar que a reflexão sobre termo “(Ser) Tão”, inicialmente, surgiu em diálogo com Cinara Barbosa, curadora, pesquisadora e professora do Departamento de Artes da UnB, no qual idealizamos um projeto de impacto sociocultural por meio de parceria do movimento social Paramar e do Plano das Artes . Posteriormente, por meio das reflexões da presente pesquisa, ampliamos para: (Ser) Tão Artista .

Uma vez que o Direito Achado na Rua valoriza as construções jurídicas oriundas das experiências cotidianas, o trabalho desenvolvido pelo movimento social Paramar junto com artistas atravessadas por diferentes interseccionalidades pode corroborar com as suas narrativas e expressões para reflexões profundas pela arte que oportunize emancipações diversas, do direito ao sonho, à emoção (MATOS, 2024; ANEXO B) e de transformação de realidades socioculturais.

Neste contexto, após a escolha das 21 (vinte e uma artistas), por serem expoentes de resistências, (re) existências e de verdadeiras lutadoras por meio da arte na efetivação dos direitos humanos, em seus grandes sertões de diferentes espaços geográficos do país , submetemos ao Instituto de Ciências Humanas e Sociais da UnB, recolhemos as assinaturas dos Termos de Consentimentos Livres e Esclarecidos (TCLE) e Termos de Autorizações de Uso de Imagens, sendo aprovado por este comitê de ética da UnB .

Durante as escutas sensíveis que realizamos durante as entrevistas das participantes, todas elas, sem exceção, acreditam que, por meio de suas práxis da arte, lutam pela efetivação dos direitos humanos a fim de superarem as múltiplas opressões interseccionais vividas nos seus grandes sertões. Logo, aceitamos o convite do Direito Achado na Rua e propomos: Direitos Humanos Achados na Arte!

Nessas veredas, no segundo capítulo, por meio de lentes decoloniais, a Autora analisa alguns tópicos para somar forças com a ideia de ampliar o nosso viés não colonizado, ou seja, articularemos o pensamento orgânico com o acadêmico, com a militância, com as críticas individuais, com as emoções e os sonhos para formar uma grande emancipação da opressão colonial que aprisiona boa parte da nossa sociedade.

Nessas veredas decoloniais, a Autora assenta que a cultura é alvo do colonizador com objetivo de tentar destruir os dominados nas suas subjetividades, nas suas raízes culturais, nas emoções e sonhos expressados pela arte, tentando transformar a sua visão da realidade e impondo uma pretensiosa superioridade do invasor. Exsurge a importância da interculturalidade crítica no combate a esta forma de estratégia que permanece até os dias atuais (WALSH, 2009).

Neste capítulo, ainda, a Autora reflete sobre a importância das Teorias Críticas dos Direitos Humanos, defendidas por Herrera Flores (2009), em que sustenta que os direitos humanos não são apenas a sua previsão formal em ordenamentos jurídicos, sem aplicabilidade real, isto é, direitos humanos considerado “gourmet” (KRENAK, 2021). É imprescindível a sua concretização dos direitos humanos, especialmente em favor dos grupos historicamente minorizados.

Após escutar as artistas por meio de oitiva sensível e decolonial e, em virtude dos Direitos Humanos Achados na Arte, acessarem campos subjetivos do ser humano, a reflexão se debruça sobre a importância dos sonhos e das emoções , como sendo possíveis direitos subjetivos do (Ser) Tão artistas.

Nos recortes das entrevistas, têm-se que os Direito Humanos Achados na Arte versam sobre direito ao sonho, à emoção, à liberdade, à dignidade, à equidade, à inclusão, ao respeito. Isto é, a arte recriando novos repertórios decoloniais, possibilitando novas trajetórias de vida digna, por meio da “restituição do sensível” (MATOS, 2024; ANEXO B), superando as múltiplas opressões em seus grandes sertões.

Por sua vez, no terceiro capítulo, a Autora analisa as experiências do Projeto Atlântico Vermelho, realizado na sede da ONU, em Genebra, como uma intervenção artística, e a construção do Projeto de Lei de Artistas Visuais (PL 1928/2024), em trâmite no Congresso Nacional. Apesar das barreiras enfrentadas para que o sonho impossível, fosse transformado em possível, explicamos os aprendizados vividos por meio dessas veredas, especialmente a importância desses grupos minorizados ocuparem espaços de poder, dos quais, em regra são restritos à população dos países do norte global (WALSH, 2012), em um manifesto pela exigência da efetivação dos direitos humanos, políticas públicas, direito ao sonho e à emoção de (ser) tão artistas.

Nessas veredas do Atlântico Vermelho, o achado é a potência do Projeto Atlântico Vermelho, constituído por uma exposição de arte com 66 (sessenta seis) obras de 22 (vinte e dois) artistas participantes, além de ciclos de palestras, dos quais geraram reflexões para a construção de recomendações que foram inseridas na Declaração Universal de Direitos Humanos dos Afrodescendentes.

Após a entrega da referida recomendação e retorno ao Brasil, a missão continuou com a formação de grupo de estudos, concebido por artistas, pesquisadores, curadores e demais pessoas que trabalham na área de cultura com o escopo de elaborar um Projeto de Lei de Regulamentação da Profissão de Artistas Visuais, o qual ensejou a articulação com alguns parlamentares e, sem nenhuma mudança substancial no texto sugerido, deu início ao Projeto de Lei 1928/2024.

Para a Autora, nas conclusões, “apesar de termos avançado muito, tanto com o Projeto Atlântico Vermelho, quanto com o Projeto de Lei, acreditamos que estamos ainda no início da caminhada nessas veredas sertanejas, então, não propomos uma conclusão nesta pesquisa, mas a proposta de “estórias sem final” (ROSA, 2001)”. Por isso que o trabalho é também um convite para um aprendizado conjunto “com as práxis das artistas participantes a refletir sobre suas lutas pela efetivação dos direitos humanos, desenhando, redesenhando, resistindo, (re) existindo, criando, (re) criando as suas poéticas decoloniais na superação das múltiplas opressões vividas em seus grandes sertões, sendo esses transformados de “zona de não ser” em “zona de ser”, nas veredas da arte, especialmente por meio dos Direitos Humanos Achados na arte, no Direito ao Sonho e à Emoção de Ser Tão Artistas”.

Considerando a adesão da Autora às veredas do Direito Achado na Rua, acolho como pertinentes a sua contribuição que transita dessas veredas até os Direitos Humanos Achados na Arte, que vem se agregar à fortuna crítica de O Direito Achado na Rua. Com efeito, com essa designação, o seu desiderato acadêmico imprime uma caracterização a um processo em movimento que vai discriminando aproximações teórico-políticas (cf. na Dissertação página 94, principalmente) como contribuição para a teoria crítica do direito e dos direitos humanos (https://estadodedireito.com.br/o-direito-achado-na-rua-contribuicoes-para-a-teoria-critica-do-direito/). É um movimento que opera no protagonismo de sua ação política, formas emancipatórias na perspectiva dos direitos humanos – germinais – já caracterizadas até aqui, por seus protagonistas intelectuais, associados à Nova Escola Jurídica Brasileira – NAIR, como sindicalismo achado na rua, ítem anterior acrescido ao catálogo de ricos achados que formam a fortuna crítica de O Direito Achado na Rua: a Aldeia, o Quilombo, a Rede, os Lares, a Noite, o Manicômio, o Cárcere, a Encruzilhada, as Águas, Campos e Florestas Amapaenses, o Constitucionalismo Achado na Ruao Sertão; há pouco o (Eco) Constitucionalismo Achado na Rua (Victor Nunes Leal e JJ Gomes Canotilho), a Rua em seu sentido amplo de espaço de cidadania (Milton Santos, Paulo e Nita Freire, Roberto Lyra Filho).

Nessas veredas, constituímos um grupo de estudos, formado por artistas, pesquisadores, curadores e demais pessoas que trabalham na área de cultura. Estudamos outras profissões regulamentadas, no Brasil, como artesão, músico e, no plano internacional, em que há profissão de artista visual regulamentadas. Após, redigimos uma minuta do projeto de lei, articulamos com alguns parlamentares e foi dada entrada no formato que enviamos, sem nenhuma mudança substancial, sendo a PL 1928/2024 em tramite no Congresso Nacional, desde maio de 2024.

Respondemos à pergunta da pesquisa: Como as artistas participantes da presente pesquisa, pelas veredas da arte, dos sonhos e das emoções, lutam pela efetivação dos direitos humanos a fim de superar as múltiplas opressões coloniais vividas em seus grandes sertões? Indicando que as artistas participantes lutam pela efetivação dos direitos humanos, com suas especificidades individuais, desenhando, redesenhando, resistindo, (re)existindo as suas histórias decoloniais na superação das múltiplas opressões vividas em seus grandes sertões, sendo esses transformados de “zona de não ser” em Zona de Ser, pela e com arte, especialmente por meio do Direito Achado na Arte, Direitos Humanos Achados na arte, no Direito ao Sonho e na Emoção de Ser Tão Artistas.

Ao ler o trabalho de Marina Maciel logo me acudiu a experiência vivenciada em Brasília, num sábado ensolarado quando me encontrei, numa feira solidária organizada por produtores assentados e cooperativados no conceito de agricultura familiar, com um grupo de pessoas, em sua maioria mulheres, que se reúnem para uma convivência cotidiana de reflexão-ação traduzidas em afeto e reconhecimento político.: o Coletivo Linhas de Resistência (https://www.ihu.unisinos.br/630447-linhas-da-resistencia-bordar-coletivamente-e-um-ato-emancipatorio-artigo-de-jose-geraldo-de-sousa-junior).

Me aproprio de nota postada por uma delas (Letícia) no Instagram do Coletivo, que assina como mulher bordadeira, escritora amadora e advogada. Diz ela:

Paulo Freire escreveu: “Não é no silêncio que os homens se fazem, mas na palavra, no trabalho, na ação-reflexão”.

Uma de nós disse dias desses que “coletivo” é constituído para ser mais potente e mais forte do que as individualidades. Se assim não se configura, limita-se a ser uma mera agremiação.

Bordar parece um gesto singelo. Mais do que uma ação-reflexão, é sentir. Pulsar. Quando a linha abraça a agulha, uma dança inesperada tem início. Na medida em que linha e agulha atravessam o algodão cru, é como se os pés saíssem do chão e tecessem no céu sonhos e coragens. Um gesto de amor que, de tão grande, é indizível.

Bordar apequena as inseguranças. Faz brotar um jardim de flores na secura da terra que já não mais se reconhece como nascente de sonhos e criações e, mesmo assim, acolhe e nutre o que é vida. Bordar é alento para o futuro.

Nosso coletivo borda sonhos, uma de nós assim reconheceu essa potência criativa que nos habita. Pelo bordado, despertamos sorrisos onde há desamparo. Enfeitamos o olhar com a delicadeza de uma criança que descobre algo inusitado e fica estonteada com uma nova descoberta.

Bordar coletivamente é um ato emancipatório. É que nenhum indivíduo é capaz de emancipar-se em solidão. A emancipação acontece no compasso da dança da linha com a agulha, da boca que se dispõe a falar com ouvido atento a escutar. Bordar é partilha.

Nosso coletivo teve a honra e a alegria de receber no primeiro sábado solar de julho o professor José Geraldo de Sousa Junior, ex-reitor da UnB (Universidade de Brasília) e que dedica-se ao movimento em curso nomeado “O Direito Achado na Rua”, consistente em compreender e refletir sobre a atuação jurídica dos novos movimentos sociais e, com base na análise das experiências populares de criação do direito”.

É possível dizer que, a partir das reflexões e compreensões sobre a realidade diante dos nosso olhos, o Direito Achado na Rua é vocacionado à construção emancipatória do direito. Nosso coletivo borda, mesmo que em rotas paralelas com o professor José Geraldo Sousa Junior, o sonho da emancipação-afeto nesses pontos comuns.

Tomo a postagem de Letícia, feliz por constatar que ela captou o que mais fortemente propõe O Direito Achado na Rua em sua perspectiva de que quando falamos em Direito falamos em emancipação, processo que só o social no seu agir coletivo pode legitimamente realizar. O Coletivo Linhas da Resistência, tece o amanhã. Como outros coletivos – estou pensando o Projeto Mulheres Coralinas, aqui pertinho na Cidade de Goiás (a nossa “Goiás Velho”) que apoia mulheres nas áreas da Gastronomia, Artesanato (cerâmica, bonecas, fibras naturais e bordado) e Educação, com participação de mulheres garis. Como dizem Ebe Maria de Lima Siqueira e Goiandira Ortiz de Camargo (organizadoras) de Mulheres Coralinas. Goiânia: Cânone Editorial, 2016, “é o resultado de esforço de pessoas, instituições e poder público de trabalhar a favor da cidadania, da igualdade de gêneros e da autonomia financeira das mulheres”.

Ebe Siqueira, em coautoria com Nair Heloisa Bicalho de Sousa e Adriana Andrade Miranda, explicam, a partir desse coletivo, o significado do conviver para viver, tal como está no texto Conviver para viver: formação e atuação das Mulheres Coralinas no enfrentamento aos efeitos perversos da pandemia do coronavírus (que está em livro que organizei com Talita Tatiana Dias Rampin e Alberto Carvalho Amaral. Direitos Humanos e Covid-19. Volume 2. Respostas Sociais à Pandemia. Belo Horizonte: Editora D’Plácido, 2022). Um belo registro que Adriana Andrade Miranda está transformando em tese de doutorado na UnB (Programa de Pós-Graduação em Direitos Humanos e Cidadania – CEAM): Literatura e Direitos Humanos: o projeto de formação das Mulheres Coralinas na cidade de Goiás, de 2014 a 2023.

São formas de resistência mas também protagonismo emancipatório para bordar e tecer o amanhã.

Mas é também, como diz Letícia, a melhor expressão dessa intersubjetividade emancipatória que designa o sentido pulsante do sentipensar (usando mais uma vez o conceito emprestado do sociólogo colombiano Fals Borda) do Coletivo Linhas da Resistência: “Todo sábado a gente cuida do jardim-composição Linhas da Resistência. É o tempo comum que criamos, pro riso, pro afago, pras fagulhas. Cada uma de nós tem afeto à sua maneira. A intensidade? É forte….Bordamos sonhos. É aos sábados que também estendemos nossos sonhos no varal. Oferecemos esses sonhos ao vento, deixamos o sonhar quarar no sol. Sonho também pede afago e delicadeza…. No cotidiano, a gente veste cada sonho. Além da pele que se vê. Pro sonhar crescer e brotar”.

É esse o mesmo sonho emancipatório que que fala Marina, em seu trabalho? É desse modo libertário que podemos apreender o sentido de uma história sem fim quando conclui que “apesar de sabermos que ainda há longas veredas dos Grandes Sertões a serem percorridas, tempestades neste Atlântico Vermelho a serem enfrentadas, o nosso navio negreiro guerreiro seguirá firme por “mais um sonho impossível” até o “mundo ver uma flor brotar do impossível chão” (CHICO BUARQUE, 1972). Isso porque não nos falta coragem para transformar os sonhos impossíveis em possíveis, em nossas veias pulsa vermelho sangue de vida, da resistência e (re)existência nesta luta decolonial de (Ser) Tão Artistas?

Qual, para Marina, a materialidade epistemológica do sonho para interpelar o real? Constato que ela se aproxima de Luis Alberto Warat, na linha que ele de modo instigante lança em seus dois manifestos – Por uma Ecologia dos Desejos e, muito originalmente, no Manifesto do Surrealismo Jurídico. Gosto de pensar que meu estimado orientador de tese logrou formular uma função emancipatória da pedagogia, ao estabelecer a relação sonho-práxis, condição para imaginar o novo (Manifesto do Surrealismo Jurídico).

Cito Warat – p. 18 – do Manifesto do Surrealismo: a imaginação e o sonho guardam estreita relação com a democracia, pois nos interpelam e nos provocam em torno do novo, nos propõem a possibilidade de pensar e sentir sem censuras, nos revelam os segredos da singularidade, o ponto neurológico da diferença: o homem novo, aquele que não tem seus sonhos, seu imaginário censurado pela instituição e que organiza seus afetos sem desejos alugados. A democracia é o direito de sonhar o que se quer”.

Penso que o trabalho de Marina abre a possibilidade, com fundamentos estendidos, que sob a perspectiva de O Direito Achado na Rua, a partir de Roberto Lyra Filho e Luis Alberto Warat, haviam sido enunciados em Observatório da Constituição e da Cidadania, UnB/Faculdade de Direito, nº 8, outubro de 2006 (Leia-se a entrevista de Warat colhida por Marta Gama, aliás, sua última entrevista em vida) – https://drive.google.com/drive/folders/12GQ-vu0EIbnqrA0Ftl0Z4IJO08v_OpMg?fbclid=IwY2xjawGXODZleHRuA2FlbQIxMAABHRz8CE3VPBCt1qXsYw3GL0OVmds-use-zesv_R8CcfOlFYZTLW7i3Ksthw_aem_izpiEtPv0ptHQIrQ5Zx1FA – sobre Novos Caminhos da Arte e do Direito.

E nem se cuida já de imaginar o caráter onírico das teorias (Warat, Manifesto do Surrealismo Jurídico), mas de compulsar outros modos de consideração do Direito, tal como o vem fazendo a Corte Interamericana de Direitos Humanos, ao admitir, para efeito de reparação, inclusive histórica, mas também civil, no âmbito da justiça de transição, com a restauração da dignidade afrontada, do dano ao projeto de vida, quando se impede que o fluxo de escolhas e de aspirações da pessoa, seus sonhos sejam realizados Entre outros casos Benavides versus Peru (2001), Villagrán Morales y otros vs. Guatemala (2001) – (Indemnización de perjuicios, caso los “Niños de la calle” e Atala Riffo y Niñas vs. Chille (2012).

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